Un día llevé a un grupo de compañeros de trabajo a una tienda y señalé una mesa de madera.
Miren esta mesa,dije.
Es un objeto simple pero en el mercado parece cobrar vida.
Tiene un precio,su valor sube o baja puede ser intercambiada.
Como si tuviera un poder mágico.
•Uno de mis compañeros frunció el ceño.
•Pero no es magia es sólo comercio.
Entonces sonrío.
Eso crees,pero piensa en esto.
¿Quien la fabricó?
Un carpintero como nosotros,
le dedicó horas de trabajo.
Sin embargo,en la tienda,
la mesa no habla de él,
de su esfuerzo ni de sus manos.
Sólo muestra un precio.
Su trabajo desapareció,transformado en mercancía.
•Otro compañero me preguntó.
•¿Y por qué eso es un problema?
Entonces le respondí:
Porque el capitalismo nos hace olvidar a quienes realmente crean las cosas.
Todo se mide en dinero y el valor humano queda oculto.
Esto es lo que se llama fetichismo de la mercancía.
Las cosas parecen tener vida propia.
Mientras que los trabajadores quedan invisibles.
Desde ese día logré que mis compañeros dejaran de ver los productos como simples objetos
y comenzaran a entender que,detrás de cada mercancía,había una historia de trabajo ; nuestra propia historia de trabajo,y de explotación ; de nuestra explotación.
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa✍