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🔹️"El arte,el artista y otras cuestiones"

🔹️Marcelo Rubéns Balboa《Artista plástico,Montevideo,Uruguay🇺🇾》 En la actualidad,estamos inmersos en un mundo alocadamente globalizado,don...

viernes, 10 de noviembre de 2017

Mejor...😉

Te regalo mi luna,
mi noche en pleno desvelo,
mi rosa,mi pedacito de cielo,
para que vuelen los sueños
¡bien despiertos!

(...)

Mejor no te la regalo,
por un ratito te la presto,
es que soy muy celoso de la Reina
que alumbra el cielo de Montevideo.

Marcelo Rubèns Balboa✒

El Che ☄América desde el balcón Afroasiático 🌟

《Ernesto 'Che' Guevara 1959》

✔V.I Lenin CARLOS MARX ☭ ☞(Breve esbozo biográfico,con una exposición del marxismo) ☭

✔V.I Lenin

CARLOS MARX ☭

☞(Breve esbozo biográfico,con una exposición del marxismo)

☞[1] Escrito: De julio a noviembre de 1914. Publicado por vez primera: En 1915,en el Diccionario Enciclopedico Granat,7a edición,tomo XXVIII.     

Carlos Marx nació el 5 de mayo (según el nuevo calendario) de 1818 en Tréveris (ciudad de la Prusia renana). Su padre era un abogado judío,convertido en 1824 al protestantismo. La familia de Marx era una familia acomodada,culta, pero no revolucionaria. Después de terminar en Tréveris sus estudios de bachillerato,Marx se inscribió en la universidad,primero en la de Bonn y luego en la de Berlín,estudiando jurisprudencia y,sobre todo,historia y filosofía. En 1841 terminó sus estudios universitarios,presentando una tesis sobre la filosofía de Epicuro. Por sus concepciones,Marx era entonces todavía un idealista hegeliano. En Berlín se adhirió al círculo de los "hegelianos de izquierda" (Bruno Bauer y otros),que se esforzaban por extraer de la filosofía de Hegel conclusiones ateas y revolucionarias. Terminados sus estudios universitarios,Marx se trasladó a Bonn con la intención de hacerse profesor. Pero la política reaccionaria del gobierno, que en 1832 había despojado de su cátedra a Ludwig Feuerbach,que en 1836 le había negado nuevamente la entrada en la universidad y que en 1841 privó al joven profesor Bruno Bauer del derecho a enseñar en Bonn,obligó a Marx a renunciar a la carrera docente. En aquella época,las ideas de los hegelianos de izquierda progresaban rápidamente en Alemania. Ludwig Feuerbach,sobre todo desde 1836,comenzó a someter a crítica la teología y a orientarse hacia el materialismo,que en 1841 (La esencia del cristianismo ) se impone ya definitivamente en su pensamiento; en 1843 ven la luz sus Principios de la filosofía del porvenir. "Hay que haber vivido la influencia liberadora" de estos libros,escribía Engels años más tarde refiriéndose a esas obras de Feuerbach. "Nosotros [es decir, los hegelianos de izquierda, entre ellos Marx] nos hicimos en el acto feuerbachianos." [2] Por aquel tiempo,los burgueses radicales renanos,que tenían ciertos puntos de contacto con los hegelianos de izquierda, fundaron en Colonia un periódico de oposición, la Gaceta del Rin (cuyo primer número salió el 1 de enero de 1842). Marx y Bruno Bauer fueron invitados como principales colaboradores; en octubre de 1842 Marx fue nombrado redactor jefe del periódico y se trasladó de Bonn a Colonia. La tendencia democrática revolucionaria del periódico fue acentuándose bajo la jefatura de redacción de Marx,y el gobierno lo sometió primero a una doble censura y luego a una triple,hasta que decidió más tarde suprimirlo totalmente a partir del 1 de enero de 1843. Marx se vio obligado a abandonar su puesto de redactor jefe en esa fecha, sin que su salida lograse tampoco salvar al periódico,que fue clausurado en marzo de 1843. Entre los artículos más importantes publicados por Marx en la Gaceta del Rin,Engels menciona, además de los que citamos más adelante (véase la Bibliografía ) el que se refiere a la situación de los campesinos viticultores del valle del Mosela. Como su labor periodística le había demostrado que conocía insuficientemente la economía política, Marx se dedicó afanosamente al estudio de esta ciencia. En 1843,Marx se casó en Kreuznach con Jenny von Westphalen,amiga suya de la infancia, con la que se había comprometido cuando todavía era estudiante. Su esposa pertenecía a una reaccionaria familia aristocrática de Prusia. Su hermano mayor fue ministro del Interior en Prusia durante una de las épocas más reaccionarias, desde 1850 hasta 1858. En el otoño de 1843 Marx se trasladó a París con objeto de editar en el extranjero una revista de tendencia radical en colaboración con Arnold Ruge (1802-1880; hegeliano de izquierda,encarcelado de 1825 a 1830, emigrado desde 1848, y partidario de Bismarck entre 1866 y 1870). De esta revista,titulada Anales franco-alemanes, sólo llegó a ver la luz el primer fascículo. Las dificultades con que tropezaba la difusión clandestina de la revista en Alemania y las discrepancias surgidas entre Marx y Ruge hicieron que se suspendiera su publicación. En los artículos de Marx en los Anales vemos ya al revolucionario que proclama la necesidad de una "crítica implacable de todo lo existente",y,en particular, de una "crítica de las armas"[3] que apele a las masas y al proletariado. En septiembre de 1844 llegó a París,por unos días,Federico Engels,quien se convirtió, desde ese momento, en el amigo más íntimo de Marx. Ambos tomaron conjuntamente parte activísima en la vida, febril por entonces,de los grupos revolucionarios de París (especial importancia revestía la doctrina de Proudhon,a la que Marx ajustó cuentas resueltamente en su obra Miseria de la filosofía,publicada en 1847) y,en lucha enérgica contra las diversas doctrinas del socialismo pequeñoburgués,forjaron la teoría y la táctica del socialismo proletario revolucionario,o comunismo (marxismo). Véanse,más adelante,en la Bibliografía, las obras de Marx de esta época,años de 1844 a 1848. En 1845,a instancias del gobierno prusiano,Marx fue expulsado de París como revolucionario peligroso, instalándose entonces en Bruselas. En la primavera de 1847,Marx y Engels se afiliaron a una sociedad secreta de propaganda,la Liga de los Comunistas,tuvieron una participación destacada en el II Congreso de esta organización (celebra do en Londres en noviembre de 1847) y por encargo del Congre so redactaron el famoso Manifiesto del Partido Comunista que apareció en febrero de 1848. En esta obra se traza,con claridad y brillantez geniales,una nueva concepción del mundo: el materialismo consecuente, aplicado también al campo de la vida social; la dialéctica como la doctrina más completa y profunda del desarrollo; la teoría de la lucha de clases y de la histórica misión revolucionaria universal del proletariado como creador de una nueva sociedad,la sociedad comunista. Al estallar la revolución de febrero de 1848,Marx fue expulsado de Bélgica. Se trasladó nuevamente a París, y desde allí, después de la revolución de marzo, marchó a Alemania,más precisamente,a Colonia. Desde el 1 de junio de 1848 hasta el 19 de mayo de 1849,se publicó en esta ciudad la Nueva Gaceta del Rin,de la que Marx era el redactor jefe. El curso de los acontecimientos revolucionarios de 1848 a 1849 vino a confirmar de manera brillante la nueva teoría, como habrían de confirmarla en lo sucesivo los movimientos proletarios y democráticos de todos los países del mundo. La contrarrevolución triunfante hizo que Marx compareciera,primero,ante los tribunales (siendo absuelto el g de febrero de 1849) y después lo expulsó de Alemania (el 16 de mayo de 1849). Marx se dirigió a París, de donde fue expulsado también después de la manifestación del 13 de junio de 1849[4]; entonces marchó a Londres,donde pasó el resto de su vida. Las condiciones de vida en la emigración eran en extremo duras, como lo revela con toda claridad la correspondencia entre Marx y Engels (editada en 1913). La miseria asfixiaba realmente a Marx y a su familia; de no haber sido por la constante y abnegada ayuda económica de Engels,Marx no sólo no hubiera podido acabar El Capital, sino que habría sucumbido inevitablemente bajo el peso de la miseria. Además,las doctrinas y tendencias del socialismo pequeñoburgués,no proletario en general,que predominaban en aquella época,obligaban a Marx a librar constantemente una lucha implacable,y a veces a repeler (como hace en su obra Herr Vogt [5] los ataques personales más rabiosos y salvajes. Manteniéndose al margen de los círculos de emigrados y concentrando sus esfuerzos en el estudio de la economía política,Marx desarrolló su teoría materialista en una serie de trabajos históricos (véase la Bibliografía ). Con sus obras Contribución a la crítica de la economía política (1859) y El Capital (t. I, 1867),Marx provocó una verdadera revolución en la ciencia económica (véase más adelante la doctrina de Marx). El recrudecimiento de los movimientos democráticos, a fines de la década del 50 y durante la del 60,llevó de nuevo a Marx a la actividad práctica. El 28 de septiembre de 1864 se fundó en Londres la famosa Primera Internacional,la "Asociación Internacional de los Trabajadores". Marx fue el alma de esta organización,el autor de su primer "Llamamiento" y de gran número de sus resoluciones, declaraciones y manifiestos. Unificando el movimiento obrero de los diferentes países,orientando por el cauce de una actuación conjunta a las diver sas formas del socialismo no proletario,premarxista (Mazzini, Proudhon,Bakunin,el tradeunionismo liberal inglés,las vacilaciones derechistas lassalleanas en Alemania,etc.),a la par que combatía las teorías de todas estas sectas y escuelas,Marx fue forjando la táctica común de la lucha proletaria de la clase obrera en los distintos países. Después de la caída de la Comuna de París en 1871,que Marx analizó (en La guerra civil en Francia, 1871) de modo tan profundo,certero,brillante y eficaz, como revolucionario -- y a raíz de la escisión de la In ternacional provocada por los bakuninistas --, esta última ya no pudo seguir existiendo en Europa. Después del Congreso de La Haya (1872), Marx consiguió que el Consejo General de la Internacional se trasladase a Nueva York. La primera Internacional había cumplido su misión histórica y dejaba paso a una época de desarrollo incomparablemente más amplio del movimiento obrero en todos los países del mundo, época en que este movimiento había de desplegarse en extensión, con la creación de partidos obreros socialistas de masas dentro de cada Estado nacional. Su intensa labor en la Internacional y sus actividades teóricas,aún más intensas, minaron definitivamente la salud de Marx. Prosiguió su obra de relaboración de la economía política y se consagró a terminar El Capital,recopilando con este fin multitud de nuevos documentos y poniéndose a estudiar varios idiomas (entre ellos el ruso), pero la enfermedad le impidió concluir El Capital. El 2 de diciembre de 1881 murió su esposa,y el 14 de marzo de 1883 Marx se quedó dormido apaciblemente para siempre en su sillón. Está enterrado,junto a su mujer, en el cementerio londinense de Highgate. Varios hijos de Marx murieron en la infancia en Londres, cuando la familia vivía en la miseria. Tres de sus hijas se casaron con socialistas de Inglaterra y Francia: Eleonora Eveling,Laura Lafargue y Jenny Longuet. Un hijo de esta última es miembro del Partido Socialista Francés.

✔LA DOCTRINA DE MARX

El marxismo es el sistema de las concepciones y de la doctrina de Marx. Este continúa y corona genialmente las tres principales corrientes ideológicas del siglo XIX, que pertenecen a los tres países más avanzados de la humanidad: la filosofía clásica alemana, la economía política clásica inglesa y el socialismo francés,vinculado a las doctrinas revolucionarias france sas en general. La admirable coherencia y la integridad de sus concepciones -- cualidades reconocidas incluso por sus adver sarios --,que constituyen en su conjunto el materialismo y el socialismo científicos contemporáneos como teoría y programa del movimiento obrero de todos los países civilizados del mundo,nos obligan a esbozar brevemente su concepción del mundo en general antes de exponer el contenido esencial del marxismo, o sea,la doctrina económica de Marx.    El Materialismo Filosósico Desde 1844-1845, años en que se formaron sus concepciones, Marx fue materialista y,especialmente, partidario de Ludwig Feuerbach, cuyos puntos débiles vio, más tarde, en la insuficiente consecuencia y amplitud de su materialismo. Para Marx, la significación histórica universal de Feuerbach,que "hizo época",residía precisamente en el hecho de haber roto en forma resuelta con el idealismo de Hegel y proclamado el materialismo,que ya "en el siglo XVIII, sobre todo en Francia,representaba la lucha,no sólo contra las instituciones políticas existentes y al mismo tiempo contra la religión y la teología,sino también [. . .] contra la metafísica en general" (entendiendo por ella toda "especulación ebria",a diferencia de la "filosofía sobria") (La Sagrada Familia, en La herencia literaria ). "Para Hegel -- escribía Marx --,el proceso del pensamiento,al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida propia, es el demiurgo de lo real [. . .]. Para mí lo ideal no es, por el contrario,más que lo material traducido y traspuesto a la cabeza del hombre." (C. Marx,El Capital, t. I,"Palabras finales a la 2a ed."). Mostrándose plenamente de acuerdo con esta filosofía materialista de Marx,F. Engels escribía lo siguiente,al exponerla en su Anti-Dühring (véase ), obra cuyo manuscrito conoció Marx: . . . "La unidad del mundo no existe en su ser, sino en su materialidad, que ha sido demostrada [. . .] en el largo y penoso desarrollo de la filosofía y de las ciencias naturales [. . .]. El movimiento es la forma de existencia de la materia. Jamás,ni en parte alguna,ha existido ni puede existir materia sin movimiento, ni movimiento sin materia [. . .]. Pero si seguimos preguntando qué son y de dónde proceden el pensar y la conciencia,nos encontramos con que son productos del cerebro humano y con que el mismo hombre no es más que un producto de la naturaleza, que se ha desarrollado en un determinado ambiente natural y junto con éste; por donde llegamos a la conclusión lógica de que los productos del cerebro humano,que en última instancia no son tampoco más que productos de la naturaleza, no se contradicen,sino que corresponden al resto de la concatenación de la naturaleza". "Hegel era idealista,es decir,que para él las ideas de nuestra cabeza no son reflejos [Abbilder,esto es,imágenes, pero a veces Engels habla de "reproducciones"] más o menos abstractos de los objetos y fenómenos de la realidad,sino que los objetos y su desarrollo se le antojaban,por el contrario,imágenes de una idea existentes no se sabe dónde,ya antes de que existiese el mundo." En Ludwig Feuerbach [6], obra en la que Engels expone sus ideas y las de Marx sobre la filosofía de Feuerbach,y cuyo original envió a la imprenta después de revisar un antiguo manuscrito suyo y de Marx, que databa de los años 1844-1845, sobre Hegel,Feuerbach y la concepción materialista de la historia,escribe Engels: "El gran problema cardinal de toda filosofía, especialmente de la moderna,es el problema de la relación entre el pensar y el ser, entre el espíritu y la naturaleza [. . .]. ¿Qué está primero: el espíritu o la naturaleza? [. . .] Los filósofos se dividieron en dos grandes campos,según la contestación que diesen a esta pregunta. Los que afirmaban que el espíritu estaba antes que la naturaleza y que,por lo tanto, reconocían, en última instancia,una creación del mundo bajo una u otra forma [. . .],constituyeron el campo del idealismo. Los demás, los que reputaban la naturaleza como principio fundamental,adhirieron a distintas escuelas del materialismo". Todo otro empleo de los conceptos de idealismo y materialismo (en sentido filosófico) sólo conduce a la confusión. Marx rechazaba enérgicamente,no sólo el idealismo -- vinculado siempre,de un modo u otro, a la religión --, sino también los puntos de vista de Hume y Kant, tan difundidos en nuestros días,es decir, el agnosticismo,el criticismo y el positivismo en sus diferentes formas; para Marx esta clase de filosofía era una concesión "reaccionaria" al idealismo y, en el mejor de los casos, una "manera vergonzante de aceptar el materialismo bajo cuerda y renegar de él públicamente". Sobre esto puede consultarse, además de las obras ya citadas de Engels y Marx,la carta de este último a Engels, fechada el 12 de diciembre de 1868, en la que habla de unas manifestaciones del célebre naturalista T. Huxley. En ella, a la vez que hace notar que Huxley se muestra "más materialista" que de ordinario,y reconoce que "si observamos y pensamos realmente, nunca podemos salirnos del materialismo",Marx le reprocha que deje abierto un "portillo" al agnosticismo,a la filosofía de Hume. En particular debemos destacar la concepción de Marx acerca de las relaciones entre la libertad y la necesidad: "La necesidad sólo es ciega en cuanto no se la comprende. La libertad no es otra cosa que el conocimiento de la necesidad" (Engels, Anti-Dühring ) = reconocimiento de la sujeción objetiva de la naturaleza a leyes y de la trasformación dialéctica de la necesidad en libertad (a la par que de la trasformación de la "cosa en sí" no conocida aún, pero cognoscible, en "cosa para nosotros",de la "esencia de las cosas" en "fenómenos"). El defecto fundamental del "viejo" materialismo, incluido el de Feuerbach (y con mayor razón aún el del materialismo "vulgar" de Buchner, Vogt y Moleschott) consistía, según Marx y Engels,en lo siguiente:

☞1) en que este materialismo era "predominantemente mecanicista" y no tenía en cuenta los últimos progresos de la química y de la biología (a los que habría que agregar en nuestros días los de la teoría eléctrica de la materia); ☞2) en que el viejo materialismo no era histórico ni dialéctico (sino metafísico,en el sentido de antidialéctico) y no mantenía consecuentemente ni en todos sus aspectos el punto de vista del desarrollo; ☞3) en que concebían "la esencia del hombre" en forma abstracta, y no como el "conjunto de las relaciones sociales" (históricamente concretas y determinadas),por cuya razón se limitaban a "explicar" el mundo cuando en realidad se trata de "trasformar lo";es decir,en que no comprendían la importancia de la "actividad práctica revolucionaria".    La Dialéctica La dialéctica hegeliana, o sea, la doctrina más multilateral, más rica en contenido y más profunda del desarrollo,era para Marx y Engels la mayor conquista de la filosofía clásica alemana. Toda otra formulación del principio del desarrollo,de la evolución,les parecía unilateral y pobre,deformadora y mutiladora de la verdadera marcha del desarrollo en la naturaleza y en la sociedad (marcha que a menudo se efectúa a través de saltos, cataclismos y revoluciones). "Marx y yo fuimos casi los únicos que nos planteamos la tarea de salvar [del descalabro del idealismo,incluido el hegelianismo] la dialéctica conciente para traerla a la concepción materialista de la naturaleza." "La naturaleza es la confirmación de la dialéctica, y precisamente son las modernas ciencias naturales las que nos han brindado un extraordinario acervo de datos [¡y esto fue escrito antes de que se descubriera el radio, los electrones,la trasformación de los elementos,etc.!] y enriquecido cada día que pasa,demostrando con ello que la naturaleza se mueve, en última instancia,dialéctica,y no metafísicamente."  "La gran idea fundamental -- escribe Engels -- de que el mundo no se compone de un conjunto de objetos terminados y acabados,sino que representa en sí un conjunto de procesos, en el que las cosas que parecen inmutables,al igual que sus imágenes mentales en nuestro cerebro,es decir,los conceptos,se hallan sujetos a un continuo cambio,a un proceso de nacimiento y muerte; esta gran idea fundamental se encuentra ya tan arraigada desde Hegel en la conciencia común,que apenas habrá alguien que la discuta en su forma general. Pero una cosa es reconocerla de palabra y otra aplicarla en cada caso particular y en cada campo de investigación." "Para la filosofía dialéctica no existe nada establecido de una vez para siempre, nada absoluto,consagrado.; en todo ve lo que hay de perecedero, y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del aparecer y desaparecer,del infinito movimiento ascensional de lo inferior a lo superior. Y esta misma filosofía es un mero reflejo de ese proceso en el cerebro pensante." Así, pues, la dialéctica es,según Marx,"la ciencia de las leyes generales del movimiento,tanto del mundo exterior como del pensamiento humano". Este aspecto revolucionario de la filosofía hegeliana es el que Marx recoge y desarrolla. El materialismo dialéctico "no necesita de ninguna filosofía situada por encima de las demás ciencias". De la filosofía anterior queda en pie "la teoría del pensamiento y sus leyes,es decir, la lógica formal y la dialéctica". Y la dialéctica,tal como la concibe Marx, y también según Hegel,abarca lo que hoy se llama teoría del conocimiento o gnoseología,ciencia que debe enfocar también su objeto desde un punto de vista histórico,investigando y generalizando los orígenes y el desarrollo del conocimiento,y el paso de la falta de conocimiento al conocimiento.  En nuestro tiempo,la idea del desarrollo,de la evolución,ha penetrado casi en su integridad en la conciencia social,pero no a través de la filosofía de Hegel,sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la formularon Marx y Engels, apoyándose en Hegel,es mucho más completa,mucho más rica en contenido que la teoría de la evolución al uso. Es un desarrollo que,al parecer,repite etapas ya recorridas,pero de otro modo, sobre una base más alta ("negación de la negación"),un desarrollo,por decirlo así,en espiral y no en línea recta; un desarrollo que se opera en forma de saltos,a través de cataclismos y revoluciones,que significan "interrupciones de la gradualidad"; un desarrollo que es trasformación de la cantidad en calidad,impulsos internos de desarrollo originados por la contradicción,por el choque de las diversas fuerzas y tendencias,que actúan sobre determinado cuerpo, o dentro de los límites de un fenómeno dado o en el seno de una sociedad dada; interdependencia íntima e indisoluble concatenación de todos los aspectos de cada fenómeno (con la particularidad de que la historia pone constantemente al descubierto nuevos aspectos),concatenación que ofrece un proceso de movimiento único,universal y sujeto a leyes; tales son algunos rasgos de la dialéctica, teoría mucho más empapada de contenido que la (habitual) doctrina de la evolución. (Véase la carta de Marx a Engels del 8 de enero de 1868,en la que se mofa de las "rígidas tricotomías" de Stein,que sería ridículo confundir con la dialéctica materialista.)    La Concepción Materialista de la Historia La conciencia de que el viejo materialismo era una teoría inconsecuente,incompleta y unilateral llevó a Marx a la convicción de que era indispensable "poner en consonancia la ciencia de la sociedad con la base materialista y reconstruirla sobre esta base". Si el materialismo en general explica la conciencia por el ser,y no al contrario, aplicado a la vida social de la humanidad exige que la conciencia social se explique por el ser social. "La tecnología -- dice Marx (en El Capital,t. I) -- pone al descubierto la relación activa del hombre con la naturaleza, el proceso inmediato de producción de su vida,y,a la vez,sus condiciones sociales de vida y de las representaciones espirituales que de ellas se derivan." Y en el "prólogo a su Contribución a la crítica de la economía política ",Marx ofrece una formulación integral de las tesis fundamentales del materialismo aplicadas a la sociedad humana y a su historia. He aquí sus palabras:  "En la producción social de su vida,los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. "El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad,la base real sobre la que se erige una superestructura política y jurídica,y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social,política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario,su ser social el que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto,con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas,estas relaciones se convierten en trabas de ellas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica,se revoluciona,más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones,hay que distinguir siempre entre la revolución material producida en las condiciones económicas de producción,y que puede verificarse con la precisión propia de las ciencias naturales, y las revoluciones jurídicas,políticas, religiosas,artísticas o filosóficas; en una palabra,de las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. "Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de si,no podemos juzgar tampoco estas épocas de revolución por su conciencia,sino que,por el contrario,hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. . ." "A grandes rasgos, podemos señalar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad,el modo de producción asiático,el antiguo,el feudal y el moderno burgués." (Véase la breve formulación que Marx da en su carta a Engels del 7 de julio de 1866: "Nuestra teoria de que la organización del trabajo está determinada por los medios de producción".) El descubrimiento de la concepción materialista de la historia, o mejor dicho, la consecuente aplicación y extensión del materialismo al dominio de los fenómenos sociales, superó los dos defectos fundamentales de las viejas teorías de la historia. En primer lugar, estas teorías solamente examinaban, en el mejor de los casos,los móviles ideológicos de la actividad histórica de los hombres,sin investigar el origen de esos móviles,sin captar las leyes objetivas que rigen el desarrollo del sistema de las relaciones sociales,ni ver las raices de éstas en el grado de desarrollo de la producción material; en segundo lugar, las viejas teorias no abarcaban precisamente las acciones de las masas de la población,mientras que el materialismo histórico permitió estudiar,por vez primera y con la exactitud de las ciencias naturales, las condiciones sociales de la vida de las masas y los cambios operados en estas condiciones. La "sociologia" y la historiografía anteriores a Marx proporcio naban, en el mejor de los casos,un cúmulo de datos crudos, recopilados fragmentariamente,y la descripción de aspectos aislados del proceso histórico. El marxismo señaló el camino para un estudio global y multilateral del proceso de aparición, desarrollo y decadencia de las formaciones económico-sociales, examinando el conjunto de todas las tendencias contradictorias y reduciéndolas a las condiciones, perfectamente determinables,de vida y de producción de las distintas clases de la sociedad,eliminando el subjetivismo y la arbitrariedad en la elección de las diversas ideas "dominantes" o en la interpretación de ellas, y poniendo al descubierto las raíces de todas las ideas sin excepción y de las diversas tendencias que se manifiestan en el estado de las fuerzas productivas materiales. Los hombres hacen su propia historia,¿pero qué determina los móviles de estos hombres,y precisamente de las masas humanas?; ¿qué es lo que provoca los choques de ideas y las aspiraciones contradictorias?; ¿qué representa el conjunto de todos estos choques que se producen en la masa entera de las sociedades humanas?; ¿cuáles son las condiciones objetivas de producción de la vida material que crean la base de toda la actividad histórica de los hombres?; ¿cuál es la ley que rige el desenvolvimiento de estas condiciones? Marx concentró su atención en todo esto y trazó el camino para estudiar científicamente la historia como un proceso único, regido por leyes,en toda su inmensa diversidad y con su carácter contradictorio.

La Lucha de Clases Todo el mundo sabe que en cualquier sociedad las aspiraciones de una parte de sus miembros chocan abiertamente con las aspiraciones de otros, que la vida social está llena de contradicciones, que la historia nos muestra una lucha entre pueblos y sociedades,así como en su propio seno; todo el mundo sabe también que se suceden los períodos de revolución y reacción,de paz y de guerras,de estancamiento y de rápido progreso o decadencia. El marxismo nos proporciona el hilo conductor que permite descubrir una sujeción a leyes en este aparente laberinto y caos,a saber: la teoría de la lucha de clases. Sólo el estudio del conjunto de las aspiraciones de todos los miembros de una sociedad dada o de un grupo de sociedades, puede conducirnos a una determinación científica del resultado de esas aspiraciones. Ahora bien, la fuente de que brotan esas aspiraciones contradictorias son siempre las diferencias de situación y de condiciones de vida de las clases en que se divide cada sociedad. "La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días -- dice Marx en el Manifiesto Comunista (exceptuando la historia del régimen de la comunidad primitiva,añade más tarde Engels) -- es la historia de las luchas de clases. Hombres libres y esclavos,patricios y plebeyos, señores y siervos,maestros y oficiales; en una palabra: opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada unas veces,y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la trasformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes [. . .]. La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal,no ha abolido las contradicciones de clase. Unicamente ha sustituido las viejas clases,las viejas condiciones de opresion,las viejas formas de lucha, por otras nuevas. Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo,por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose cada vez más en dos grandes campos enemigos,en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado." A partir de la Gran Revolución Francesa,la historia de Europa pone de relieve en distintos países,con especial evidencia, el verdadero fondo de los acontecimientos,la lucha de clases. Y ya en la época de la restauración se destacan en Francia algunos historiadores (Thierry,Guizot,Mignet y Thiers) que,al generalizar los acontecimientos,no pudieron dejar de reconocer que la lucha de clases era la clave para la comprensión de toda la historia francesa. Y la época contemporánea,es decir,la época que señala el triunfo completo de la burguesía y de las instituciones representativas, del sufragio amplio (cuando no universal),de la prensa diaria barata que llega a las masas, etc., la época de las poderosas asociaciones obreras y patronales cada vez más vastas,etc., pone de manifiesto de un modo todavía más patente (aunque a veces en forma unilateral,"pacífica" y "constitucional") que la lucha de clases es la fuerza motriz de los acontecimientos. El siguiente pasaje del Manifiesto Comunista nos revela lo que Marx exigía de la ciencia social en cuanto al análisis objetivo de la situación de cada clase en la sociedad moderna y en relación con el examen de las condiciones de desarrollo de cada clase: "De todas las clases que hoy se enfrentan con ía burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio,es su producto más peculiar. Las capas medias -- el pequeño industrial,el pequeño comerciante, el artesano y el campesino -- ,todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son,pues, revolucionarias,sino conservadoras. Más todavía,son reaccionarias,ya que pretenden volver atrás la rueda de la historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado; defendiendo así, no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros,cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del proletariado". En una serie de obras históricas (véase la Bibliografía ),Marx nos ofrece brillantes y profundos ejemplos de historiografía materialista, de análisis de la situación de cada clase en particular y a veces de los diferentes grupos o capas que se manifiestan dentro de ella,mostrando palmariamente por qué y cómo "toda lucha de clases es una lucha política". El pasaje que acabamos de citar ilustra cuán intrincada es la red de relaciones sociales y fases de transición de una clase a otra, del pasado al porvenir, que Marx analiza para determinar la resultante total del desarrollo histórico. La confirmación y aplicación más profunda,más completa y detallada de la teoría de Marx es su doctrina económica.

✔LA DOCTRINA ECONÓMICA DE MARX

"Y la finalidad última de esta obra -- dice Marx en el prólogo a El Capital -- es,en efecto,descubrir la ley económica que preside el movimiento de la sociedad moderna", es decir,de la sociedad capitalista, burguesa. El estudio de las relaciones de producción de una sociedad dada,históricamente determinada,en su aparición, desarrollo y decadencia: tal es el contenido de la doctrina económica de Marx. En la sociedad capitalista impera la producción de mercancías ; por eso,el análisis de Marx empieza con el análisis de la mercancía.    El Valor La mercancía es,en primer lugar,una cosa que satisface una determinada necesidad humana y, en segundo lugar,una cosa que se cambia por otra. La utilidad de una cosa hace de ella un valor de uso. El valor de cambio (o,sencillamente el valor) es,ante todo,la relación o proporción en que se cambia cierto número de valores de uso de una clase por un determinado número de valores de uso de otra clase. La experiencia diaria nos muestra que, a través de millones y miles de millones de esos actos de intercambio,se equiparan constantemente todo género de valores de uso,aun los más diversos y menos equiparables entre sí. ¿Qué es lo que tienen de común esos diversos objetos,que constantemente son equiparados entre sí en determinado sistema de relaciones sociales? Tienen de común el que todos ellos son productos del trabajo. Al cambiar sus productos, los hombres equiparan los mas diversos tipos de trabajo. La producción de mercancías es un sistema de relaciones sociales en que los distintos productores crean diversos productos (división social del trabajo),y todos estos productos se equiparan entre sí por medio del cambio. Por lo tanto, lo que todas las mercancías encierran de común no es el trabajo concreto de una determinada rama de producción, no es un trabajo de determinado tipo, sino el trabajo humano abstracto,el trabajo humano en general. Toda la fuerza de trabajo de una sociedad dada, representada por la suma de valores de todas las mercancías,es una y la misma fuerza humana de trabajo; así lo evidencian miles de millones de actos de cambio. Por consiguiente, cada mercancía en particular no representa más que una determinada parte del tiempo de trabajo socialmente necesario. La magnitud del valor se determina por la cantidad de trabajo socialmente necesario o por el tiempo de trabajo socialmente necesario para producir cierta mercancía o cierto valor de uso. "Al equiparar unos con otros, en el cambio,sus diversos productos, lo que hacen los hombres es equiparar entre sí sus diversos trabajos como modalidades del trabajo humano. No lo saben, pero lo hacen." El valor es, como dijo un viejo economista,una relación entre dos personas; pero debió añadir simplemente: relación encubierta por una envoltura material. Sólo partiendo del sistema de relaciones sociales de producción de una formación social históricamente determinada, relaciones que se manifiestan en el fenómeno masivo del cambio, repetido miles de millones de veces, podemos comprender lo que es el valor. "Como valores, las mercancías no son más que cantidades determinadas de tiempo de trabajo coagulado." Después de analizar en detalle el doble carácter del trabajo materializado en las mercancías, Marx pasa al análisis de la forma del valor y del dinero. Con ello se propone, fundamentalmente, investigar el origen de la forma monetaria del valor,estudiar el proceso histórico de desenvolvimiento del cambio, comenzando por las operaciones sueltas y fortuitas de trueque ("forma simple, suelta o fortuita del valor", en que una cantidad de mercancía es cambiada por otra) hasta remontarse a la forma universal del valor,en que mercancías diferentes se cambian por una mercancía concreta,siempre la misma, y llegar a la forma monetaria del valor, en que la función de esta mercancía,o sea,la función de equivalente universal,la desempeña el oro. El dinero, producto supremo del desarrollo del cambio y de la producción de mercancías,disfraza y oculta el carácter social de los trabajos privados,la concatenación social existente entre los diversos productores unidos por el mercado. Marx somete a un análisis extraordinariamente minucioso las diversas funciones del dinero, debiendo advertirse,pues tiene gran importancia,que en este caso (como, en general,en todos los primeros capítulos de El Capital ) la forma abstracta de la exposición,que a veces parece puramente deductiva, recoge en realidad un gigantesco material basado en hechos sobre la historia del desarrollo del cambio y de la producción de mercancías. "El dinero presupone cierto nivel del cambio de mercancías. Las diversas formas del dinero -- simple equivalente de mercancías o medio de circulación, medio de pago, de atesoramiento y dinero mundial -- señalan,según el distinto volumen y predominio relativo de tal o cual función,fases muy distintas del proceso social de producción" (El Capital, I).   

✔La Plusvalía

Al alcanzar la producción de mercancías determinado grado de desarrollo,el dinero se convierte en capital. La fórmula de la circulación de mercancías era: M (mercancía) -- D (dinero) -- M (mercancía), o sea, venta de una mercancía para comprar otra. Por el contrario, la fórmula general del capital es D -- M -- D, o sea, la compra para la venta (con ganancia). Marx llama plusvalía a este incremento del valor primitivo del dinero que se lanza a la circulación. Que el dinero lanzado a la circulación capitalista "crece", es un hecho conocido de todo el mundo. Y precisamente ese "crecimiento" es lo que convierte el dinero en capital, como relación social de producción particular,históricamente determinada. La plusvalía no puede brotar de la circulación de mercancías,pues ésta sólo conoce el intercambio de equivalentes; tampoco puede provenir de un alza de los precios,pues las pérdidas y las ganancias recíprocas de vendedores y compradores se equilibrarían; se trata de un fenómeno masivo, medio, social, y no de un fenómeno individual. Para obtener plusvalía "el poseedor del dinero necesita encontrar en el mercado una mercancía cuyo valor de uso posea la cualidad peculiar de ser fuente de valor",una mercancía cuyo proceso de consumo sea, al mismo tiempo, proceso de creación de valor. Y esta mercancía existe: es la fuerza de trabajo del hombre. Su consumo es trabajo y el trabajo crea valor. El poseedor del dinero compra la fuerza de trabajo por su valor,valor que es determinado,como el de cualquier otra mercancía, por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción (es decir,por el costo del mantenimiento del obrero y su familia). Una vez que ha comprado la fuerza de trabajo el poseedor del dinero tiene derecho a consumirla, es decir, a obligarla a trabajar durante un día entero,por ejemplo,durante doce horas. En realidad el obrero crea en seis horas (tiempo de trabajo "necesario") un producto con el que cubre los gastos de su mantenimiento; durante las seis horas restantes (tiempo de trabajo "suplementario") crea un "plusproducto" no retribuido por el capitalista,que es la plusvalía. Por consiguiente, desde el punto de vista del proceso de la producción,en el capital hay que distinguir dos partes: capital constante,invertido en medios de producción (máquinas, instrumentos de trabajo, materias primas,etc.) -- y cuyo valor se trasfiere sin cambio de magnitud (de una vez o en partes) a las mercancías producidas --, y capital variable,invertido en fuerza de trabajo. El valor de este capital no permanece invariable,sino que se acrecienta en el proceso del trabajo, al crear la plusvalía. Por lo tanto,para expresar el grado de explotación de la fuerza de trabajo por el capital, tenemos que comparar la plusvalía obtenida,no con el capital global, sino exclusivamente con el capital variable. La cuota de plusvalía, como llama Marx a esta relación,sería, pues,en nuestro ejemplo,de 6:6,es decir,del 100 por ciento. Las premisas históricas para la aparición del capital son: primera, la acumulación de determinada suma de dinero en manos de ciertas personas,con un nivel de desarrollo relativamente alto de la producción de mercancías en general ¡ segunda, la existencia de obreros "libres" en un doble sentido -- libres de todas las trabas o restricciones impuestas a la venta de la fuerza de trabajo,y libres por carecer de tierra y, en general, de medios de producción --, de obreros desposeídos,de obreros "proletarios" que, para subsistir, no tienen más recursos que la venta de su fuerza de trabajo.  Dos son los modos principales para poder incrementar la plusvalía: mediante la prolongación de la jornada de trabajo ("plusvalía absoluta") y mediante la reducción del tiempo de trabajo necesario ("plusvalía relativa"). Al analizar el primer modo,Marx hace desfilar ante nosotros el grandioso panorama de la lucha de la clase obrera para reducir la jornada de trabajo y de la intervención del poder estatal, primero para prolongarla (en el período que media entre los siglos XIV y XVII) y después para reducirla (legislación fabril del siglo XIX). Desde la aparición de El Capital,la historia del movimiento obrero de todos los países civilizados ha aportado miles y miles de nuevos hechos que ilustran este panorama. Al proceder a su análisis de la producción de plusvalía relativa, Marx investiga las tres etapas históricas fundamenta les de la elevación de la productividad del trabajo por el capitalismo: 1) la cooperación simple; 2) la división del trabajo y la manufactura; 3) la maquinaria y la gran industria. La profundidad con que Marx aquí pone de relieve los rasgos fundamentales y típicos del desarrollo del capitalismo nos demuestra, entre otras cosas,el hecho de que el estudio de la llamada industria de los kustares* en Rusia ha aportado un abundantísimo material para ilustrar las dos primeras etapas de las tres mencionadas. En cuanto a la acción revolucionaria de la gran industria maquinizada, descrita por Marx en 1867,durante el medio siglo trascurrido desde entonces ha venido a revelarse en toda una serie de países "nuevos" (Rusia,Japón,etc.). Prosigamos. Importantísimo y nuevo es el análisis de Marx de la acumulación del capital,es decir,de la trasformación de una parte de la plusvalía en capital,y de su empleo, no para satisfacer las necesidades personales o los caprichos del capitalista, sino para renovar la producción. Marx hace ver el error de toda la economía política clásica anterior (desde Adam Smith) al suponer que toda la plusvalía que se convertía en capital pasaba a formar parte del capital variable,cuando en realidad se descompone en medios de producción más capital variable. En el proceso de desarrollo del capitalismo y de su trasformación en socialismo tiene una inmensa importancia el que la parte del capital constante (en la suma total del capital) se incremente con mayor rapidez que la parte del capital variable. Al acelerar el desplazamiento de los obreros por la maquinaria,produciendo riqueza en un polo y miseria en el polo opuesto, la acumulación del capital crea también el llamado "ejército industrial de reserva", el "sobrante relativo" de obreros o "superpoblación capitalista",que reviste formas extraordinariamente diversas y permite al capital ampliar la producción con singular rapidez. Esta posibilidad,relacionada con el crédito y la acumulación de capital en medios de producción, nos proporciona,entre otras cosas,la clave para comprender las crisis de superproducción,que estallan periódicamente en los países capitalistas,primero cada diez años, término medio,y luego con intervalos mayores y menos precisos. De la acumulación del capital sobre la base del capitalismo hay que distinguir la llamada acumulación primitiva,que se lleva a cabo mediante la separación violenta del trabajador de los medios de producción,expulsión del campesino de su tierra, robo de los terrenos comunales,sistema colonial,sistema de la deuda pública, tarifas aduaneras proteccionistas,etc. La "acumulación primitiva" crea en un polo al proletario "libre" y en el otro al poseedor del dinero,el capitalista.  Marx caracteriza la "tendencia histórica de la acumulación capitalista" con las famosas palabras siguientes: "La expropiación del productor directo se lleva a cabo con el más despiadado vandalismo y bajo el acicate de las pasiones más infames,más sucias, más mezquinas y más desenfrenadas. La propiedad privada, fruto del propio trabajo [del campesino y del artesano],y basada, por decirlo así,en la compenetración del obrero individual e independiente con sus instrumentos y medios de trabajo, es desplazada por la propiedad privada capitalista,basada en la explotación de la fuerza de trabajo ajena, aunque formalmente libre [. . .]. Ahora ya no se trata de expropiar al trabajador dueño de una economía independiente,sino de expropiar al capitalista explotador de numerosos obreros. Esta expropiación la lleva a cabo el juego de las leyes inmanentes de la propia producción capitalista,la centralización de los capitales. Un capitalista derrota a otros muchos. Paralelamente con esta centralización del capital o expropiación de muchos capitalistas por unos pocos,se desarrolla en una escala cada vez mayor la forma cooperativa del proceso de trabajo, la aplicación técnica conciente de la ciencia,la explotación planificada de la tierra,la trasformación de los medios de trabajo en medios de trabajo utilizables sólo colectivamente,la economía de todos los medios de producción al ser empleados como medios de producción de un trabajo combinado, social,la absorción de todos los países por la red del mercado mundial y,como consecuencia de esto, el carácter internacional del régimen capitalista. Conforme disminuye progresivamente el número de magnates capitalistas que usurpan y monopolizan todos los beneficios de este proceso de trasformación,crece la masa de la miseria, de la opresión,del esclavizamiento,de la degeneración, de la explotación; pero crece también la rebeldía de la clase obrera,que es aleccionada, unificada y organizada por el mecanismo del propio proceso capitalista de producción El monopolio del capital se convierte en grillete del modo de producción que ha crecido con él y bajo él. La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que son ya incompatibles con su envoltura capitalista. Esta envoltura estalla. Suena la hora de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados" (EI Capital, t. I).  También es sumamente importante y nuevo el análisis que hace Marx más adelante de la reproducción del capital social,considerado en su conjunto,en el tomo II de El Capital. Tampoco en este caso toma Marx un fenómeno individual,sino de masas; no toma una parte fragmentaria de la economía de la sociedad,sino toda la economía en su conjunto. Rectificando el error en que incurren los economistas clásicos antes mencionados,Marx divide toda la producción social en dos grandes secciones: ☞1) producción de medios de producción y ☞2) producción de artículos de consumo. Y,apoyándose en cifras,analiza minuciosamente la circulación del capital social en su conjunto,tanto en la reproducción de envergadura anterior como en la acumulación. En el tomo III de El Capital se resuelve, sobre la base de la ley del valor,el problema de la formación de la cuota media de ganancia. Constituye un gran progreso en la ciencia económica el que Marx parta siempre,en sus análisis, de los fenómenos económicos generales, del conjunto de la economía social,y no de casos aislados o de las manifestaciones superficiales de la competencia,que es a lo que suele limitarse la economía política vulgar o la moderna "teoría de la utilidad límite". Marx analiza primero el origen de la plusvalía y luego pasa a ver su descomposición en ganancia, interés y renta del suelo. La ganancia es la relación de la plusvalía con todo el capital invertido en una empresa. El capital de "alta composición orgánica" (es decir,aquel en el cual el capital constante predomina sobre el variable en proporciones superiores a la media social) arroja una cuota de ganancia inferior a la cuota media. El capital de "baja composición orgánica" da,por el contrario, una cuota de ganancia superior a la media. La competencia entre los capitales,su libre paso de unas ramas de producción a otras,reducen en ambos casos la cuota de ganancia a la cuota media. La suma de los valores de todas las mercancías de una sociedad dada coincide con la suma de precios de estas mercancías; pero en las distintas empresas y en las diversas ramas de producción las mercancías,bajo la presión de la competencia, no se venden por su valor, sino por el precio de producción,que equivale al capital invertido más la ganancia media. Así, pues, un hecho conocido de todos,e indiscutible,es decir,el hecho de que los precios difieren de los valores y de que las ganancias se nivelan,lo explica Marx perfectamente partiendo de la ley del valor, pues la suma de los valores de todas las mercancías coincide con la suma de sus precios. Sin embargo,la reducción del valor (social) a los precios (individuales) no es una operación simple y directa,sino que sigue una vía indirecta y muy complicada: es perfectamente natural que en una sociedad de productores de mercancías dispersos,vinculados sólo por el mercado,las leyes que rigen esa sociedad no puedan manifestarse más que como leyes medias, sociales,generales, con una compensación mutua de las desviaciones individuales manifestadas en uno u otro sentido.  La elevación de la productividad del trabajo significa un incremento más rápido del capital constante en comparación con el variable. Pero como la creación de plusvalía es función privativa de éste,se comprende que la cuota de ganancia (o sea, la relación que guarda la plusvalía con todo el capital,y no sólo con su parte variable) acuse una tendencia a la baja. Marx analiza minuciosamente esta tendencia,así como las diversas circunstancias que la ocultan o contrarrestan. Sin detenernos a exponer los capítulos extraordinariamente interesantes del tomo III,que estudian el capítulo usurario,comercial y financiero, pasaremos a lo esencial, a la teoría de la renta del suelo. Debido a la limitación de la superficie de la tierra, que en los países capitalistas es ocupada enteramente por los propietarios particulares,el precio de producción de los productos agrícolas no lo determinan los gastos de producción en los terrenos de calidad media,sino en los de calidad inferior; no lo determinan las condiciones medias en que el producto se lleva al mercado, sino las condiciones peores. La diferencia existente entre este precio y el de producción en las tierras mejores (o en condiciones más favorables de producción) da lugar a una diferencia o renta diferencial. Marx analiza detenidamente la renta diferencial y de muestra que brota de la diferente fertilidad del suelo,de la diferencia de los capitales invertidos en el cultivo de las tierras,poniendo totalmente al descubierto (véase también la Teoría de la plusvalía,donde merece una atención especial la crítica que hace a Rodbertus) el error de Ricardo, según el cual la renta diferencial sólo se obtiene con el paso sucesivo de las tierras mejores a las peores. Por el contrario, se dan también casos inversos: tierras de una clase determinada se trasforman en tierras de otra clase (gracias a los progresos de la técnica agrícola, a la expansión de las ciudades,etc.), por lo que la tristemente célebre "ley del rendimiento decreciente del suelo" es profundamente errónea y representa un intento de cargar sobre la naturaleza los defectos,las limitaciones y contradicciones del capitalismo. Además, la igualdad de ganancias en todas las ramas de la industria y de la economía nacional presupone la plena libertad de competencia, la libertad de trasferir los capitales de una rama de producción a otra. Pero la propiedad privada sobre el suelo crea un monopolio,que es un obstáculo para la libre trasferencia. En virtud de ese monopolio,los productos de la economía agrícola,que se distingue por una baja composición del capital y, en consecuencia,por una cuota de ganancia individual más alta, no entran en el proceso totalmente libre de nivelación de las cuotas de ganancia. El propietario de la tierra, como monopolista,puede mantener sus precios por encima del nivel medio, y este precio de monopolio origina la renta absoluta. La renta diferencial no puede ser abolida mientras exista el capitalismo; en cambio,la renta absoluta puede serlo; por ejemplo,cuando se nacionaliza la tierra, convirtiéndola en propiedad del Estado. Este paso significaría el socavamiento del monopolio de los propietarios privados,así como una aplicación más consecuente y plena de la libre competencia en la agricultura. Por eso los burgueses radicales,advierte Marx,han presentado repetidas veces a lo largo de la historia esta reivindicación burguesa progresista de la nacionalización de la tierra,que asusta,sin embargo,a la mayoría de los burgueses, pues "afecta" demasiado de cerca a otro monopolio mucho más importante y "sensible" en nuestros días: el monopolio de los medios de producción en general. (El propio Marx expone en un lenguaje muy popular,conciso y claro su teoría de la ganancia media sobre el capital y de la renta absoluta del suelo, en la carta que dirige a Engels el 2 de agosto de 1862. Véase Correspondencia,t. III, págs. 77-81, y también en las págs. 86-87, la carta del 9 de agosto de 1862.) Para la historia de la renta del suelo resulta importante señalar el análisis en que Marx demuestra cómo la trasformación de la renta en trabajo (cuando el campesino crea el plusproducto trabajando en la hacienda del terrateniente) en renta natural o renta en especie (cuando el campesino crea el plusproducto en su propia tierra,entregándolo luego al terrateniente bajo una "coerción extraeconómica"),después en renta en dinero (que es la misma renta en especie,sólo que convertida en dinero, el obrok, censo de la antigua Rusia,en virtud del desarrollo de la producción de mercancías) y finalmente,en la renta capitalista, cuando en lugar del campesino es el patrono quien cultiva la tierra con ayuda del trabajo asalariado. En relación con este análisis de la "génesis de la renta capitalista del suelo", hay que señalar una serie de profundas ideas (que tienen una importancia especial para los países atrasados,como Rusia) expuestas por Marx acerca de la evolución del capitalismo en la agricultura."La trasformación de la renta natural en renta en dinero va, además, no sólo necesariamente acompaña da, sino incluso anticipada por la formación de una clase de jornaleros desposeídos,que se contratan por dinero. Durante el período de nacimiento de dicha clase, en que ésta sólo aparece en forma esporádica,va desarrollándose, por lo tanto, necesariamente,en los campesinos mejor situados y sujetos a obrok, la costumbre de explotar por su cuenta a jornaleros agrícolas, del mismo modo que ya en la época feudal los campesinos más acomodados sujetos a vasallaje tenían a su servicio a otros vasallos. Esto va permitiendoles acumular poco a poco cierta fortuna y convertirse en futuros capitalistas. De este modo va formándose entre los antiguos poseedores de la tierra que la trabajaban por su cuenta,un semillero de arrendatarios capitalistas,cuyo desarrollo se halla condicionado por el desarrollo general de la producción capitalista fuera del campo. . ." (El Capital, t. III2a, 332). "La expropiación,el desahucio de una parte de la población rural no sólo 'libera' para el capital industrial a los obreros, sus medios de vida y sus materiales de trabajo,sino que además crea el mercado interior." (El Capital, t. I2a, pág. 778). La depauperación y la ruina de la población del campo influyen,a su vez,en la formación del ejército industrial de reserva para el capital. En todo país capitalista "una parte de la población rural se encuentra constantemente en trance de trasformarse en población urbana o manufacturera [es decir, no agrícola]. Esta fuente de superpoblación relativa flota constantemente [. . .]. El obrero agrícola se ve constantemente reducido al salario mínimo y vive siempre con un pie en el pantano del pauperismo" (El Capital, I2a, 668). La propiedad privada del campesino sobre la tierra que cultiva es la base de la pequeña producción y la condición para que ésta florezca y adquiera una forma clásica. Pero esa pequeña producción sólo es compatible con los límites estrechos y primitivos de la producción y de la sociedad. Bajo el capitalismo "la explotación de los campesinos se distingue de la explotación del proletariado industrial sólo por la forma. El explotador es el mismo: el capital. Individualmente,los capitalistas explotan a los campesinos individuales por medio de la hipoteca y de la usura; la clase capitalista explota a la clase campesina por medio de los impuestos del Estado" (Las luchas de clases en Francia ). "La parcela del campesino sólo es ya el pretexto que permite al capitalista extraer de la tierra ganancias,intereses y renta, dejando al agricultor que se las arregle para sacar como pueda su salario." (El Diecíocho Brumario.) Habitualmente, el campesino entrega incluso a la sociedad capitalista, es decir,a la clase capitalista,una parte de su salario,descendiendo "al nivel del arrendatario irlandés,aunque en apariencia es un propietario privado" (Las luchas de clases en Francia ). ¿Cuál es "una de las causas por las que en países en que predomina la propiedad parcelaria, el trigo se cotice a precio más bajo que en los países en que impera el régimen capitalista de producción"? (El Capital, t. III2a, 340). La causa es que el campesino entrega gratuitamente a la sociedad (es decir, a la clase capitalista) una parte del plusproducto. "Estos bajos precios [del trigo y los demás productos agrícolas] son,pues,un resultado de la pobreza de los productores y no, ni mucho menos,consecuencia de la productividad de su trabajo" (El Capital, t. III2a, 340). Bajo el capitalismo, la pequeña propiedad agraria, forma normal de la pequeña producción, degenera, se destruye y desaparece. "La pequeña propiedad agraria, por su propia naturaleza, es incompatible con el desarrollo de las fuerzas productivas sociales del trabajo,con las formas sociales del trabajo,con la concentración social de los capitales, con la ganadería en gran escala y con la utilización progresiva de la ciencia. La usura y el sistema de impuestos la conduce, inevitablemente,por doquier, a la ruina. El capital invertido en la compra de la tierra es sustraído al cultivo de ésta. Dispersión infinita de los medios de producción y diseminación de los productores mismos. [Las cooperativas,es decir, las asociaciones de pequeños campesinos,cumplen un extraordinario papel progresista desde el punto de vista burgués, pero sólo pueden conseguir atenuar esta tendencia,sin llegar a suprimirla; además,no se debe olvidar que estas cooperativas dan mucho a los campesinos acomodados y muy poco o casi nada a la masa de campesinos pobres, ni debe olvidarse tampoco que las propias asociaciones terminan por explotar el trabajo asalariado.] Inmenso derroche de energía humana; empeoramiento progresivo de las condiciones de producción y encarecimiento de los medios de producción: tal es la ley de la [pequeña] propiedad parcelaria." En la agricultura,lo mismo que en la industria, el capitalismo sólo trasforma el proceso de producción a costa del "martirologio de los productores". "La dispersión de los obreros del campo en grandes superficies quebranta su fuerza de resistencia,al paso que la concentración robustece la fuerza de resistencia de los obreros de la ciudad. Al igual que en la industria moderna, en la moderna agricultura, es decir en la capitalista, la intensificación de la fuerza productiva y la más rápida movilización del trabajo se consiguen a costa de devastar y agotar la fuerza obrera de trabajo. Además,todos los progresos realizados por la agricultura capitalista no son solamente progresos en el arte de esquilmar al obrero,sino también en el arte de esquilmar la tierra [. . .]. Por lo tanto,la producción capitalista sólo sabe desarrollar la técnica y la combinación del proceso social de producción,minando al mismo tiempo las dos fuentes originales de toda riqueza: la tierra y el hombre". (EI Capital, t. I, final del capítulo XIII) 

✔EL SOCIALISMO

Por lo expuesto,se ve que Marx llega a la conclusión de que es inevitable la trasformación de la sociedad capitalista en socialista basándose única y exclusivamente en la ley económica del movimiento de la sociedad moderna. La socialización del trabajo,que avanza cada vez con mayor rapidez bajo miles de formas, y que durante el medio siglo trascurrido desde la muerte de Marx se manifiesta en forma muy palpable en el incremento de la gran producción,de los cártels,los sindicatos y los trusts capitalistas,y en el gigantesco crecimiento del volumen y el poderío del capital financiero,es la base material más importante del advenimiento inevitable del socialismo. El motor intelectual y moral de esta trasformación, su agente físico, es el proletariado, educado por el propio capitalismo. Su lucha contra la burguesía,que se manifiesta en las formas más diversas,y cada vez más ricas en contenido,se convierte inevitablemente en lucha política por la conquista de su propio poder político (la "dictadura del proletariado"). La socialización de la producción no puede dejar de conducir a la trasformación de los medios de producción en propiedad social, es decir, a la "expropiación de los expropiadores". La enorme elevación de la productividad del trabajo,la reducción de la jornada de trabajo y la sustitución de los vestigios,de las ruinas de la pequeña producción, primitiva y desperdigada, por el trabajo colectivo perfeccionado: tales son las consecuencias directas de esa trasformación. El capitalismo rompe de modo definitivo los vínculos de la agricultura con la industria pero a la vez,al llegar a la culminación de su desarrollo, prepara nuevos elementos para restablecer esos vínculos, la unión de la industria con la agricultura,sobre la base de la aplicación conciente de la ciencia, de la combinación del trabajo colectivo y de un nuevo reparto de la población (acabando con el abandono del campo, con su aislamiento del mundo y con el atraso de la población rural,como también con la aglomeración antinatural de gigantescas masas humanas en las grandes ciudades). Las formas superiores del capitalismo actual preparan nuevas relaciones familiares,nuevas condiciones para la mujer y para la educación de las nuevas generaciones: el trabajo de las mujeres y de los niños, y la disolución de la familia patriarcal por el capitalismo,asumen inevitablemente en la sociedad moderna las formas más espantosas,miserables y repulsivas. No obstante, "la gran industria, al asignar a la mujer al joven y al niño de ambos sexos un papel decisivo en los procesos socialmente organizados de la producción, arrancándolos con ello a la órbita doméstica,crea las nuevas bases económicas para una forma superior de familia y de relaciones entre ambos sexos. Tan necio es, naturalmente, considerar absoluta la forma cristiano-germánica de la familia,como lo sería atribuir ese carácter a la forma romana antigua, a la antigua forma griega o a la forma oriental, entre las cuales media, por lo demás,un lazo de continuidad histórica. Y no es menos evidente que la existencia de un personal obrero combinado,en el que entran individuos de ambos sexos y de las más diversas edades,aunque hoy,en su forma capitalista primitiva y brutal, en que el obrero existe para el proceso de producción y no éste para el obrero,sea fuente apestosa de corrupción y esclavitud, bajo las condiciones que corresponden a este régimen necesariamente se trocará en fuente de evolución humana" (El Capital, t. I, final del cap. XIII). Del sistema fabril brota "el germen de la educación del porvenir en la que se combinará para todos los niños a partir de cierta edad el trabajo productivo con la enseñanza y la gimnasia,no sólo como método para intensificar la producción social, sino también como el único método que permite producir hombres plenamente desarrollados" (Loc. cit.). Sobre esa misma base histórica plantea el socialismo de Marx los problemas de la nacionalidad y del Estado,no limitándose a una explicación del pasado, sino previendo audazmente el porvenir y en el sentido de una intrépida actuación práctica encaminada a su realización. Los estados nacionales son el fruto inevitable y,además,una forma inevitable de la época burguesa de desarrollo de la sociedad. Y la clase obrera no podía fortalecerse,alcanzar su madurez y formarse,sin "organizarse en el marco de la nación",sin ser "nacional" ("aunque de ningún modo en el sentido burgués"). Pero el desarrollo del capitalismo va destruyendo cada vez más las barreras nacionales,pone fin al aislamiento nacional y sustituye los antagonismos nacionales por los antagonismos de clase. Por eso es una verdad innegable que en los países capitalistas adelantados "los obreros no tienen patria" y que la "conjunción de los esfuerzos" de los obreros, al menos de los países civilizados,"es una de las primeras condiciones de la emancipación del proletariado" (Manifiesto Comunista). El Estado,es decir,la violencia organizada,surgió inevitablemente en determinada fase del desarrollo social, cuando la sociedad se dividió en clases antagónicas y su existencia se hubiera hecho imposible sin un "poder" situado,aparentemente,por encima de la sociedad y hasta cierto punto seperado de ella. El Estado, fruto de los antagonismos de la clase,se convierte en "el Estado de la clase más poderosa, de la clase económicamente dominante,que, con ayuda de él,se convierte también en la clase políticamente dominante, adquiriendo con ello nuevos medios para la represión y la explotación de la clase oprimida. Así, el Estado de la antiguedad era,ante todo,el Estado de los esclavistas,para tener sometidos a los esclavos; el Estado feudal era el órgano de que se valía la nobleza para tener sujetos a los campesinos siervos,y el moderno Estado representativo es el instrumento de que se sirve el capital para explotar el trabajo asalariado" (Engels, El origen de la familia,la propiedad privada y el Estado, obra en la que el autor expone sus propias ideas y las de Marx). Incluso la forma más libre y progresista del Estado burgués, la república democrática, no suprime de ningún modo este hecho; lo único que hace es variar su forma (vínculos del gobierno con la Bolsa, corrupción -- directa o indirecta -- de los funcionarios y de la prensa, etc.). El socialismo,que conduce a la abolición de las clases, conduce con ello a la supresión del Estado. "El primer acto -- escribe Engels en su Anti-Dühring -- en que el Estado se manifiesta efectivamente como representante de la sociedad, la expropiación de los medios de producción en nombre de la sociedad, es a la par su último acto independiente como Estado. La intervención del poder del Estado en las relaciones sociales se hará superflua en un campo tras otro de la vida social y cesará por sí misma. El gobierno sobre las personas será sustituido por la administración de las cosas y por la dirección de los procesos de producción. El Estado no será 'abolido'i se extinguirá." "La sociedad,reorganizando de un modo nuevo la producción sobre la base de una asociación libre de productores iguales, enviará toda la máquina del Estado al iugar que entonces le ha de corresponder: al museo de antiguedades, junto a la rueca y al hacha de bronce" (F. Engels,El origen de la familia,la propiedad privada y el Estado.)  Por último, en relación con el problema de la actitud del socialismo de Marx hacia los pequeños campesinos,que seguirán existiendo en la época de la expropiación de los expropiadores, debemos señalar unas palabras de Engels,que expresan a su vez las ideas de Marx: "Cuando tengamos en nuestras manos el poder estatal,no podremos pensar en expropiar violentamente a los pequeños campesinos (con indemnización o sin ella) como habrá que hacerlo con los grandes terratenientes. Con respecto a los pequeños campesinos,nuestra misión consistirá,ante todo,en encauzar su producción individual y su propiedad privada hacia un régimen cooperativo,no de un modo violento, sino mediante el ejemplo y ofreciéndoles la ayuda social para este fin. Y entonces es indudable que nos sobrarán medios para hacer ver al campesino todas las ventajas que le dará semejante paso,ventajas que le deben ser explicadas desde ahora"[7] (Engels, El problema agrario en Occidente,ed. de Alexéieva, pág. 17; la trad. rusa contiene errores. Véase el original en Neue Zeit ).

✔LA TÁCTICA DE LA LUCHA DE CLASE DEL PROLETARIADO

Después de esclarecer,ya en los años 1844-1845,uno de los defectos fundamentales del antiguo materialismo,que consiste en no comprender las condiciones de la actividad revolucionaria práctica, ni apreciar su importancia, Marx consagra,a lo largo de su vida, una intensa atención,a la vez que a los trabajos teóricos,a los problemas tácticos de la lucha de clase del proletariado Todas las obras de Marx,y en particular los cuatro volúmenes de su correspondencia con Engels,publicados en 1913,nos ofrecen a este respecto una documentación copiosísima. Estos documentos distan mucho de estar debidamente recopilados, sistematizados, estudiados y analizados. Por eso tendremos que limitarnos aquí exclusivamente a algunas observaciones muy generales y breves,subrayando que el materialismo, despojado de e s t e aspecto,era justamente para Marx un materialismo a medias, unilateral,sin vida. Marx trazó el objetivo fundamental de la táctica del proletariado en rigurosa consonancia con todas las premisas de su concepción materialista dialéctica del mundo. Sólo considerando en forma objetiva el conjunto de las relaciones mutuas de todas las clases,sin excepción,de una sociedad dada, y teniendo en cuenta, por lo tanto,el grado objetivo de desarrollo de esta sociedad y sus relaciones mutuas y con otras sociedades, podemos disponer de una base que nos permita trazar certeramente la táctica de la clase de vanguardia. A este respecto,todas las clases y todos los países se examinan de un modo dinámico,no estático; es decir, no como algo inmóvil,sino en movimiento (movimiento cuyas leyes emanan de las condiciones económicas de vida de cada clase). A su vez,el movimiento se estudia, no sólo desde el punto de vista del pasado,sino también del porvenir,y, además, no con el criterio vulgar de los "evolucionistas", que sólo ven los cambios lentos,sino dialécticamente: "En desarrollos de tal magnitud, veinte años son más que un día -- escribía Marx a Engels --,aun cuando en el futuro puedan venir días en que estén corporizados veinte años". (Correspondencia, t. III, pág. 127)[8] La táctica del proletariado debe tener presente, en cada grado de desarrollo,en cada momento,esta dialéctica objetivamente inevitable de la historia humana; por una parte, aprovechando las épocas de estancamiento político o de desarrollo a paso de tortuga -- la llamada evolución "pacífica" -- para elevar la conciencia,la fuerza y la capacidad combativa de la clase avanzada, y por otra parte, encauzando toda esta labor de aprovechamiento hacia el "objetivo final" del movimiento de dicha clase capacitándola para resolver prácticamente las grandes tareas de los grandes días "en que estén corporizados veinte años". Sobre esta cuestión hay dos apreciaciones de Marx que tienen gran importancia: una, de la Miseria de la filosofia, se refiere a la lucha económica y a las organizaciones económicas del proletariado; la otra es del Manifiesto Comunista y se refiere a sus tareas políticas. La primera dice así: "La gran industria concentra en un solo lugar una multitud de personas que se desconocen entre sí. La competencia divide sus intereses. Pero la defensa de su salario, es decir,este interés común frente a su patrono, los une en una idea común de resistencia, de coalición [. . .]. Las coaliciones,al principio aisladas, forman grupos y la defensa de sus asociaciones frente al capital, siempre unido,acaba siendo para los obreros más necesaria que la defensa de sus salarios [. . .]. En esta lucha,que es una verdadera guerra civil,se van aglutinando y desarrollando todos los elementos para la batalla futura. Al llegar a este punto, la coalición adquiere un carácter político". He aquí, ante nosotros,el programa y la táctica de la lucha económica y del movimiento sindical para varios decenios,para toda la larga época durante la cual el proletariado prepara sus fuerzas "para la batalla futura". Compárese esto con los numerosos ejemplos que Marx y Engels sacan del movimiento obrero inglés,de cómo la "prosperidad" industrial da lugar a intentos de "comprar al proletariado" (Correspondencia con Engels, t. I, pág. 136)[9] y de apartarlo de la lucha ¡ de cómo esta prosperidad en general "desmoraliza a los obreros" (II, 218); de cómo "se aburguesa" el proletariado inglés y de cómo "la más burguesa de las naciones [Inglaterra], aparentementlo tiende a poseer una aristocracia burguesa y un proletariado burgués, además de una burguesía" (II, 290)[10]; de cómo desaparece la "energía revolucionaria" del proletariado inglés (III, 124); de cómo habrá que esperar más o menos tiempo hasta que "los obreros ingleses se libren de su aparente contaminación burguesa" (III, 127); de cómo al movimiento obrero inglés le falta "el ardor de los cartistas [11]" (1866; III, 305)[12]; de cómo los líderes de los obreros ingleses forman un tipo medio entre burgués radical y obrero" (caracterización que se refiere a Holyoake,IV,209); de cómo, en virtud de la posición monopolista de Inglaterra y mientras subsista este monopolio, "no hay nada que hacer con el obrero inglés" (IV,433)[13]. La táctica de la lucha económica en relación con la marcha general (y con el desenlace ) del movimiento obrero se examina aquí desde un punto de vista admirablemente amplio, universal,dialéctico y verdaderamente revolucionario. El Manifiesto Comunista establece la siguiente tesis fundamental del marxismo sobre la táctica de la lucha política: "Los comunistas luchan por alcanzar los objetivos e intereses inmediatos de la clase obrera; pero al mismo tiempo defienden también, dentro del movimiento actual, el porvenir de este movimiento". Por eso Marx apoyó en 1848,en Polonia,al partido de la "revolución agraria", es decir, al "partido que hizo en 1846 la insurrección de Cracovia" En Alemania,Marx apoyó en 1843-1849 a la democracia revolucionaria extrema,sin que jamás tuviera que retractarse de lo que entonces dijo en materia de táctica. La burguesía alemana era para él un elemento "inclinado desde el primer instante a traicionar al pueblo [sólo la alianza con los campesinos hubiera permitido a la burguesía alcanzar plenamente sus objetivos] y a llegar a un compromiso con los representantes coronados de la vieja sociedad". He aquí el análisis final hecho por Marx acerca de la posición de clase de la burguesía alemana en la época de la revolución democrático-burguesa. Este análisis es,entre otras cosas, un modelo de materialismo que enfoca a la sociedad en movimiento y, por cierto, no sólo desde el lado del movimiento que mira hacia atrás : ". . . sin fe en sí misma y sin fe en el pueblo; gruñendo contra los de arriba y temblando ante los de abajo; [. . .] empavorecida ante la tempestad mundial; [. . .] sin energía en ningún sentido y plagiando en todos; [. . .] sin iniciativa; [. . .] un viejo maldito que está condenado a dirigir y a desviar, en su propio interés senil, los primeros impulsos juveniles de un pueblo robusto [. . .]" (Nueva Gaceta del Rin,1848; véase La herencia literaria,t. III, pág. 212)[14]. Unos veinte años después, en carta dirigida a Engels (III, 224), decía Marx que la causa del fracaso de la revolución de 1848 era que la burguesía había preferido la paz con esclavitud a la simple perspectiva de una lucha por la libertad. Al cerrarse el período de la revolución de 1848-1849,Marx se alzó contra los que se empeñaban en seguir jugando a la revolución (lucha contra Schapper y Willich), sosteniendo la necesidad de saber trabajar en la época nueva,en la fase de la preparación,aparentemente "pacífica", de nuevas revoluciones. En el siguiente pasaje, en el que enjuicia la situación alemana en los tiempos de la más negra reacción,en 1856; se muestra en qué sentido pedía Marx que se encauzara esta labor: "Todo el asunto dependerá en Alemania de la posibilidad de cubrir la retaguardia de la revolución proletaria mediante una segunda edición de la guerra campesina" (Correspondencia con Engels,t. II, pág. 108)[15]. Mientras en Alemania no se llevó a término la revolución democrática (burguesa), Marx concentró toda su atención, en lo referente a la táctica del proletariado socialista,en impulsar la energía democrática de los campesinos. Opinaba que la actitud de Lassalle era,"objetivamente,una traición al movimiento obrero en beneficio de Prusia" (III, 210),entre otras cosas porque se mostraba demasiado indulgente con los terratenientes y el nacionalismo prusiano. "En un país agrario -- escribía Engels en 1865, en un cambio de impresiones con Marx a propósito de una proyectada declaración conjunta a la prensa -- es una vileza alzarse únicamente contra la burguesía en nombre del proletariado industrial,olvidando por completo la patriarcal 'explotación a palos' de los obreros agrícolas por parte de la nobleza feudal" (t. III, 217)[16]. En el período de 1864 a 1870, cuando tocaba a su fin la época en que culminó la revolución democrático-burguesa de Alemania, la época en que las clases explotadoras de Prusia y Austria luchaban en torno a los medios para llevar a término esta revolución desde arriba,Marx no sólo condenó la conducta de Lassalle por sus coqueterías con Bismarck, sino que llamó al orden a Liebknecht,que se había dejado ganar por la "austrofilia" y defendía el particularismo. Marx exigía una táctica revolucionaria que combatiese implacablemente tanto a Bismarck como a los austrófilos,una táctica que no se acomodara al "vencedor", al junker prusiano, sino que reanudase inmediatamente la lucha revolucionaria contra él,incluso en la situación creada por las victorias militares de Prusia (Correspondencia con Engels,III,134, 136,147,179, 204,210, 215,418,437, 440-441) [17]. En el famoso llamamiento de la Internacional del 9 de septiembre de 1870,Marx prevenía al proletariado francés contra un alzamiento prematuro; no obstante, cuando éste se produjo, a pesar de todo, en 1871, acogió con entusiasmo la iniciativa revolucionaria de las masas que "tomaban el cielo por asalto"  (carta de Marx a Kugelmann). En esta situación,como en muchas otras, la derrota de la acción revolucionaria representaba,desde el punto de vista del materialismo dialéctico que sustentaba Marx,un mal menor en la marcha general y en el desenlace de la lucha proletaria, en comparación con lo que hubiela representado el abandono de las posiciones ya conquistadas,es decir,la capitulación sin lucha. Esta capitulación habría desmoralizado al proletariado y mermado su combatividad. Marx, que apreciaba en todo su valor el empleo de los medios legales de lucha en los períodos de estancamiento político y de dominio de la legalidad burguesa,condenó severamente,en los años de 1877-1878, después de promulgarse la ley de excepción contra los socialistas,las "frases revolucionarias" de Most; pero combatió con no menos energía, tal vez con más vigor,el oportunismo que por entonces se había adueñado temporalmente del partido socialdemócrata oficial,que no había sabido dar pruebas inmediatas de firmeza,decisión,espíritu revolucionario y disposición a pasar a la lucha ilegal en respuesta a la ley de excepción (Cartas de Marx a Engels, IV, 397, 404, 418, 422 y 424.[18] Véanse también las cartas a Sorge).     

[*] Kustares : productores de objetos industriales que trabajaban para el mercado.

✔IX EL PARTIDO BOLSHEVIQUE DURANTE EL PERÍODO DE TRANSICIÓN A LA LABOR PACÍFICA  DE RESTAURACIÓN DE LA ECONONOMÍA NACIONAL☭ (1921-1925)

  ✔IX EL PARTIDO BOLSHEVIQUE DURANTE EL PERÍODO DE TRANSICIÓN A LA LABOR PACÍFICA  DE RESTAURACIÓN DE LA ECONONOMÍA NACIONAL☭

(1921-1925)

✔1. El País Soviético, después de la liquidación de la intervención armada y de la guerra civil. - Las dificultades del periodo de restauración de la economía Después de poner fina la guerra, el País Soviético comenzó a encarrilar la obra de edificación pacífica de la Economía nacional. Era necesario cicatrizar las heridas causadas por la guerra. Era necesario restaurar la Economía nacional derrumbada, poner en orden la industria, el transporte, la agricultura. Y esta obra de edificación pacífica hubo de acometerse en condiciones extraordinariamente difíciles. El triunfo de la guerra civil no se había arrancado fácilmente. El país estaba arruinado por los cuatro años de guerra imperialista y los tres años de lucha contra la intervención armada. En 1920, la producción global de la agricultura, comparada con la de antes de la guerra, era solamente de la mitad. Y téngase en cuenta que el nivel de la producción agrícola de antes de la guerra era el mísero nivel propio de la aldea rusa de los tiempos del zarismo. Además, el año de 1920 fue, en muchas provincias, un año de mala cosecha. La Economía campesina atravesaba por una situación difícil. Aun más desastrosa era la situación de la industria. La producción de la gran industria, en 1920, era casi siete veces menor que la de antes de la guerra. Las fábricas, en su mayoría, estaban paradas y los pozos mineros derrumbados e inundados. La metalurgia encontrábase en una situación especialmente difícil. Durante todo el año 1921, la fundición de hierro no pasó de 116.300 toneladas, lo que representaba, aproximadamente, el 3 por 100 de la producción de hierro fundido de antes de la guerra. Había una gran escasez de combustible. El transporte estaba deshecho. Las reservas de metal y de artículos manufacturados, con que contaba el país, estaban casi totalmente agotadas. Escaseaban de un modo alarmante los artículos de primera necesidad: el pan, las grasas, la carne, el calzado, las prendas de vestir, las cerillas, la sal, el petróleo, el jabón. Mientras duró la guerra, la gente se resignaba a soportar esta escasez, y a veces ni siquiera se apercibía de ella. Pero, al cesar la guerra, empezó a darse cuenta de pronto que esta situación era insoportable y a exigir que se le pusiese remedio inmediatamente. Los campesinos daban muestras de descontento. Bajo el fuego de la guerra civil, se había formado y consolidado la alianza político-militar entre los campesinos y la clase obrera. Esta alianza descansaba sobre una base concreta: el Poder Soviético había dado a los campesinos la tierra y les defendía contra los terratenientes y los kulaks; los campesinos suministraban a los obreros los artículos alimenticios con arreglo al sistema de la contingentación. Pero ahora, esta base era ya insuficiente. El Estado Soviético habíase visto obligado a incautarse, con el régimen de la contingentación, de todo el sobrante de la producción de los campesinos, por exigirlo así las necesidades de la defensa del país. Sin el régimen de la contingentación, sin la política del comunismo de guerra, no habría sido posible triunfar en la guerra civil. La política del comunismo de guerra había sido impuesta por la propia guerra, por la intervención armada. Mientras duró la guerra, los campesinos sometíanse a la contingentación y no advertían la escasez de mercancías, pero al terminar la guerra y ceder la amenaza de la vuelta de los terratenientes, empezaron a manifestar su descontento por la incautación de los productos sobrantes, por el sistema de la contingentación, y a exigir que se les suministrase mercancías en cantidad suficiente. Todo el sistema del comunismo de guerra llegó a chocar, como decía Lenin, con los intereses de los campesinos. El descontento empezaba a repercutir también en la clase obrera. El proletariado había llevado el peso principal de la guerra civil, luchando heroica y abnegadamente contra las legiones de los guardias blancos y los intervencionistas, contra el desastre económico y el hambre. Los mejores obreros, los más conscientes, los más abnegados y disciplinados, ardían en el entusiasmo de la lucha por el socialismo. Pero la desastrosa situación de derrumbamiento de la Economía repercutía también sobre la clase obrera. Las pocas fábricas y empresas industriales que aun trabajaban veían amortiguarse considerablemente su ritmo de trabajo. Los obreros veíanse obligados a hacer toda clase de oficios, fabricar encendedores y, con un saco al hombro, ir en busca de comestibles por los pueblos. Comenzaba a vacilar el fundamento de clase de la dictadura del proletariado; la clase obrera se iba diseminando, parte de los obreros emigraba a la aldea, dejaban de ser obreros, perdían su condición de clase. El hambre y el cansancio engendraban el descontento de una parte de los obreros. Ante el Partido, se planteaba la tarea de trazarse una nueva orientación respecto a todos los problemas de la vida económica del país, a tono con la nueva situación. Y el partido afrontó la tarea de trazarse esta nueva orientación respecto a los problemas de la edificación económica del país. Pero el enemigo de clase no dormía. Procuraba aprovecharse de la difícil situación por que atravesaba la Economía, procuraba aprovecharse del descontento de los campesinos. Estallaron sublevaciones de kulaks, organizadas por la guardias blancos y los socialrevolucionarios, en Siberia, en Ucrania, en la provincia de Tambov (la rebelión de Antonov). Empezaron a moverse los elementos contrarrevolucionarios de todas las calañas: mensheviques, socialrevolucionarios, anarquistas, guardias blancos y nacionalistas burgueses. El enemigo cambió los métodos tácticos de lucha contra el Poder Soviético. Comenzó a disfrazarse con los colores soviéticos y su consigna ya no era el viejo grito fracasado de "¡Abajo los Soviets!", sino el nuevo grito de "¡Por los Soviets, pero sin comunistas!". Una manifestación flagrante de la nueva táctica del enemigo de clase fue la sublevación contrarrevolucionaria de Cronstadt, que estalló en marzo de 1921, una semana antes de comenzar el X Congreso del Partido. Esta sublevación fue dirigida por guardias blancos, en contacto con los socialrevolucionarios, los mensheviques y representantes de Estados extranjeros. En los primeros momentos, los sublevados esforzáronse en encubrir con la pantalla "soviética" su aspiración de restaurar el Poder y la propiedad de los capitalistas y los terratenientes. Su consigna era: "¡Soviets sin comunistas!". La contrarrevolución pretendía aprovecharse del descontento de las masas pequeñoburguesas para derribar el Poder de los Soviets, bajo una consigna aparentemente soviética. Dos circunstancias contribuyeron a facilitar la sublevación producida en Cronstadt: el hecho de haber empeorado la contextura de clase de los marinos de las dotaciones de los buques de guerra y la débil organización bolshevique existente en aquella base naval. Los viejos marinos que habían tomado parte en la Revolución de Octubre se habían marchado casi en bloque al frente, donde se batieron heroicamente en las filas de Ejército Rojo. Entraron a servir en la flota nuevas quintas de marinos, no templados en la revolución. Estas nuevas quintas estaban formadas por campesinos típicos que venían directamente de la aldea y en los que se reflejaba el descontento de la población del campo por el sistema de la contingentación. Además, la organización bolshevique de Cronstadt encontrábase, por aquel entonces, muy quebrantada por toda una serie de movilizaciones para el frente. Estas circunstancias habían permitido a los socialrevolucionarios y mensheviques y a los guardias blancos penetrar subrepticiamente en Cronstadt y ganar esta base. Los sublevados hiciéronse dueños de la magnífica fortaleza, de la flota y de una enorme cantidad de armas y municiones. La contrarrevolución internacional cantaba victoria. Pero el júbilo de los enemigos del Poder Soviético era prematuro. Las tropas soviéticas redujeron rápidamente a los sediciosos. El Partido envió contra los sublevados de Cronstadt a sus mejores hijos, a los delegados del X Congreso, con el camarada Voroshilov a la cabeza. Los combatientes del Ejército Rojo marcharon contra Cronstadt, pisando sobre una delgada capa de hielo. El hielo se rompió y muchos de ellos perecieron ahogados. Hubo necesidad de lanzarse al asalto contra los fuertes casi inexpugnables de Cronstadt. Pero la bravura y la abnegación revolucionaria, el entusiasmo de aquellos hombres, dispuestos a dar su vida por el Poder Soviético, vencieron. Las tropas rojas tomaron por asalto la fortaleza de Cronstadt y la sublevación fue liquidada.

✔2. Discusión en el Partido acerca de los sindicatos. - El X Congreso del Partido. - Es derrotada la oposición. - Se pasa a la nueva política económica ("Nep"). Para el Comité Central del Partido, para su mayoría leninista, era evidente que, después de terminarse la guerra y de entrar en el periodo de edificación pacífica de la Economía, no había ya razón para mantener en pie el severo régimen del comunismo de guerra, impuesto por las circunstancias de la guerra y del bloqueo. El C.C. comprendía que había desparecido la necesidad de la contingentación, que era necesario sustituir este sistema por el del impuesto en especie, para dar al campesino la posibilidad de emplear como mejor le pareciese una gran parte del sobrante de su producción. Comprendía que esta medida permitiría levantar la agricultura, aumentar la producción de cereales y los cultivos técnicos necesarios para el desarrollo de la industria, activar la circulación de mercancías dentro del país, mejorar el abastecimiento de las ciudades y sentar una nueva base económica para la alianza entre los obreros y los campesinos. El C.C. dábase también cuenta de que la reanimación de la industria constituía una tarea de primerísimo orden, pero entendía que no era posible lograr esto sin interesar en ello a la clase obrera y a sus sindicatos, que para ganar a los obreros para esta causa era necesario convencerles de que el desastre económico era un enemigo tan peligroso para el pueblo como la intervención armada y el bloqueo, y de que el Partido y los sindicatos conseguirían, incuestionablemente, salir victoriosos de este empeño, siempre y cuando no actuasen sobre la clase obrera por medio de órdenes militares, siguiendo los métodos aplicados en el frente, donde era realmente necesario proceder de ese modo, sino por medio de la persuasión, por medio del convencimiento. Pero no todos los miembros del Partido pensaban como el C.C. Los grupos de oposición -los trotskistas, la "oposición obrera", los "comunistas de izquierda", los "centralistas democráticos", etc.- hallábanse en un estado de confusión y de vacilación ante el paso a los cauces de la edificación pacífica de la Economía. En el Partido había no pocos antiguos mensheviques, socialrevolucionarios, bundistas, "borotbistas"[1] y toda suerte de seminacionalistas de la periferia de Rusia. En gran parte, estos elementos se adhirieron a unos u otros grupos de oposición. Como no eran verdaderos marxistas ni conocían las leyes que rigen el desarrollo económico, ni tenían el temple de los militantes leninistas del Partido, estas gentes no hacían más que acentuar la dispersión y las vacilaciones de los grupos de oposición. Algunos de ellos entendían que no era necesario aflojar el severo régimen del comunismo de guerra, sino que, por el contrario, lo que hacía falta era "seguir apretando los tornillos". Otros opinaban que el Partido y el Estado debían desentenderse del problema de la restauración de la Economía nacional, dejándolo por entero en manos de los sindicatos. Era evidente que, ante este confusionismo, aparecerían, en ciertos sectores del Partido, gentes aficionadas a discutir, diversos "líderes" de la oposición, que pugnarían por arrastrar al Partido a un debate. Y así ocurrió, en efecto. La discusión comenzó por el problema del papel de los sindicatos, a pesar de que éste no era, por aquel entonces, el problema más importante en la política del Partido. El paladín de la discusión y de la lucha contra Lenin y contra la mayoría leninista del C.C. era Trotski. Con la mira de agudizar la situación, intervino en la reunión de comunistas delegados a la V Conferencia de los Sindicatos de toda Rusia, celebrada a comienzos de noviembre de 1920, sosteniendo la dudosa consigna de "apretar los tornillos" y "sacudir a los sindicatos". Exigía, además, que se procediese a la inmediata "estatificación de los sindicatos". Trotski era contrario al método de la persuasión de las masas obreras y abogaba por transplantar a los sindicatos los métodos militares. Era contrario al desarrollo de la democracia dentro de los sindicatos y a la provisión de los cargos sindicales por elección. En vez del método de la persuasión, sin el que sería inconcebible la actuación de las organizaciones obreras, los trotskistas preconizaban el método de la coacción escueta, del mando tajante. Allí donde se apoderaban de la dirección sindical, los trotskistas, con su política, no hacían más que provocar en los sindicatos conflictos, escisiones y discordias. Con su política, los trotskistas hacían que la masa sin partido se colocase frente a éste y sembraban la desunión de la clase obrera. La discusión acerca de los sindicatos tenía, en realidad, una importancia que trascendía con mucho del marco del problema sindical. Como más tarde había de señalar la resolución del Pleno del C.C. del Partido Comunista (b) de Rusia (17 de enero de 1925), de hecho la polémica giraba "en torno a la actitud que debía seguirse con los campesinos que se rebelaban contra el comunismo de guerra, en torno a la actitud que debía seguirse con la masa de obreros sin partido, y en general, en torno al método con que el Partido debía abordar a las masas, en un periodo en que la guerra civil se había terminado ya" ("Resoluciones del P.C. (b) de la U.R.S.S.", parte I, pág. 65). En pos de Trotski, intervinieron también otros grupos contrarios al Partido: la "oposición obrera" (Shliapnikov, Medveiev, Kolontai y otros), los "centralistas democráticos" (Sapronov, Drobnis, Boguslavski, Osinski, V. Smirnov, etc.) y los "comunistas de izquierda" (Bujarin y Preobrazhenski). La "oposición obrera" formulaba la consigna de entregar la dirección de toda la Economía nacional al "Congreso de productores de toda Rusia". Reducía a la nada el papel del Partido y negaba toda significación a la dictadura del proletariado en el terreno de la edificación económica. Contraponía los sindicatos al Estado Soviético y al Partido Comunista. Según ella, la forma más alta de organización de la clase obrera no era el Partido, sino que eran los sindicatos. En el fondo, la "oposición obrera" era un grupo de tipo anarco-sindicalista, contrario al Partido. El grupo del "centralismo democrático" (los desistas) reivindicaba la libertad más completa para la formación de fracciones y grupos dentro del Partido. Al igual que los trotskistas, los "centralistas democráticos" esforzábanse en socavar el papel dirigente del Partido dentro de los Soviets y de los Sindicatos. Lenin decía de ellos que eran la fracción "de los que chillaban más fuerte", y que su plataforma era socialrevolucionaria-menshevique. Para su lucha contra Lenin y el Partido, Trotski fue ayudado por Bujarin. Fue éste quien, en unión de Preobrazhenski, Serebriakov y Sokolnikov, creó un grupo "de tope". Este grupo defendía y encubría a los fraccionalistas más perniciosos: a los trotskistas. Lenin calificó la conducta de Bujarin como "el colmo de la descomposición ideológica". Poco después, los bujarinistas se unieron abiertamente con los trotskistas en contra de Lenin. Lenin y los leninistas dirigían, principalmente, sus tiros contra los trotskistas, en los que veían la fuerza cardinal de los grupos antibolsheviques. Acusaban a los trotskistas de confundir los sindicatos con organizaciones de tipo militar, haciéndoles ver que no era posible trasplantar a los sindicatos los métodos propios de aquellas organizaciones. Frente a la plataforma de los grupos de oposición, Lenin y los leninistas formularon la suya propia. En ésta se sostenía que los sindicatos eran una escuela de gobierno, una escuela de administración económica y una escuela de comunismo. Los sindicatos debían organizar toda su labor sobre la base del método de la persuasión. Sólo así podrían poner en pie a todos los obreros para la lucha contra el desastre económico y conseguirían interesarlos por la obra de edificación socialista de la Economía nacional. En la lucha contra los grupos de oposición, las organizaciones del Partido apretaron sus filas en torno a Lenin. La lucha adquirió un carácter especialmente agudo en Moscú. Era aquí donde la oposición concentraba sus principales fuerzas, ambicionando adueñarse de la organización del Partido en esta capital. Pero los bolsheviques de Moscú salieron resueltamente al paso de esto manejos de los fraccionalistas. También revistió caracteres agudos la lucha en las organizaciones del Partido en Ucrania. Bajo la dirección del camarada Molotov, que era, por aquel entonces, secretario del C.C. del Partido Comunista (b) de Ucrania, los bolsheviques ucranianos aplastaron a los secuaces de Trotski y de Shliapnikov. El Partido Comunista de Ucrania siguió siendo un baluarte fiel del Partido leninista. En Bakú, el aplastamiento de la oposición se organizó bajo la dirección del camarada Ordzhonikidse. En el Asia Central, fue el camarada Lázaro Kaganovich quien dirigió la lucha contra los grupos contrarios al Partido. Las organizaciones fundamentales de base del Partido se adhirieron a la plataforma leninista. El 8 de marzo de 1921, inauguró sus tareas el X Congreso del Partido. Asistieron a él 694 delegados con voz y voto, representando a 732.521 afiliados y 296 delegados con voz, pero sin voto. El Congreso hizo el balance de la discusión sobre los sindicatos y aprobó por una mayoría aplastante la plataforma leninista. En su discurso de apertura del Congreso, Lenin declaró que esta discusión representaba un lujo intolerable. Señaló que el enemigo hacía su juego con la lucha intestina y la discordia dentro del Partido Comunista. Dándose cuenta del enorme peligro que suponía para el Partido bolshevique y para la dictadura del proletariado la existencia de grupos fraccionales, el X Congreso consagró una atención especial al problema de la unidad del Partido. Acerca de este punto pronunció un informe Lenin. El Congreso condenó todos los grupos de oposición y señaló que esto grupos "de hecho, ayudan a los enemigos de clase de la revolución proletaria". El Congreso ordenó la inmediata disolución de todos los grupos fraccionales y encargó a todas las organizaciones que velasen rigurosamente por la ejecución de este acuerdo, saliendo al paso de toda actitud fraccional; bien entendido que el incumplimiento de los acuerdos del Congreso acarrearía la expulsión indiscutible e inmediata del Partido. El Congreso dio plenos poderes al Comité Central para que éste, en caso de infracción de la disciplina por parte de cualquiera de sus miembros y en caso de que resucitase o se permitiese cualquier fracción, aplicase cuantas sanciones de Partido fuesen necesarias, llegando incluso a expulsar del Comité Central y del Partido a quien infringiese sus acuerdos. Todas estas decisiones figuraban en una resolución especial "Sobre la unidad del Partido", redactada por Lenin y aprobada por el Congreso. En esta resolución, el Congreso llamaba la atención de todos los afiliados al Partido hacia el hecho de que la unidad y la cohesión dentro de sus filas, la unidad de voluntad de la vanguardia del proletariado era especialmente necesaria en un momento como aquel en que se celebraba el X Congreso del Partido, en que una serie de circunstancias contribuía a acentuar las vacilaciones existentes entre la población pequeñoburguesa. "Sin embargo -decíase en la resolución del Congreso-, en el Partido se habían revelado, ya antes de la discusión entablada en todas sus organizaciones acerca de los sindicatos, algunos signos de fraccionalismo, es decir, de formación de grupos con una plataforma especial y con la tendencia a constituir hasta cierto punto grupos aparte y con su disciplina propia. Es necesario que todo obrero consciente comprenda claramente el carácter pernicioso e inadmisible de todo fraccionalismo, el cual conduce inevitablemente, en la práctica, al quebrantamiento del trabajo fraternal y a los intentos acentuados y repetidos de los enemigos, que se infiltran siempre en las filas de un Partido gubernamental, con objeto de ahondar las disenciones dentro de éste y servirse de ellas para los fines de la contrarrevolución". Y en otro lugar de esta misma resolución, decía el Congreso: "Cómo los enemigos del proletariado se aprovechan de todas las desviaciones de la línea comunista, rigurosamente trazada, lo ha revelado de un modo bien tangible el ejemplo de la sublevación de Cronstadt, en la que la contrarrevolución burguesa y los guardias blancos de todos los países del mundo se mostraron de pronto dispuestos a acatar incluso la consigna del régimen soviético, con tal de derribar la dictadura del proletariado en Rusia, en que los socialrevolucionarios y la contrarrevolución burguesa, en general, se acogieron en Cronstadt a la consigna de la insurrección, simulando hacerla en nombre del Poder Soviético contra el Gobierno Soviético de Rusia. Estos hechos demuestran plenamente que los guardias blancos aspiran a disfrazarse y saben y disfrazarse de comunistas y hasta de gentes "más izquierdistas" aun que ellos, con tal de quebrantar y derribar el baluarte de la revolución proletaria en Rusia. Las hojas mensheviques que circularon en Petrogrado en vísperas de la sublevación de Cronstadt revelan asimismo cómo los mensheviques se aprovechaban de las discrepancias existentes dentro del Partido Comunista de Rusia, para empujar y apoyar de hecho a los sediciosos de Cronstadt, a los socialrevolucionarios y guardias blancos, aunque de palabra se hiciesen pasar por adversarios de los sediciosos y partidarios del Poder Soviético, del que, según ellos, sólo les separaba algunas diferencias de poca monta". La resolución indicaba que la propaganda del Partido debía explicar minuciosamente lo pernicioso y peligroso que era el fraccionalismo desde el punto de vista de la unidad del Partido y de la consecución de la unidad de voluntad de la vanguardia del proletariado, como condición fundamental para el triunfo de la dictadura proletaria. Por otra parte, la propaganda del Partido -decíase en la citada resolución del Congreso- debía explicar la peculiaridad de los novísimos métodos tácticos puestos en práctica por los enemigos del Poder Soviético. "Estos enemigos -señalaba la resolución-, convencidos del fracaso irremediable de la contrarrevolución bajo la bandera descarada de los guardias blancos, encaminan ahora todos sus esfuerzos, aprovechándose de las disensiones existentes dentro del Partido Comunista de Rusia, a pasar de contrabando la contrarrevolución por medio de la entrega del Poder a los grupos políticos más dispuestos, en apariencia, al reconocimiento del Poder Soviético" ("Resoluciones del P.C. (b) de la U.R.S.S.", parte I, págs. 373-374). Esta resolución indicaba, asimismo, que la propaganda del Partido "debía explicar también la experiencia de las anteriores revoluciones, en que la contrarrevolución apoyaba a los grupos pequeñoburgueses más próximos al partido revolucionario extremo, para hacer vacilar y derribar la dictadura revolucionaria, abriendo con ello el camino para dar en seguida el triunfo completo a la contrarrevolución, a los capitalistas y terratenientes". Íntimamente unida a la resolución "Sobre la unidad del Partido" se hallaba otra resolución "Sobre la desviación sindicalista y anarquista dentro de nuestro Partido", aprobada igualmente por el Congreso a propuesta también de Lenin. En esta resolución, el X Congreso condenaba la llamada "oposición obrera". El Congreso consideró que la propaganda de las ideas de la desviación anarcosindicalista era incompatible con el hecho de militar en el Partido Comunista y encarecía al Partido que luchase resueltamente contra esta desviación. El X Congreso tomó el importantísimo acuerdo de pasar del sistema de la contingentación al del impuesto en especie, de pasar a la nueva política económica ("NEP"). Este viraje del comunismo de guerra a la "nueva política económica" revela toda la sabiduría y la profundidad de visión de la política leninista. En el acuerdo del Congreso, se trataba de la sustitución del régimen de los contingentes por el del impuesto en especie. Este impuesto era menor que el de la contingentación. El tipo de impuesto debía hacerse público antes de la siembra de primavera. Los plazos de entrega del impuesto se señalaban con toda precisión. Todo lo que excediese del impuesto se dejaba a la libre y plena disposición del campesino, a quien se concedía libertad de vender estos productos. Al principio, la libertad de venta se traduciría -decía Lenin en su informe- en una cierta reanimación del capitalismo dentro del país. Será necesario consentir el comercio privado y autorizar a los particulares dedicados a la industria la apertura de pequeñas empresas. Pero no había por qué tener miedo a esto. Lenin entendía que una cierta libertad de circulación de mercancías estimularía el interés económico del campesino, incrementaría la productividad de su trabajo y elevaría rápidamente el rendimiento de la agricultura; que sobre esta base se restauraría la industria del Estado y se desalojaría al capital privado; que, después de acumular fuerzas y recursos, se podría crear una potente industria, base económica para el socialismo, y luego pasar resueltamente a la ofensiva, para destruir los restos del capitalismo dentro del país. El comunismo de guerra había sido el intento de tomar por asalto, atacando de frente, la fortaleza de los elementos capitalistas de la ciudad y del campo. En este ataque, el Partido había avanzado demasiado, exponiéndose al peligro de perder el contacto con su base. Ahora, Lenin proponía efectuar un pequeño repliegue, retroceder provisionalmente para acercarse a la retaguardia, pasar de la lucha por asalto al método más lento de cercar la fortaleza, para acumular fuerzas y luego lanzarse de nuevo al ataque. Los trotskistas y otros elementos de la oposición entendían que la NEP era, exlusivamente, una retirada. Esta interpretación favorecía sus intereses, ya que la línea que ello seguían era la de restaurar el capitalismo. Pero ésta era una interpretación de la NEP profundamente perniciosa y antileninista. En efecto: un año después de implantarse la NEP, en el XI Congreso del Partido, Lenin declaraba que el repliegue había terminado y lanzaba esta consigna: "Preparación de la ofensiva contra el capital privado" (Lenin, t. XXVII, pág. 213, ed. rusa). Los elementos de la oposición, que eran malos marxistas e ignorantes supinos en materia de política bolshevique, no comprendieron ni la esencia de la NEP ni el carácter del repliegue emprendido al iniciarse ésta. De la esencia de la NEP hemos hablado ya. Por lo que se refiere al carácter del repliegue, diremos que hay varias clases de repliegues. Hay momentos en que los partidos o los ejércitos se ven obligados a replegarse por haber sufrido una derrota, y en estos casos el ejército o el partido se repliega para salvarse y salvar sus cuadros con vistas a nuevos combates. No era esta clase de repliegue la que Lenin había propuesto al implantarse la NEP, ya que el Partido, no sólo no había sufrido una derrota ni estaba vencido, sino que, por el contrario, era él quien había derrotado a los intervencionistas y a los guardias blancos en la guerra civil. Pero hay también momentos en que un partido o un ejército victorioso, en su ataque, avanza demasiado, sin dejar asegurada una base en la retaguardia. Y esto constituye un peligro grave. En tales casos, un partido o un ejército experto siente generalmente, para no perder el contacto con su base, la necesidad de retroceder un poco, acercándose a su retaguardia, para establecer un contacto más fuerte con su base en ésta, asegurándose todo aquello que necesitan, y poder luego lanzarse de nuevo al ataque, con mayor seguridad y garantía de éxito. Esta clase de repliegue temporal era precisamente la que había aplicado Lenin, con la NEP. Informando ante el IV Congreso de la Internacional Comunista acerca de las causas a que había obedecido la implantación de la NEP, Lenin declaró paladinamente que "con nuestra ofensiva económica habíamos avanzado demasiado y no nos habíamos asegurado una base suficiente", razón por la cual había sido necesario efectuar un repliegue pasajero hacia la retaguardia consolidada. La desgracia de la oposición estaba en que no comprendía, en su ignorancia, ni la comprendió hasta el fin de sus días, esta característica peculiar que presentaba el repliegue de la NEP. El acuerdo del X Congreso acerca de la NEP aseguraba una sólida alianza económica entre la clase obrera y los campesinos para la edificación del socialismo. Esta finalidad fundamental perseguía también otro de los acuerdos del Congreso: el referente al problema nacional. El informe acerca de este punto corrió a cargo del camarada Stalin. Hemos acabado -dijo el camarada Stalin- con la opresión nacional, pero esto no basta. El problema consiste en acabar con la gravosa herencia del pasado, con el atraso económico, político y cultural de los antiguos pueblos oprimidos. Es necesario ayudarles a colocarse, en este respecto, al nivel de la Rusia central. El camarada Stalin señalaba, además, dos desviaciones contrarias al Partido en lo tocante el problema nacional; la del chovinismo absorcionista (gran ruso) y la del nacionalismo localista. El Congreso condenó ambas desviaciones como perniciosas y peligrosas para el comunismo y el internacionalismo proletario. Pero, al mismo tiempo, dirigió sus tiros, principalmente, ya que representaba el peligro fundamental, contra el chovinismo gran ruso, es decir, contra los vestigios y las supervivencias de la actitud que adoptaban ante las nacionalidades no rusas los chovinistas gran rusos bajo el zarismo. 3. Primeros resultados de la "Nep". - El XI Congreso del Partido. - Fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. - Enfermedad de Lenin. - El plan cooperativo de Lenin. - El XII Congreso del Partido. La implantación de la NEP chocó con la resistencia de los elementos inestables del Partido. Esta resistencia venía de dos lados. Por una parte, actuaban los vocingleros de "izquierda", abortos políticos por el estilo de Lominadse, Shatskin y otros, quienes "demostraban" que la NEP era renuncia a las conquistas de la Revolución de Octubre, la vuelta al capitalismo, el hundimiento del Poder Soviético. Su ignorancia en materia de política y su desconocimiento de las leyes del desarrollo económico, incapacitaba a esta gente para comprender la política del Partido y les hacía caer en el pánico y fomentar a su alrededor un ambiente de desmoralización, de decadencia. Por otra parte, actuaban los capituladores manifiestos, de la calaña de Trotski, Radek, Zinoviev, Sokolnikov, Kamenev, Shliapnikov, Bujarin, Rykov y otros, que no tenían fe en la posibilidad del desarrollo socialista del País Soviético, se posternaban ante la "potencia" del capitalismo y, aspirando a fortalecer las posiciones de éste en el país de los Soviets, exigían que se hiciesen grandes concesiones al capital privado, tanto dentro del país como fuera de él, y que se le entregase una serie de puestos de mando del Poder Soviético en la Economía nacional, sobre la base de concesiones o de sociedades por acciones mixtas con participación del capital privado. Ni unos ni otros tenían nada que ver con el marxismo, con el leninismo. El Partido desenmascaró y aisló a unos y otros elementos, dando una réplica contundente a los sembradores de pánico y a los capituladores. Esta resistencia que se oponía a la política del Partido reiteraba una vez más la necesidad de depurar éste de los elementos poco firmes. En relación con esto, el C.C. desarrolló una gran labor de fortalecimiento del Partido, organizando en 1921 la depuración de sus filas. La depuración se llevó a cabo en asambleas públicas, con intervención de los sin partido. Lenin aconsejaba que se depure concienzudamente el Partido "...de los granujas, de los elementos burocratizados, de las gentes poco honradas, de comunistas vacilantes y de mensheviques que, aunque hubiesen revocado su "fachada", en espíritu seguían siendo mensheviques" (Lenin, t. XXVII, pág. 13, ed. rusa). Como consecuencia de esta depuración, fueron expulsadas del Partido, en conjunto, 170.000 personas, o sea cerca del 25 por 100 del total de afiliados. Esta depuración fortaleció considerablemente al Partido, mejoró su contextura social, reforzó la confianza de las masas en el Partido e hizo que aumentase su autoridad. La cohesión y el grado de disciplina del Partido crecieron. El primer año de aplicación de la nueva política económica puso de manifiesto la justeza de esta política. El paso a la NEP fortaleció considerablemente la alianza entre los obreros y los campesinos, sobre una nueva base. Aumentaron la potencia y la fortaleza de la dictadura del proletariado. Se liquidó casi totalmente el bandidaje de los kulaks. Después de la abolición del sistema de los contingentes, los campesinos medios ayudaron al Poder Soviético a luchar contra aquellas bandas. El Poder Soviético conservaba en sus manos todas las posiciones de mando de la Economía nacional: la gran industria, el transporte, los bancos, la tierra, el comercio interior y exterior. El Partido había conseguido un cambio decisivo en el frente económico. La agricultura comenzó a desarrollarse rápidamente. Manifestáronse los primero éxitos en el campo de la industria y del transporte. Se inició un avance, todavía muy lento en sus comienzos, pero indudable, en el terreno de la Economía. Los obreros y los campesinos sentían y veían que el Partido marchaba por el buen camino. En marzo de 1922 se reunió el XI Congreso del Partido. Asistieron a él 522 delegados con voz y voto, representando a 532.000 afiliados; es decir, menos que en el Congreso anterior. Los delegados con voz pero sin voto eran 165. La disminución de la cifra de afiliados se explica por la depuración de las filas del Partido, que ya había empezado. En este Congreso se hizo el balance del primer año de la nueva política económica. Los resultados obtenidos permitieron a Lenin declarar ente el Congreso: "Durante un año hemos retrocedido. Ahora, debemos declarar, en nombre del Partido: ¡Basta! El objetivo que perseguíamos con nuestro repliegue ha sido alcanzado. Este periodo toca a su fin o ha finalizado ya. Ahora, pasa a primer plano otro objetivo: reagrupar las fuerzas" (Lenin, t. XXVII, pág. 283, ed. rusa). Lenin señaló que la NEP era una lucha desesperada, una lucha a vida o muerte, entre el capitalismo y el socialismo. "¿Quién vencerá a quién?", así estaba planteado el problema. Para vencer, era necesario asegurar los lazos entre la clase obrera y los campesinos, entre la industria socialista y la economía campesina, desarrollando por todos los medios el intercambio de mercancías entre la ciudad y el campo. Y para esto, había que aprender a administrar, había que aprender a comerciar de un modo culto. En este periodo, el eslabón fundamental de la cadena de tareas que se planteaban al Partido era el comercio. Sin resolver este problema, era imposible desarrollar el intercambio de mercancías entre la ciudad y el campo, era imposible fortalecer la alianza económica entre los obreros y los campesinos, era imposible levantar la economía rural y sacar del marasmo a la industria. Por aquel entonces, el comercio soviético era todavía muy débil. El aparato comercial era muy flojo, los comunistas aún no tenía hábitos comerciales, todavía no conocían a fondo al enemigo -"nepman"[2]- ni habían aprendido a luchar contra él. Los comerciantes privados, los nepman, aprovechándose de la debilidad del comercio soviético, se apoderaron del comercio de los artículos manufacturados y de otras mercancías de fácil colocación. El problema de la organización de un comercio de Estado y de un comercio cooperativo adquiría una importancia inmensa. Después del XI Congreso cobró nuevas fuerzas la labor de tipo económico. Fueron liquidadas con éxito las consecuencias acarreadas por la mala cosecha. La Economía campesina iba rehaciéndose rápidamente. El funcionamiento de los ferrocarriles se perfeccionaba. Aumentaba sin cesar el número de fábricas y empresas industriales que trabajaban. En octubre de 1922, festejó un gran triunfo la República Soviética: el Ejército Rojo y los guerrilleros de Extremo Oriente limpiaron de intervencionistas japoneses la ciudad de Vladivostok, que era el único sector del territorio soviético ocupado aún por los invasores. Ahora, ya que todo el territorio del País Soviético estaba limpio de intervencionistas y que las tareas de la edificación del socialismo y de la defensa del país exigían que se fortaleciese todavía más la unión de los pueblos soviéticos, púsose a la orden del día el problema de aglutinar más estrechamente aún las Repúblicas Soviéticas dentro de una Unión de Estados. Era necesario unificar todas las fuerzas populares para la construcción del socialismo. Era necesario organizar enérgicamente la defensa del país. Era necesario asegurar el pleno desarrollo de todas las nacionalidades de la Patria socialista. Para conseguir esto, se imponía la necesidad de agrupar todavía más estrechamente a todos los pueblos del País Soviético. En diciembre de 1922 se celebró el primer Congreso de los Soviets de toda la Unión. En este Congreso, se fundó, a propuesta de Lenin y Stalin, la unión voluntaria y libre formada por los Estados de los pueblos soviéticos: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.). Formaban parte de la U.R.S.S., en un principio, la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (R.S.F.S.R), la República Socialista Federativa Soviética de Transcaucasia (R.S.F.S.T.), la República Socialista Soviética de Ucrania (R.S.S.U.) y la República Socialista Soviética de Bielorrusia (R.S.S.B.). Poco tiempo después, se constituyeron en el Asia Central tres Repúblicas Soviéticas independientes dentro de la Unión: las Repúblicas de Uzbekistán, Turkmenistán y Tadzhikistán. Todas estas Repúblicas se agruparon en la unión de Estados Soviéticos, la U.R.S.S., sobre la base de su libre voluntad, con derechos iguales y conservando cada una de ellas la facultad de abandonar libremente la Unión Soviética. La fundación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas representaba un fortalecimiento del Poder Soviético y un gran triunfo de la política leninista-stalinista del Partido bolshevique respecto al problema nacional. En noviembre de 1922, Lenin intervino en el Pleno del Soviet de Moscú. Haciendo el balance de los cinco años de existencia del Poder Soviético, expresó su firme convicción de que "de la Rusia de la NEP saldría la Rusia socialista". Fue el último discurso que pronunció ante el país. En el otoño de 1922, el Partido experimentó una gran desgracia: Lenin cayó gravemente enfermo. Todo el Partido, todos los trabajadores, seguían, profundamente apenados, la enfermedad de Lenin. Todo el país estaba pendiente, con angustia, de aquella vida tan preciosa. Pero Lenin no interrumpió su trabajo, a pesar de la enfermedad. Estando ya gravemente enfermo, aun escribió una serie de artículos importantísimos. En estos artículos, que fueron los últimos, hacía el balance de la labor realizada y trazaba el plan de la construcción del socialismo en el País Soviético, mediante la incorporación de los campesinos a la obra de la edificación socialista. En este proyecto, Lenin destacaba su plan cooperativo, encaminado a sumar a los campesinos a la causa de la edificación del socialismo. Lenin veía en la cooperación en general, y en la cooperación agraria en particular, el camino, asequible y comprensible para millones de campesinos, por el que podía pasarse de la pequeña explotación individual a las grandes agrupaciones cooperativas de producción: los coljoses. Señalaba que el camino por el que debía marchar el desarrollo de la economía agrícola en el País Soviético era el de incorporar a los campesinos a la edificación socialista por medio de la cooperación, de ir infundiendo gradualmente en la agricultura los principios del colectivismo, comenzando por la esfera de la venta, para pasar luego a la esfera de la producción agrícola. Y ponía de manifiesto que, bajo el régimen de la dictadura del proletariado y de la alianza de la clase obrera con los campesinos, asegurada la dirección de los campesinos por el proletariado y con la existencia de una industria socialista, la cooperación para la producción, una cooperación bien organizada que abarcase a millones de campesinos, era el camino por el cual se podría construir en el País Soviético una sociedad socialista completa. En abril de 1923, se celebró el XII Congreso del Partido. Era el primer Congreso que se reunía, después de la toma del Poder por los bolsheviques, sin la presencia personal de Lenin. Tomaron parte en él 408 delegados con voz y voto, representando a 386.000 afiliados, es decir, a menos que en el Congreso anterior. Era el resultado de la persistente depuración de las filas del Partido, a consecuencia de la cual había sido expulsado de él un tanto por ciento considerable de afiliados. A este Congreso asistieron, además, 417 delegados con voz, pero sin voto. En los acuerdos tomados por el XII Congreso fueron tenidas en cuenta todas las indicaciones hechas por Lenin en sus últimos artículos y cartas. El Congreso salió enérgicamente al paso de todos los que interpretaban la NEP como un abandono de las posiciones socialistas, como una rendición de estas posiciones al capitalismo, de todos los que proponían entregarse a las garras de éste. Esto fue lo que preconizaron en el Congreso los adeptos de Trotski, Radek y Krasin. Estos proponían entregarse a merced de los capitalistas extranjeros, poner en sus manos, a título de concesiones, las ramas industriales de interés vital para el Estado Soviético. Proponían pagar las deudas del gobierno zarista, anuladas por la Revolución de Octubre. El Partido estigmatizó como traidoras estas propuestas de capitulación. No renunciaba a emplear la política de las concesiones, pero sólo en aquellas ramas y dentro de aquellos límites que resultasen ventajosos para el Estado Soviético. Ya antes del Congreso, Bujarin y Sokolnikov habían propuesto poner fin al monopolio del comercio exterior. Esta propuesta era también el resultado la interpretación de la NEP como la entrega de las posiciones soviéticas al capitalismo. Lenin estigmatizó entonces a Bujarin como defensor de los especuladores, de los nepman y de los kulaks. El XII Congreso rechazó resueltamente el atentado que se quería perpetrar contra la intangibilidad del monopolio del comercio exterior. El Congreso salió también al paso del intento de Trotski de imponer al Partido una política funesta con respecto a los campesinos. Señaló que no era lícito perder de vista el hecho del predominio que la pequeña Economía campesina tenía dentro del país. Y subrayó que el desarrollo de la industria, incluyendo la industria pesada, no debía chocar con los intereses de las masas campesinas, sino armonizar con ellos en interés de toda la población trabajadora. Estos acuerdos iban dirigidos contra Trotski, que preconizaba la edificación de la industria por medio de la explotación de los campesinos y que no reconocía, de hecho, la política de alianza entre el proletariado y los campesinos. Trotski proponía también el cierre de grandes fábricas como las de "Putilov", "Briansk" y otras, que interesaban a la defensa del país, pero que, según él, no eran rentables. El Congreso rechazó, indignado, la proposición de Trotski. A propuesta de Lenin, formulada por medio de una carta, el XII Congreso creó un órgano de fusión de la Comisión Central de Control y de la Inspección Obrera y Campesina. A este órgano se le asignó una misión de responsabilidad: velar por la unidad del Partido, fortalecer la disciplina del Partido y del Estado y perfeccionar por todos los medios el aparato del Estado Soviético. El Congreso consagró gran atención al problema nacional. Informó acerca de este punto el camarada Stalin, quien subrayó la significación internacional de la política soviética sobre el problema nacional. Los pueblos oprimidos del Occidente y del Oriente ven en la Unión Soviética el ejemplo de cómo se debe resolver el problema nacional. Señaló la necesidad de laborar enérgicamente por liquidar la desigualdad económica y cultural entre los pueblos de la Unión Soviética. E incitó a todo el Partido a luchar resueltamente contra las desviaciones en punto al problema nacional: contra el chovinismo gran ruso y contra el nacionalismo localista burgués. En el Congreso, fueron desenmascarados los portavoces de la desviación nacionalista y su política absorcionista con respecto a las minorías nacionales. Actuaban, por aquel entonces, en contra del Partido los portavoces de la desviación nacionalista georgiana: Mdivani y otros. Estos elementos eran contrarios a la creación de la federación transcaucásica y al fortalecimiento de la amistad entre los pueblos de Transcaucasia. Su actitud frente a las otras nacionalidades de Georgia era la de unos auténticos chovinistas absorcionistas. Expulsaban de Tiflis a todos los no georgianos, principalmente a los armenios, y habían dictado una ley, según la cual toda georgiana que contrajese matrimonio con un hombre de otra nacionalidad perdería si ciudadanía georgiana. Contaban con el apoyo de Trotski, Radek, Bujarin, Scrypnik y Rakovski. Inmediatamente después del Congreso, se convocó una Conferencia especial de militantes de las Repúblicas nacionales para tratar del problema nacional. En ella, fueron desenmascarados el grupo de los nacionalistas burgueses tártaros, Sultán-Galiev y otros, y el grupo de los portavoces de la desviación nacionalista en el Uzbekistán, formado por Faisula Jodzhaiev y otros. El XII Congreso hizo el balance de los resultados obtenidos en los dos años de la nueva política económica. Estos resultados infundían al espíritu vigor y seguridad en el triunfo final. "Nuestro Partido sigue siendo un Partido coherente, monolítico, resistente a los mayores virajes y que marcha hacia delante con las banderas desplegadas" -declaró en el Congreso el camarada Stalin. 4. La lucha contra las dificultades de la restauración de la economía nacional. - Recrudece la actividad de los trotskistas, con motivo de la enfermedad de Lenin. - Nueva discusión dentro del Partido. - Derrota de los trotskistas. - Muerte de Lenin. - La promoción leninista. - El XIII Congreso del Partido. Los primeros años de lucha por la restauración de la Economía nacional se tradujeron en éxitos considerables. Hacia 1924, se advertían los progresos en todas las ramas de la Economía. La superficie sembrada aumentó considerablemente a partir de 1921; la Economía campesina se iba fortaleciendo cada vez más. La industria socialista crecía y se desarrollaba. Registrábase un aumento numérico considerable de la clase obrera. Los salarios se elevaban. Los obreros y los campesinos comenzaban a vivir mejor y con más desahogo que en 1920 y 1921. Pero, a pesar de todo, se acusaban aún los resultados de una situación de desastre económico todavía no liquidada. La industria no había alcanzado aún el nivel de antes de la guerra y su desarrollo se hallaba considerablemente rezagado, en comparación con el incremento de las necesidades del país. Hacia fines de 1923, se registraba cerca de un millón de obreros parados; el lento desarrollo de la Economía nacional no permitía absorber y liquidar el paro forzoso. El comercio se desarrollaba con intermitencias, por razón de los precios extraordinariamente elevados de los artículos industriales, precios que imponían al país los especuladores y los nepman emboscados en las organizaciones comerciales soviéticas. En relación con esto, el rublo soviético empezó a experimentar fuertes oscilaciones y a bajar de valor. Todo ello contribuía a amortiguar el mejoramiento de la situación de los obreros y los campesinos. Hacia el otoño de 1923, se agudizaron algo las dificultades económicas, a consecuencia de las infracciones cometidas contra la política soviética de precios por los organismos industriales y comerciales. Entre los precios de las mercancías industriales y los productos agrícolas existía una fuerte desarmonía. Mientras que el precio del trigo era bajo, los precios de las mercancías industriales eran desmesuradamente elevados. Sobre la industria pesaban, por aquel entonces, muchos gastos no reproductivos y esto encarecía las mercancías. El dinero que los campesinos obtenían por la venta del trigo se depreciaba rápidamente. Por si esto fuese poco, el trotskista Piatakov, que ocupaba entonces un puesto en el Consejo Supremo de Economía Nacional, trazó a los militantes de las organizaciones económicas la norma criminal de extraer mayores ganancias de la venta de los artículos industriales, elevando desmesuradamente los precios, con el pretexto de fomentar la industria. En realidad, esta consigna, propia de un nepman, sólo podía conducir a un resultado: reducir la base de la producción industrial y socavar la industria. En estas condiciones, a los campesinos no les convenía adquirir artículos industriales y dejaban de comprarlos. De esto modo, se inició una crisis del mercado, que repercutió sobre la industria. Surgieron dificultades para el pago de los salarios, lo que provocó el descontento de los obreros. En algunas fábricas, los obreros menos conscientes abandonaban el trabajo. El Comité Central del Partido señaló el camino para superar todas estas dificultades y deficiencias. Se tomaron medidas para acabar con la crisis del mercado. Se introdujo una rebaja en los precios de los artículos de consumo popular. Se acordó implantar una reforma monetaria, adoptando un patrón firme y estable: el chervonez. Se normalizó el pago de los salarios. Y se esbozaron las medidas convenientes para desarrollar el comercio por medio de los organismos soviéticos y cooperativos, desalojando de él a todo género de mercaderes y especuladores. Había que poner manos a la obre con denuedo y uniéndose todos. Así era como pensaban y obraban los hombres fieles al Partido. Pero los trotskistas procedían de otro modo. Aprovechándose de la ausencia de Lenin, a quien su grave enfermedad tenía alejado del frente batalla, iniciaron una nueva agresión contra el Partido y contra su dirección. Decidieron que había llegado el momento indicado para derrotar al Partido y derribar su dirección. En su lucha contra el Partido, se aprovechaban de todo: de la derrota sufrida por la revolución en Alemania y en Bulgaria en el otoño de 1923, de las dificultades económicas existentes dentro del país y de la enfermedad de Lenin. Fue precisamente en este momento difícil para el Estado Soviético, en que el jefe del Partido se veía clavado en el lecho, cuando Trotski desencadenó su ataque contra el Partido bolshevique. Agrupando en torno suyo a todos los elementos antileninistas del Partido, amañó una plataforma oposicionista, plataforma que iba dirigida contra el Partido, contra su dirección y contra su política. A esta plataforma se le dio el nombre de "declaración de los 46 oposicionistas". En la lucha contra el Partido leninista, se unieron todos los grupos de la oposición: los trotskistas, los "centralistas democráticos", los restos de los "comunistas de izquierda" y de la "oposición obrera". En su declaración, estos elementos profetizaban una terrible crisis económica y el hundimiento del Poder Soviético y exigían, como única solución, la libertad de existencia de fracciones y grupos. Era una lucha encaminada al restablecimiento de las fracciones, que habían sido prohibidas por el X Congreso del Partido, a propuesta de Lenin. Los trotskistas no planteaban ningún problema concreto en torno al desarrollo de la industria o de la agricultura, al perfeccionamiento del régimen de circulación de mercancías dentro del país o al mejoramiento de la situación de los trabajadores. Esto, además, no les interesaba. Lo único que les interesaba era aprovecharse de la ausencia de Lenin para restablecer las fracciones dentro del Partido y socavar de este modo sus cimientos, minar su Comité Central. Inmediatamente después de la plataforma de los 46, se publicó una carta de Trotski, en la que cubría de cieno a los cuadros del Partido y dirigía toda una serie de nuevas calumnias contra éste. En esta carta Trotski repetía las viejas cantilenas mensheviques, que el Partido estaba cansado de oírle. Los trotskistas dirigían su agresión, primordialmente, contra el aparato del Partido, pues sabían que el Partido no puede vivir ni actuar sin un aparato fuerte. La oposición esforzábase en socavar, en derribar este aparato, en enfrentar a los afiliados al Partido con el aparato de éste; y a la juventud, con los viejos cuadros del Partido. En su carta, Trotski especulaba con la juventud estudiantil, con los jóvenes afiliados al Partido, que ignoraban la historia de la lucha de éste contra el trotskismo. Para conquistar a este juventud estudiantil, Trotski la adulaba, diciendo de ella que era "el barómetro más fiel del Partido", al mismo tiempo que hablaba de la degeneración de la vieja guardia leninista. Apuntando a los jefes degenerados de la Segunda Internacional, sugería ignominiosamente que la vieja guardia bolshevique marchaba por el mismo camino. Con sus gritos sobre la degeneración del Partido, Trotski intentaba encubrir su propia degeneración y sus designios antibolsheviques. Los dos documentos de la oposición, la plataforma de los 46 y la carta de Trotski, fueron distribuidos por los trotskistas en los radios y las células y puestos a discusión entre los afiliados del Partidos. El Partido fue retado por los trotskistas a una contienda. Se repetía, pues, lo que había ocurrido antes del X Congreso del Partido, con motivo de la discusión sobre la cuestión sindical: el Partido veíase arrastrado por los trotskistas a una discusión extensiva a todos sus afiliados. Y, a pesar de hallarse ocupado en problemas de carácter económico más importantes, el Partido aceptó el reto y abrió la discusión. La discusión se hizo extensiva a todo el Partido. Era una lucha enconada. La contienda adquirió caracteres especialmente agudos en Moscú. Los trotskistas aspiraban, ante todo, a apoderarse de la organización de la capital. Pero la discusión no les sirvió de nada a los trotskistas, como no fuese para poner de manifiesto su infamia. Fueron derrotados en toda línea, lo mismo en Moscú que en toda la Unión Soviética. Sólo votó por ellos un número reducido de células pertenecientes a Escuelas superiores y a organismos administrativos. En enero de 1924, se reunió la XIII Conferencia del Partido. En ella, pronunció un informe el camarada Stalin, haciendo el balance de la discusión sostenida en el Partido. La Confrencia condenó a la oposición trotskista, declarando que se trataba de una desviación pequeñoburguesa del marxismo. Los acuerdos de esta Conferencia fueron refrendados posteriormente por el XIII Congreso del Partido y por el V Congreso de la Internacional Comunista. El proletariado comunista internacional apoyaba al Partido bolshevique en su lucha contra el trotskismo. Pero los trotskistas no cesaron en su trabajo de zapa. En el otoño de 1924, Trotski publicó un artículo titulado "Las enseñanzas de Octubre", en el que intentaba suplantar el leninismo por el trotskismo. Este artículo era todo él una calumnia contra el Partido bolshevique y contra su jefe, Lenin. Todos los enemigos del comunismo y del País Soviético se aferraron a este librejo calumnioso. El Partido rechazó con indignación estas calumnias de Trotski contra la historia heroica del bolshevismo. El camarada Stalin desenmascaró la tentativa de Trotski de suplantar el leninismo por el trotskismo, señalando, en sus intervenciones, que "la misión del Partido consiste en enterrar el trotskismo, como corriente ideológica". En la obra de aplastamiento ideológico del trotskismo y de defensa del leninismo, tuvo una importancia extraordinaria el trabajo teórico del camarada Stalin "Sobre los fundamentos del leninismo", que vio la luz en 1924. Esta obra es una exposición magistral y una fundamentación teórica muy seria del leninismo, que pertrechó entonces y sigue pertrechando hoy a los bolsheviques del mundo entero con el arma aguzada de la teoría marxista-leninista. En la lucha contra el trotskismo, el camarada Stalin apretó las filas del Partido en torno a su Comité Central y lo movilizó para seguir combatiendo por el triunfo del socialismo en el País Soviético. El camarada Stalin supo demostrar que el aplastamiento ideológico del trotskismo era condición inexcusable para asegurar la prosecución de la marcha victoriosa hacia el socialismo. Haciendo el balance de este periodo de lucha contra el trotskismo, decía el camarada Stalin: "Sin aplastar al trotskismo, no es posible triunfar dentro de las condiciones de la NEP, no es posible conseguir la transformación de la Rusia actual en una Rusia socialista". Pero los éxitos de la política leninista del Partido se vieron ensombrecidos por la enorme desgracia que experimentaron el propio Partido y la clase obrera. El 21 de enero de 1924, murió en Gorki, cerca de Moscú, nuestro jefe y maestro, el fundador del Partido bolshevique, Lenin. La noticia de la muerte de Lenin afectó a la clase obrera del mundo entero como la pérdida más cruel. El día del entierro de Lenin, el proletariado internacional declaró un paro de cinco minutos en todos los trabajos. Pararon los ferrocarriles, se interrumpió el trabajo en fábricas y talleres. Los trabajadores del mundo entero acompañaron a la tumba, con el más profundo dolor, a su padre y maestro, a su mejor amigo y defensor, a Lenin. La clase obrera de la Unión Soviética respondió a la muerte de Lenin apretando todavía más sus filas en torno al Partido leninista. En aquellos días luctuosos, todo obrero consciente meditó acerca de su actitud ante el Partido Comunista, el Partido que ponía en práctica los mandamientos de Lenin. Al Comité Central del Partido llegaron miles y miles de declaraciones de obreros sin partido pidiendo su ingreso en el Partido bolshevique. El Comité Central, haciéndose eco de este movimiento de los obreros de vanguardia, admitió su ingreso en masa en el Partido y abrió las puertas de éste a la promoción leninista. Ingresaron en él los que estaban dispuestos a dar la vida por la causa del Partido, por la causa de Lenin. En poco tiempo, pasaron a engrosar las filas del Partido bolshevique más de 240.000 obreros. Se adhirió al Partido la parte más avanzada de la clase obrera, la más consciente y revolucionaria, la más audaz y disciplinada. Esta fue la promoción leninista de nuevos afiliados al Partido. La muerte de Lenin puso de manifiesto cuán estrechamente unido estaba el Partido bolshevique a las masas obreras y cuán entrañablemente querían éstas al Partido leninista. En el II Congreso de los Soviets de la U.R.S.S., celebrado en los días de duelo por la muerte de Lenin, el camarada Stalin pronunció, en nombre del Partido, un solemne juramento. En él dijo: "Nosotros, los comunistas, somos hombres de un temple especial. Estamos hechos de una trama especial. Somos los que formamos el ejército del gran estratego proletario, el ejército del camarada Lenin. No hay nada más alto que el honor de pertenecer a este ejército. No hay nada superior al título de miembro del Partido cuyo fundador y jefe es el camarada Lenin... Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de mantener en alto y conservar en toda su pureza el gran título de miembro del Partido. ¡Te juramos, camarada Lenin, que ejecutaremos con honor este mandato!... Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de velar por la unidad de nuestro Partido como por las niñas de nuestros ojos. ¡Te juramos, camarada Lenin, que ejecutaremos con honor también este mandato!... Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de conservar y fortalecer la dictadura del proletariado. ¡Te juramos, camarada Lenin, que no escatimaremos esfuerzo para ejecutar con honor también este mandato!... Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de afianzar, con todas nuestras fuerzas, la alianza de los obreros y campesinos. ¡Te juramos, camarada Lenin, que ejecutaremos con honor igualmente este mandato!... El camarada Lenin nos hablaba insistentemente de la necesidad de una alianza voluntaria y libre entre los pueblos de nuestro país, de la necesidad de su colaboración fraternal dentro del marco de la Unión Soviética. Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de reforzar y extender la Unión de las Repúblicas. ¡Te juramos, camarada Lenin, que ejecutaremos con honor también este mandato!... Lenin nos indicó repetidas veces que el fortalecimiento del Ejército Rojo y su perfeccionamiento constituye una de las más importantes tareas de nuestro Partido. ¡Juremos, pues, camaradas, que no escatimaremos esfuerzo para fortalecer nuestro Ejército Rojo y nuestra Flota Roja!... Al dejarnos, el camarada Lenin nos legó el deber de permanecer fieles a los principios de la Internacional Comunista. ¡Te juramos, camarada Lenin, que no regatearemos nuestra vida para fortalecer y extender la unión de los trabajadores del mundo entero, la Internacional Comunista!". Tal fue el juramento del Partido bolshevique a su jefe, a Lenin, cuya obra perdurará a través de los siglos. En mayo de 1924, se celebró el XIII Congreso del Partido. Asistieron a él 748 delegados con voz y voto, representando a 735.881 afiliados. El enorme aumento de la cifra de afiliados al Partido, en comparación con la del Congreso anterior, tiene su explicación en las 250.000 altas, aproximadamente, de la promoción leninista. Los delegados con voz, pero sin voto, eran 416. El Congreso condenó unánimemente la plataforma de la oposición trotskista, definiéndola como una desviación pequeñoburguesa del marxismo, como una revisión del leninismo, y ratificó las resoluciones votadas por la XIII Conferencia del Partido "Sobre la obra del desarrollo del Partido" y "Sobre los resultados de la discusión". Partiendo de la tarea de reforzar la cohesión entre la ciudad y el campo, el Congreso indicó la necesidad de seguir desarrollando la industria, y en primer término, la industria ligera, subrayando, al mismo tiempo, la necesidad de imprimir un rápido desarrollo a la industria metalúrgica. El Congreso ratificó la creación del Comisariado del Pueblo de Comercio Interior y planteó a todos los organismos comerciales la tarea de dominar el mercado y desalojar de la órbita comercial al capital privado. El Congreso planteó la tarea de desarrollar el crédito del Estado a favor de los campesinos a bajo tipo de interés, desalojando de la aldea al usurero. Como tarea fundamental para la actuación en el campo, el Congreso destacó la consigna de desarrollar por todos los medios la cooperación entre las masas campesinas. Finalmente, el Congreso señaló la enorme importancia de la promoción leninista y llamó la atención del Partido hacia la necesidad de reforzar la labor de educación de los nuevos afiliados al Partido, y sobre todo de la promoción leninista, instruyéndolos en los fundamentos del leninismo. 5. La Unión Soviética hacia el final del periodo de restauración de la economía nacional. - El problema de la edificación socialista y del triunfo del socialismo en el País Soviético. - La "nueva oposición" de Zinoviev-Kamenev. - El XIV Congreso del Partido. - Hacia la industrialización socialista del país. El Partido bolshevique y la clase obrera llevaban ya más de cuatro años de lucha tenaz por la senda de la nueva política económica. La heroica labor de restauración de la Economía nacional tocaba a su fin. La potencia económica y política de la Unión Soviética crecía sin cesar. La situación internacional, por aquel tiempo, había cambiado. El capitalismo había hecho frente al primer asalto revolucionario de las masas después de la guerra imperialista. Había sido sofocado el movimiento revolucionario en Alemania, Italia, Bulgaria, Polonia y en otra serie de países. Los jefes de los partidos socialdemócratas oportunistas ayudaron a la burguesía a lograr esto. Se había iniciado un reflujo pasajero de la revolución. Se había iniciado una estabilización parcial y pasajera del capitalismo en el Europa occidental, un fortalecimiento temporal de sus posiciones. Pero la estabilización del capitalismo no había suprimido las contradicciones fundamentales que desgarran la sociedad capitalista. Por el contrario: la estabilización parcial del capitalismo venía a agudizar las contradicciones entre los obreros y los capitalistas, entre el imperialismo y los países coloniales, entre los grupos imperialistas de los diversos países. La estabilización del capitalismo preparaba una nueva explosión de estas contradicciones, gestaba nuevas crisis en los países capitalistas. A la par de la estabilización del capitalismo, se desarrollaba la estabilización de la Unión Soviética. Sin embargo, entre estos dos procesos de estabilización mediaba una diferencia radical. La estabilización capitalista presagiaba una nueva crisis del capitalismo. La estabilización de la Unión Soviética representaba un nuevo desarrollo de la potencia económica y política del país del socialismo. A pesar de la derrota sufrida por la revolución en los países occidentales, la situación internacional de la Unión Soviética seguía fortaleciéndose, aunque con ritmo más lento, ciertamente. En 1922, la Unión Soviética fue invitada a la Conferencia económica internacional que se celebró en la ciudad italiana de Génova. En la Conferencia de Génova, los gobiernos imperialistas, alentados por la derrota de la revolución en los países del capitalismo, intentaron hacer una nueva presión sobre la República de los Soviets, ahora bajo una forma diplomática. Los imperialistas formularon al país de los Soviets reivindicaciones insolentes. Exigían que fuesen devueltas a los capitalistas extranjeros las fábricas y empresas industriales nacionalizadas por la Revolución de Octubre y que se pagasen todas las deudas contraídas por el gobierno zarista. A cambio de esto, los Estados imperialistas prometían hacer al Estado Soviético algunos empréstitos. La Unión Soviética rechazó estas exigencias. La Conferencia de Génova fue infructuosa. También obtuvo la réplica adecuada la amenaza de una nueva intervención que representaba el ultimátum formulado por el ministro de Relaciones Exteriores de Inglaterra, Curzon, en 1923. Habiendo sondeado bien la firmeza del Poder Soviético y convencidos de su estabilidad, los Estados capitalistas fueron reanudando, uno tras otro, las relaciones diplomáticas con el país de los Soviets. En el transcurso del año 1924 se reanudaron las relaciones diplomáticas con Inglaterra, Francia, el Japón e Italia. Era evidente que el Poder Soviético había sabido conquistarse todo un periodo de tregua pacífica. Había cambiado también la situación dentro del país. El trabajo abnegado de los obreros y los campesinos, dirigidos por el Partido bolshevique, daba sus frutos. La Economía nacional se desarrollaba rápidamente. En el año económico de 1924-1925, la producción agrícola se acercaba ya al nivel de antes de la guerra, pues había alcanzado el 87 por ciento de este nivel. La gran industria de la U.R.S.S. arrojaba ya, en 1925, una producción de cerca de las tras cuartas partes de la producción industrial de antes de la guerra. En 1924-1925, el País Soviético pudo invertir ya en obras básicas 385 millones de rublos. El plan de electrificación del país se realizaba con éxito. Las posiciones de mando del socialismo en la Economía nacional se afianzaban. Se habían logrado éxitos importantes en la lucha contra el capital privado en la industria y en el comercio. El auge económico se traducía en un nuevo mejoramiento de la situación de los obreros y campesinos. La clase obrera crecía con ritmo acelerado. Los salarios aumentaban. Aumentaba también la productividad del trabajo. La situación material de los campesinos mejoraba considerablemente. En 1924-1925, el Estado obrero y campesino pudo consignar ya 290 millones de rublos para ayudar a los campesinos poco pudientes. El mejoramiento de la situación de los obreros y campesinos contribuyó a incrementar en fuertes proporciones la actividad política de las masas. La dictadura del proletariado se fortalecía. La autoridad y la influencia del Partido bolshevique iban en aumento. La restauración de la Economía nacional tocaba a su fin. Pero el país de los Soviets, el país en que se construía el socialismo, no podía darse por satisfecho con la restauración simple y pura de la Economía, con alcanzar simplemente el nivel de antes de la guerra. Este nivel era el de un país atrasado. Había que seguir avanzando. La larga tregua conquistada por el Estado Soviético garantizaba la posibilidad de proseguir la obra de edificación. Pero al llegar aquí, surgía con toda su envergadura el problema de las perspectivas, del carácter de nuestro desarrollo y de nuestra edificación, el problema de la suerte del socialismo en la Unión Soviética. ¿En qué dirección debía orientarse la edificación económica de la Unión Soviética, en la dirección del socialismo o en alguna otra dirección? ¿Debía y podía el País Soviético construir una Economía socialista, o estaba condenado a abonar el terreno para otra clase de Economía, para una Economía capitalista? ¿Era posible, en términos generales, construir una Economía socialista en la U.R.S.S., y en caso de que así fuese, era posible construirla ante la demora de la revolución en los países capitalistas y la estabilización del capitalismo? ¿Era posible construir una Economía socialista por la senda de la nueva política económica, que, al mismo tiempo que fortalecía y desarrollaba por todos los medios las fuerzas del socialismo dentro del país, daba también, por el momento, un cierto incremento al capitalismo? ¿Cómo había que construir una Economía nacional de tipo socialista? ¿Por dónde había que empezar esta obra de edificación? Todas estas preguntas se alzaban ante el Partido al terminar el periodo de restauración de la Economía nacional, y no como problemas teóricos ya, sino como problemas prácticos, como problemas que afectaban a la labor cotidiana de la edificación económica. Eran todas estas preguntas a las que había que dar respuestas claras y sencillas, para que los militantes del Partido y los dirigentes de las organizaciones económicas, los que construían la industria y la agricultura, y el pueblo todo, supiesen hacia dónde debían orientarse, si hacia el socialismo o hacia el capitalismo. Sin dar un respuesta clara a estas preguntas, toda la actuación práctica del Partido en el terreno constructivo sería una labor carente de perspectivas, una labor a ciegas, estéril. Y, en efecto, el Partido dio a todas estas preguntas una respuesta clara y definida. Sí -contestaba el Partido-, el País Soviético puede y debe edificar una Economía socialista, pues se dan en él todos los elementos necesarios para ello, para construir una economía socialista y para edificar una sociedad socialista completa. En Octubre de 1917, la clase obrera venció al capitalismo en el terreno político, instaurando su dictadura política. De entonces acá, el Poder Soviético ha tomado todas las medidas necesarias para destruir la potencia económica del capitalismo y crear las condiciones indispensables para edificar una Economía nacional de tipo socialista. La expropiación de los capitalistas y terratenientes; la conversión de las tierras, fábricas y empresas industriales, bancos y vías de comunicación, en propiedad de todo el pueblo; la implantación de la nueva política económica; la organización de una industria socialista de Estado; la aplicación del plan cooperativo de Lenin: he ahí las medidas adoptadas por el Poder Soviético. Ahora, la tarea fundamental consiste en desplegar por todo el país la obra de edificación de una nueva Economía, de la Economía socialista, dando el golpe de gracia con ello al capitalismo también en el terreno económico. Toda la labor práctica, toda la actuación del Partido bolshevique deben supeditarse al cumplimiento de esta tarea fundamental. La clase obrera puede hacer esto, y lo hará. Y la ejecución de esta tarea grandiosa debe comenzar por la industrialización del país. La industrialización socialista del país es el eslabón fundamental por el que hay que comenzar la magna obra de la edificación de una Economía nacional de tipo socialista. Ni la demora de la revolución en la Europa occidental ni la estabilización parcial del capitalismo en los países no soviéticos, podrán contener la marcha victoriosa de la U.R.S.S. hacia el socialismo. Y la nueva política económica sólo puede facilitar esta obra, pues ha sido implantada por el Partido precisamente para eso, para facilitar la edificación de los cimientos socialistas de la Economía nacional del País Soviético. Tal era la respuesta que daba el Partido a la pregunta acerca del triunfo de la edificación socialista en la Unión Soviética. Pero el Partido sabía que el problema del triunfo del socialismo en un solo país no se reducía a esto. La construcción del socialismo en la U.R.S.S. representa un grandioso viraje en la historia de la Humanidad y un triunfo de alcance histórico universal para la clase obrera y los campesinos de la U.R.S.S. Pero es, a pesar de todo, una incumbencia interior de la U.R.S.S. y representa solamente una parte del problema del triunfo del socialismo. La otra parte del problema la constituye su aspecto internacional. Fundamentando la tesis del triunfo del socialismo en un solo país, el camarada Stalin ha señalado más de una vez que es necesario distinguir entre los dos aspectos de este problema: el aspecto interior y el aspecto internacional. Por lo que se refiere al aspecto interior del problema, o sea a la correlación de clases dentro del país, la clase obrera y los campesinos de la U.R.S.S. podrán vencer plenamente en el terreno económico a su propia burguesía y construir una sociedad socialista completa. Pero queda el aspecto internacional de asunto, es decir, la órbita de las relaciones exteriores, la órbita de las relaciones entre el País Soviético y los países capitalistas, entre el Pueblo Soviético y la burguesía internacional, que odia al régimen soviético y buscará ocasión para desencadenar una nueva intervención armada contra el país de los Soviets, haciendo nuevas tentativas encaminadas a restaurar el capitalismo en la U.R.S.S. Y como éste es, por ahora, el único país del socialismo y los demás países continúan siendo capitalistas, seguirá existiendo en torno a la U.R.S.S. un cerco capitalistas, fuente del peligro de una nueva intervención armada del capitalismo. Claro está que, mientras existe el cerco capitalistas, seguirá también existiendo el peligro de una intervención capitalista. ¿Puede el pueblo soviético, con sus solas fuerzas, destruir este peligro exterior, el peligro de una intervención armada del capitalismo contra la U.R.S.S.? No, no puede. Y no puede, porque para acabar con el peligro de una intervención del capitalismo es necesario acabar con el cerco capitalista, y esto sólo es posible conseguirlos como resultado de una revolución proletaria victoriosa, por lo menos, en algunos países. De donde se deduce que el triunfo del socialismo en la U.R.S.S., triunfo que se acusa en la liquidación del sistema de la Economía capitalista y en la construcción del sistema de la Economía socialista, no puede, a pesar de todo, considerarse como un triunfo definitivo, mientras no desaparezca el peligro de una intervención armada extranjera y de los intentos de restauración del capitalismo, mientras el país del socialismo no esté garantizado contra este peligro. Y para acabar con el peligro de una intervención del capitalismo extranjero, es necesario acabar con el cerco capitalista. Es cierto que el pueblo soviético y su Ejército Rojo, mediante la política acertada del Poder Soviético, sabrán dar la contestación más adecuada a una nueva intervención capitalista extranjera, ni más ni menos que se la dieron a la primera intervención capitalista de los años 1918 a 1920. Pero esto, por sí solo, no quiere decir que con ello vaya a desaparecer el peligro de nuevas intervenciones capitalistas. La derrota sufrida por la primera intervención no acabó con el peligro de otra nueva, como lo demuestra el hecho de que la fuente de la que emana el peligro de nuevas intervenciones -el cerco capitalista- sigue existiendo. Tampoco el fracaso de una nueva intervención hará desaparecer el peligro de que se produzcan otras, mientras siga en pie el cerco capitalista. De aquí se desprende que el triunfo de la revolución proletaria en los países capitalistas es interés vital de los trabajadores de la U.R.S.S. Tal era la posición del Partido ante el problema del triunfo del socialismo en el País Soviético. El Comité Central exigió que esta posición se sometiese a la consideración de la XIV Conferencia del Partido, próxima a celebrarse, para que fuese aprobada y sancionada como posición del Partido, como ley del Partido, obligatoria para todos sus miembros. Esta posición del Partido produjo un efecto desconcertante en los elementos de la oposición. Los desconcertó, sobre todo, el hecho de que el Partido diese a esta posición un carácter práctico, concreto; la enlazase al plan práctico de la industrialización socialista del país y exigiese que se le diera forma de una ley del Partido, la forma de una resolución de la XIV Conferencia del Partido, obligatoria para todos los afiliados a éste. Los trotskistas se levantaron en contra de esta posición del Partido, oponiéndole la "teoría de la revolución permanente", teoría menshevique, que sólo queriendo escarnecer al marxismo se podía presentar como una teoría marxista y que negaba la posibilidad del triunfo del socialismo en la U.R.S.S. Los bujarinistas no se decidieron a enfrentarse abiertamente con la posición del Partido. Pero, por debajo de cuerda, empezaron a oponerle su propia "teoría" de la evolución pacífica de la burguesía hacia el socialismo, completándola con la "nueva" consigna de "¡Enriqueceos!". Es decir que, según los bujarinistas, el triunfo del socialismo no representaba la liquidación de la burguesía, sino que, por el contrario, venía a fomentarla y enriquecerla. Zinoviev y Kamenev se decidieron por mantener, durante algún tiempo, al afirmación de que en la U.R.S.S. era imposible que triunfase el socialismo, por el atraso técnico-económico de este país; pero luego viéronse obligados a agazaparse. La XIV Conferencia del Partido (celebrada en abril de 1925) condenó todas estas "teorías" capituladoras de los secuaces descarados y encubiertos de la oposición y afirmó la posición del Partido sobre el triunfo del socialismo en la U.R.S.S., votando una resolución congruente con esto. Zinoviev y Kamenev, viéndose acosados, optaron por votar a favor de este resolución. Pero al Partido no se le ocultaba que esto no era más que un ardid para demorar su lucha contra él y para "dar la batalla al Partido" en si XIV Congreso. Entretanto, reunieron a los adeptos con que contaban en Leningrado y formaron la llamada "nueva oposición". En diciembre de 1925 se celebró el XIV Congreso del Partido. Este Congreso discurrió en una atmósfera de gran tensión dentro del Partido. En todo el tiempo que éste llevaba de existencia no se había dado todavía el caso de que la delegación de un centro importantísimo del Partido como Leningrado se confabulase para actuar toda ella en contra de su Comité Central. Tomaron parte en el Congreso 665 delegados con voz y voto y 641 sin derecho a voto, representando a 643.000 afiliados y 445.000 aspirantes, es decir, a una cifra algo menor que en el anterior Congreso. Este descenso era el resultado de la depuración parcial llevada a efecto en las células de las Escuelas superiores y de los organismos administrativos que se había revelado como infestados por elementos enemigos del Partido. El informe político del Comité Central corrió a cargo del camarada Stalin. Esta trazó un cuadro nítido del desarrollo de la potencia política y económica de la Unión Soviética. Gracias a la superioridad del sistema de la Economía soviética, tanto la industria como la agricultura había sido restauradas en un plazo relativamente breve y se acercaban de nuevo al nivel de antes de la guerra. Pero, a pesar de esto éxitos, el camarada Stalin preconizaba la necesidad de no contentarse con lo conseguido, y que los éxitos alcanzados no podían destruir el hecho de que el País Soviético seguía siendo un país atrasado, un país agrario. Las dos terceras partes de la producción eran agrícolas y sólo una tercera parte procedía de la industria. Ante el Partido se planteaba en toda su envergadura -decía el camarada Stalin- el problema de transformar el País Soviético en un país industrial, económicamente independiente de los países capitalistas. Y esto podía y debía hacerse. La tarea central del Partido era luchar por la industrialización socialistas del país, luchar por el triunfo del socialismo. "Transformar nuestro país de un país agrario en un país industrial, capaz de producir con sus propios medios las máquinas y herramienta necesarias: en esto consiste la esencia, el fundamento de nuestra línea general" -indicaba el camarada Stalin. La industrialización del país garantizaría su independencia económica, reforzaría su capacidad defensiva y crearía las condiciones necesarias para el triunfo del socialismo en la U.R.S.S. Contra la línea general del Partido se levantaron los zinovievistas. El zonovievista Sokolnikov opuso al plan de industrialización socialista de Stalin, el plan burgués que se cotizaba entre los tiburones del capitalismo. Este plan consistía en que la U.R.S.S. siguiese siendo un país agrario que produjese, fundamentalmente, materias primas y artículos alimenticios, exportando estos artículos e importando la maquinaria que no producía ni debía, según ellos, producir. Dentro de las condiciones existentes en 1925, este plan tenía todo el carácter de un plan de esclavización económica de la U.R.S.S. por los países extranjeros industrialmente desarrollados, de un plan destinado a afianzar el atraso industrial de la U.R.S.S. en provecho de los tiburones imperialistas de los países del capitalismo. Aceptar este plan habría significado convertir el País Soviético en un país agrario impotente, en un apéndice agrícola del mundo capitalista, entregarlo como un país débil e inerme a merced del cerco capitalista y, en última instancia, sepultar la causa del socialismo en la U.R.S.S. El Congreso estigmatizó el "plan" económico de los zinovievistas, como un plan de esclavización de la U.R.S.S. De nada le sirvieron a la "nueva oposición" salidas como la de afirmar (falseando a Lenin) que la industria del Estado Soviético no era, según ella, una industria socialista, ni el declarar (falseando también a Lenin) que el campesino medio no podía, según ella, ser aliado de la clase obrera en la edificación del socialismo. El Congreso estigmatizó como antileninistas, estas salidas de la "nueva oposición". El camarada Stalin desenmascaró el fondo trotskista-menshevique de la "nueva oposición". Puso de manifiesto que Zinoviev y Kamenev no hacían más que repetir las cantilenas de los enemigos del Partido, contra los que en su tiempo habían luchado incansablemente Lenin. No cabía duda que los zinovievistas no eran más que trotskistas mal disfrazados. El camarada Stalin subrayó que la tarea más importante del Partido consistía en lograr una alianza sólida entre la clase obrera y los campesinos medios para la obra de la edificación del socialismo. Y señaló dos desviaciones que existían, por aquel entonces, en el Partido, respecto al problema campesino y que representaban un peligro para esta alianza. La primera desviación consistía en menospreciar y rebajar la importancia del peligro de los kulaks; la segunda era el pánico, el terror a los kulaks y el menosprecio de la importancia de los campesinos medios. Contestando a la pregunta de cuál de las dos desviaciones era la peor, el camarada Stalin decía: "Ambas, la primera y la segunda desviación son peores. Y si estas desviaciones ganasen terreno, serían capaces de descomponer y dar al traste con nuestro Partido. Dentro de nuestro Partido hay, por fortuna, fuerzas suficientes para cortar de cuajo la primera y la segunda desviación". Y, en efecto, al Partido aplastó y cortó de cuajo la desviación de "izquierda" y la de derecha. Haciendo el balance de los debates mantenidos en torno a la edificación económica, el XIV Congreso del Partido rechazó unánimemente los planes capituladores de los elementos de la oposición y estampó en su memorable acuerdo estas palabras: "En el terreno de la edificación económica, el Congreso parte del criterio de que nuestro país, el país de la dictadura del proletariado, cuenta "con todos los elementos necesarios para construir una sociedad socialista completa" (Lenin). El Congreso entiende que la lucha por el triunfo de la edificación del socialismo en la U.R.S.S. es la misión fundamental de nuestro Partido". El XIV Congreso aprobó los nuevos estatutos del Partido. A partir del XIV Congreso, el Partido bolshevique comenzó a llamarse Partido Comunista (bolshevique) de la U.R.S.S. P.C. (b) de la U.R.S.S. Los zinivievistas derrotados en el Congreso, no se sometieron a la disciplina del Partido. Comenzaron a luchar contra los acuerdos del XIV Congreso. Inmediatamente después de celebrarse éste, Zinoviev organizó una asamblea del Comité provincial de las Juventudes Comunistas de Leningrado, en cuyos dirigentes habían inculcado él, Salutski, Bakaiev, Evdokimov, Kuklin, Safarov y otros falsarios, el odio contra el Comité Central leninista del Partido. En esta asamblea, el Comité provincial de las Juventudes Comunistas de Leningrado tomó el acuerdo, inaudito en la historia de las Juventudes Comunistas Leninistas de la U.R.S.S., de rebelarse contra los acuerdos del XIV Congreso del Partido. Pero los dirigentes zinovievistas de las Juventudes Comunistas de Leningrado no reflejaban, en modo alguno, el estado de espíritu de las masas de jóvenes comunistas de aquella capital. No costó, pues, gran trabajo aplastarlos, y pronto la organización juvenil de Leningrado volvió a ocupar el lugar que le correspondía dentro de las Juventudes Comunistas. Al terminar el XIV Congreso, salió para Leningrado un grupo de delegados compuesto por los camaradas Molotov, Kirov, Voroshilov, Kalinin, Andreev y otros. Era necesario explicar a los miembros de la organización del Partido en aquella capital el carácter criminal, antibolshevique de la posición mantenida en el Congreso por la delegación de Leningrado, que había obtenido sus actas por medio del engaño. Las asambleas en que se dio cuenta del Congreso fueron bastante agitadas. Se convocó con carácter de urgencia una nueva Conferencia de la organización del Partido en Leningrado. La aplastante mayoría de los afiliados al Partido en Leningrado (más de 97 por 100) refrendó plenamente los acuerdos del XIV Congreso del Partido y condenó la "nueva oposición" zinovievista antibolshevique. La "nueva oposición" era ya por entonces un grupo de generales sin ejército. Los bolsheviques de Leningrado siguieron militando en las primeras filas del Partido de Lenin-Stalin. Resumiendo los resultados de la labor del XIV Congreso del Partido, el camarada Stalin escribía: "La significación histórica del XIV Congreso del P.C. (b) de la U.R.S.S. consiste en que ha sabido poner al desnudo hasta en su raíz los errores de la nueva oposición, en que ha dado al traste con su falta de fe y sus lamentaciones, en que ha trazado clara y nítidamente el camino para seguir luchando por el socialismo, ha dado al Partido una perspectiva de triunfo y con ello ha infundido al proletariado la fe inquebrantable en el triunfo de la edificación socialista" (Stalin. "Problemas del leninismo", ed. rusa, pág. 150).

☞RESUMEN

Los años de transición a la labor pacífica de restauración de la Economía nacional son uno de los periodos de mayor responsabilidad en la historia del Partido bolshevique. En una tensa situación, el Partido supo llevar a cabo el difícil viraje de la política del comunismo de guerra a la nueva política económica. El Partido fortaleció la alianza entre los obreros y los campesinos sobre una nueva base económica. Fue fundada la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Por el camino de la nueva política económica, se lograron éxitos decisivos en punto a la restauración de la Economía nacional. El país de los Soviets recorrió con éxito la etapa de restauración en el desarrollo de la Economía nacional y comenzó a pasar a la nueva etapa, a la etapa de la industrialización del país. El paso de la guerra civil a la labor de edificación pacífica del socialismo fue acompañado, principalmente en los primeros tiempos, por grandes dificultades. Los enemigos del bolshevismo, los elementos contrarios al Partido bolshevique emboscados dentro de sus filas, mantuvieron, a lo largo de todo este periodo, una lucha desesperada contra el Partido leninista. A la cabeza de estos elementos contrarios al Partido figuraba Trotski, teniendo como lugarteniente en esta lucha a Kamenev, Zinoviev y Bujarin. Los elementos de la oposición pretendieron desarticular las filas del Partido bolshevique después de la muerte de Lenin, escindir al Partido y contagiarle su falta de fe en el triunfo del socialismo en la U.R.S.S. En el fondo, los trotskistas intentaban crear en la U.R.S.S. una organización política de la nueva burguesía, otro partido, el partido de la restauración capitalista. El Partido apretó sus filas bajo la bandera de Lenin en torno a su Comité Central leninista, en torno al camarada Stalin, e infligió una derrota, tanto a los trotskistas como a sus nuevos amigos de Leningrado, a la nueva oposición de Zinoviev y Kamenev. Después de acumular fuerzas y recursos, el Partido bolshevique condujo al país hacia una nueva etapa histórica, hacia la etapa de la industrialización socialista. ✔[1] Ala izquierda nacional-chovinista de los socialrevolucionarios ucranianos. Hasta el año 1918 publicaba su órgano central "Borotbá" ("La lucha"). ✔[2] Patrono privado, comerciante, especulador, en el primer periodo de la NEP.