luna,bella aún durmiente,
lucero,
estrellas rojas del mar,
río de la plata,
diosas paganas de miel y de sal.
Sol,caprichoso artista que lanza su bostezo de luz al suroeste de su ambiguo reinado donde habitan sus ángeles y demonios;
sopla el viento hacia un horizonte de nubes viajeras.
Barco sin timón,
aves sin rumbo,
nidos que trinan,
ciudad que despierta al sueño,
el sueño que enmarca la obra siempre sin terminar.
Perfume del puerto
corazón que quiere anclar,
sístole de un suspiro,
alma que desea volar.
Silueta del Cerro,
sombras que vienen a visitarme,
coloridas palabras,
voces del más acá llegan
a rescatarme.
Cielito,cielo,
alto paraíso,
intocable cuerpo de mujer de nadie que hace alarde de su desnuda hermosura;
manos de brisa que acarician las pupilas extaciadas,
oídos de una boca muda,
labios que besan en la frente.
Cielito,cielo,
atardecer,
pintura abstractamente realista,
trono de las acuarelas,
númen de los pinceles,
lienzo de humo,
huellas en la arena.
Pequeño gigante de roca,
agua bendita,
semilla,
hierba buena,
flores que nacen y se despetalan
entre el me quieres o no me quieres.
Cielito,cielo,
padre del fuego,
madre de todos los infiernos en los que quiero arder.
Cielito,cielo,
poesía que inspira a una pluma que habla sin pausa como un loco,
que se niega abandonar tu manicomio,
que no quiere encontrar la cura que agita la despedida.
Cielito,cielo,
aunque he bebido de otras aguas habitando otros cielos,
aunque he descansado en otros paraísos y consumido en otros infiernos,
yo te elijo,
yo te quiero,
en mis pesadillas y también en mis sueños.
Yo no me voy
yo me quedo,
llorando,
riendo,
cantando,
bailando,
bien vivo,
bien muerto,
en el cielito,cielo...
¡de Montevideo!
Marcelo Rubéns Balboa ✍
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