Su legado intelectual,político y filosófico no puede reducirse a un conjunto de libros o consignas:
es la brújula que ha orientado la lucha de generaciones de trabajadores y trabajadoras que,conscientes de su rol histórico,se han levantado contra la explotación capitalista.
La primera enseñanza que Marx dejó a la clase obrera mundial es la conciencia de clase.
Antes de él,los trabajadores podían intuir su opresión,sufrirla en carne propia y rebelarse espontáneamente.
Pero Marx les dio la claridad de que no se trataba de injusticias aisladas,sino de un sistema de dominación estructural: la división entre burguesía y proletariado.
La clase obrera,entendida como el motor de la producción,descubrió que no solo era víctima,sino protagonista y potencial sepulturera del capitalismo.
La segunda gran enseñanza es la crítica a la explotación económica.
En El Capital,Marx mostró cómo la plusvalía —el excedente producido por el trabajador y apropiado por el capitalista— es el verdadero origen de la riqueza en el capitalismo. Esta comprensión le otorgó a la clase obrera un arma teórica: saber que su trabajo es la fuente de todo valor y,por lo tanto,que su liberación solo puede llegar arrebatándole al capitalista ese control sobre los medios de producción.
Otra enseñanza vital es la necesidad de la organización política.
Para Marx,el proletariado no debía conformarse con protestar o resistir de manera dispersa; debía convertirse en una fuerza consciente y organizada,capaz de disputar el poder político.
La historia demostró que, allí donde la clase trabajadora se organizó bajo esta guía,pudo conquistar derechos fundamentales e incluso abrir caminos hacia sociedades nuevas,más justas y solidarias.
Finalmente,Marx enseñó a la clase obrera mundial que su lucha es internacional. No hay emancipación posible en un solo país si las cadenas de la explotación siguen intactas en el resto del mundo.
El célebre llamado "¡Proletarios del mundo, uníos!" sigue siendo una consigna vigente en tiempos de globalización neoliberal,donde las corporaciones actúan sin fronteras y los pueblos deben responder con la misma unidad y solidaridad internacionalista.
Hoy,más de un siglo después de su muerte,Karl Marx continúa iluminando la ruta. Su pensamiento no es un dogma rígido,sino una herramienta viva que la clase obrera debe usar, criticar y actualizar.
Las enseñanzas de Marx son claras: entender el sistema que nos oprime, organizarnos como clase, luchar por el poder político y hacerlo unidos a escala mundial. Solo así,el viejo sueño de un mundo sin explotadores ni explotados dejará de ser una utopía para convertirse en una realidad.
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️
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