Ella pidió un deseo a la gran Diosa de la nieve,ella quería detener el tiempo,
sus pupilas habían visto demasiado,
la realidad le mentía repetidamente,
el amor era un juego que cada vez menos le gustaba jugar,la desilusión de un mundo que no le entregaba lo que soñó la agobiaba,
la realidad,implacable,no se cansaba de derrumbar sus ganas,
la rutina,anarcoma que taladraba su corazón.
Huérfana entonces de tantos sueños imploró mirando los altos cielos...
la nieve caía.
La Diosa se materializó,blanca ella,
la miró,por sus mejillas cayó una lágrima,
la abrazó y la dejó detenida,con la mirada hacia el horizonte.
(...)
Desde entonces espera,allí,despertar,
cuando su sueño de un mundo mejor se haga realidad ...
Marcelo Rubèns Balboa✒
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