Durante siglos le dijeron que la guitarra era mujer y por consiguiente le pertenecía a los hombres,que ellos templaban el instrumento y tocaban la mùsica que había que bailar.
Pero un día ella tomó la vieja guitarra y acariciò sus cuerdas y las hizo vibrar.
Rejuveneció su madera,replandeciò su rostro,brillaron sus pupilas,sus labios se pintaron y su boca cantó.
Durante siglos le dijeron que el canto era hombre,que había que escuchar sumergida en ese silencio al que solo rompía el llanto del hijo,la loza en el agua,
la ebullición de la olla en el fuego,servir la mesa,arreglar la cama preparando la noche,cumplir con la obligaciòn,mirar el techo imaginando un cielo; constante rutina que esperaba al invierno suspirando sueños en el mundo del olvido.
Ella entonces acarició las cuerdas,una dulce melodìa volò libre,la casa se llenò de su canto,se dio cuenta que sabía tocar,que podía cantar.
Y entonces lanzò su aroma la flor,saliò el sol que entibia el presente,que alumbra el futuro.
A la noche ahora se le cuelga la luna rompiendo la oscuridad con sus alas plateadas rodeada de estrellas.
(...)
Entoces él se despertó.
Conformaron un dueto,compusieron
la canción compartida,
escribieron con la misma pluma,en el mismo papel,cantaron
y bailaron la misma música,se comprendieron,se necesitaron para andar de la mano,para acariciarse,para besarse,para hacer el amor.
Son ahora dos corazones,
dos almas que vuelan juntas,
en plena libertad.
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa✍
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