Donde todo está perdido,
donde esa furia infame golpea siempre a los mismos,donde lo que era su casa,su barrio,es un paisaje desolador,
donde todo es destrucción;
una niña.
(...)
Desafiando al mismísimo Mandinga,ella busca entre ese infierno de barro,desesperada,
nadie entiende lo que quiere.
Sus padres ven el fruto de su trabajo caer a sus pies.
Entre la impotencia y la lluvia sus pupilas ubican a su hija.
Ella está de rodillas en el suelo anegado,la llaman; gritos que no tienen respuesta.
Quieren detener su búsqueda,
la quieren proteger,pero ella insiste. Su padre va a su encuentro,la toma de la mano,pero una y otra vez se suelta.
Esa niña cava en el barro
con sus pequeñas manos palas,
las lágrimas limpian sus mejillas,
nadie comprende,solo la observan,temerosos,nadie puede detenerla,ni su padre,ni las súplicas de su madre,ni la lluvia,ni el viento.
_Hay que abandonar el lugar,
encontrar refugio,
en este paisaje ya nada es seguro,
no tardará en volver el temporal,devorador insaciable,
el cual no tuvo piedad alguna.
Entre la insistencia de esa madre por querer salvar a su hija,de su padre ya dispuesto a llevarla a la fuerza,la niña exclama: ¡lo encontré! ¡aquí estabas!
y sus manos llenitas de barro alzan a su perrito.
¡Desde las entrañas de la tierra surge la vida!
Sus dedos finitos le limpian la cara; todos a su alrededor quedan paralizados ante la escena.
Ahora sí,está dispuesta a irse,
con toda su familia.
El temporal pasará y las ganas renovadas volverán a reconstruir hogares,en esa misma tierra,
donde un día,la vida,le plantó cara a la muerte.
Ⓜ️arcelo Rubèns Balboa✍
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