Él tenía su cielo,su nube,su paraíso y sus alas que volaban alto,él tenía sueños de ésos que proyectan futuro.
Él tenía esas manos suaves,ésas pupilas,esa sonrisa,él tenía impregnado el sabor a hogar,tan solo con mirarla los problemas ya no eran problemas,para él la rutina eran esos labios,esas palabras,esos besos; el amor.
(...)
En una de esas noches donde a la luna le da por esconderse detrás de los oscuros cúmulos que preceden la tormenta,ese "Dios" "Diablo" toca el tambor. Sonido de trueno,de rayos iluminando intermitente las aceras,de aguacero,de torrente que realmente moja! él decide retornar a su cielo en busca de esas manos,de ese abrigo que siempre templaba su corazón.
_Para él era temprano,para ella demasiado tarde.
Cuando los primeros rayos del sol iluminaron la habitación,el color púrpura dibujó el contorno de tres cuerpos inertes,el amanecer mudo,ecos de una noche sin compasión.
Ahora él habita un mundo que no reconoce,especie de limbo oscuro,de ángel con alas quemadas,paisaje desolador,sobre su cabeza el peso que clavan sus pupilas en el suelo,sus manos atadas,de rodillas,atemporal.
(...)
Un ángel perdido llora su condena,sintiendo por siempre el violento perfume del desengaño.
Marcelo Rubèns Balboa✒
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