Rumbo a mi habitual destino subo al ómnibus,los únicos asientos libres eran los que se enfrentaban,me coloco los auriculares y amenizo como siempre mi viaje con música.
En la mitad del recorrido se sientan unos ojos verdes imposibles de ignorar,contenían el color de todos los mares,esas pupilas me miraron,parecían tratarme bien. (?)
De allí en más no pude evitar buscarlas tratando de no incomodarlas; aunque no denotaba importarle.
Cuando la luz jugaba en esos ojos el tono de ese mar cambiaba,espejo donde las olas rompían mansas las pestañas pintadas,el mar me hablaba y yo simplemente escuchaba.
Llego a mi destino,me bajo en esa repetida parada que esa tarde hubiera querido que no existiera,sigo mi camino con ese mar impregnado en la memoria
(...)
¿Hacia donde se dirigirán esas pupilas? ¡cuanta vida! ¿cuantas historias contarán en su viaje hacia todo un futuro?...
de marineros de miel y de sal,
de naufragios,de arrullos de sirena,de caballitos alocados,
de marineros de miel y de sal,
de naufragios,de arrullos de sirena,de caballitos alocados,
de pececitos de colores,
de tiburones,de algas y estrellas,
de viento en popa y de esos remolinos.
de viento en popa y de esos remolinos.
(...)
La otra tarde ¡quién diría!
que mi rutina en el transporte público resultaría un viaje a bordo
de un velero,navegando en el mar
de unos ojos contadores de historias,bálsamo salvador
del tedioso viaje,pupilas montevideanas,espejitos llenitos de ganas,portal de millones de sueños.
Ⓜ️arcelo Rubèns Balboa✍
No hay comentarios.:
Publicar un comentario