Cuando la noche se pone la bata de artista y suspira arte sobre el cielo,la musa es la dama blanca,esa,a la que llaman Luna.
Cuando la noche la viste con su color de estrella,todo se ilumina,brilla màs que ninguna,su luz es un espejo màgico donde la noche se mira y se plasma.
Cuando la noche toma el pincel,el color brillante se repite,pequeños destellos sobre su vestido negro,hermanas menores de la dama hechicera,
lanzan sus conjuros,cae sobre la tierra una lluvia plateada,encima de unas pupilas que se juran amor eterno.
Cuando la noche expone su arte,
las manos se buscan,se entrelazan los dedos,las bocas se dan el beso,frente al gran altar del cielo.
Cuando la noche se hace larga y te asalta el insomnio,ella tambièn esta ahì,pintada en tu ventana,para escuchar las plegarias de cualquiera que se arrodille ante la ermita muda de nuestra señora del desvelo.
Cuando la noche pinta a la dama que aclara el camino,el borracho le canta una canciòn,de esas que haciendo eses desafinan,frente a la puerta,donde habita la melancolìa.
Cuando la noche pinta con su pincel de luz,las damas de las esquinas se fuman su cigarrillo,desahogo de una noche sin alma,tacones gastados de tanto asfalto,cansancio del que esa luna es testigo,làgrimas repetidas,heridas sin cura.
Cuando la noche ya va terminando su obra,levanta la cabeza el madrugador,distintos rezos,distintas plegarias,la rutina se impone para el trabajador,la ciudad se despierta,la noche se durmiò,sobre su luna pintada...
lanza su gran bostezo el sol.
Marcelo Rubéns Balboa ✒
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