El mar despliega sus alas de sal,
anochece,el sueño despierta a la luna,resplandor entre nubes que esconden soles.
Pájaro de espuma,
verde burbuja que navega a donde la lleve el suspiro,
al galope el corazón,
potro sin aliento,
estrellas que trinan.
En el centro del pecho
un silencio,
la música de la ciudad golpea tu espalda.
Para cruzar ese océano,
esa luz que platina tus cabellos,
que encienden mis pupilas trasluciendo tus pechos,
que hacen volar tus manos,
sintiendo aquellos besos,
para esos labios,abecedario de tu cuerpo,
no bastaría,
la eternidad.
Marcelo Rubéns Balboa✒
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