Cuando las flores caen,
ocres,casi sin aroma de tantas tormentas,
de tantas caricias de vientos fríos,
se dejan llevar...
y solo caen.
Cuando dejan de sentir la tierra húmeda que nutrió sus colores,
cuando se esfuerzan orgullosas por abrirse y vuelan como aves
imaginando otro nido donde sus pupilas vieron a esas nubes,
a tantos pasos caminando sobre el cielo,
descubren la verdad de su destino...
y solo caen.
Cuando las flores caen
el vuelo es un esfuerzo por intentar resistir la caída,
es ahí cuando se escucha la voz de la naturaleza,
delicada adivina que les revela su futuro...
y solo caen.
Cuando las flores caen queriendo
volver a la tierra para alimentar
las semillas nuevas desde las aguas de un río que todo se lo lleva,
se alza el mundo que gira sobre un eje de sueños rotos,
cerrando y abriendo el ciclo de la vida...
y sólo caen.
(...)
Y la muerte espera con sus flores...
de idénticas noches,
de repetidos días,
de soles,
de lunas,
de mares y ríos,
de lluvias,
de praderas,
de oídos y de labios,
de bocas,
de manos,
de promesas
de iguales aromas,
y en su caricia...
solo caen.
Marcelo Rubéns Balboa ✒
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