Pupilas que miran al cielo
interrogando a tus ojos ciegos,
aquí la justicia no es divina,
un niño espera
de espaldas al futuro.
¡Cuántas guerras estallarán!
¿aguantará su cuerpo el hambre impuesta por los asesinos?
Su corazón latiendo al ritmo del miedo;
¿cuanto tiempo le quedará en este paisaje de despiadado olvido?
¿De quien es la justicia divina?
¿Que dios infame se arroga el derecho de decidir sobre su vida?
¡Maldito dios que no es su dios! endurecido como piedra marcha por las nubes oscureciendo el cielo,
de plomo sus ojos,
de fuego su boca,
de metralla sus manos,
de muerte su codicia.
Niño de oro,
pupilas de diamantes brillan cual luceros desde la tierra más rica,
desde la noche eterna.
Una cámara denuncia tu pedido,
pero solo viajas por otros mundos en una foto que pide a gritos el auxilio.
En tus lágrimas
otros ojos,
otras tierras,
otras vidas te miran,
pero vuelves a levantar la mirada
y tú niño,no ves nada.
Sangra ante tus pies la miseria derramada,
me miras fijamente,
tu silencio me pregunta,
mis respuestas caen abatidas.
Levantas tu mirada,
tu dolor se espeja en mi impotencia,
me avergüenzo y me avergüenza...
la mirada indiferente de mi mundo.
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa✍
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