Meditando entre las aguas
de un mar de emociones,
pececitos danzan...
al ritmo de la música marina.
¡Oh mar de quimeras!...
espuma que alza el vuelo,
gaviota que emigra
de espaldas al horizonte.
Mujer de fantasías,
olas de sueños,
remolinos de realidades.
Mujer de arena tibia,
alma pura,
barco anclado en el puerto de aquel marinero.
¡Oh pirata viajero!...
luz de su faro,
¿regresarás alguna noche a rescatarla?
¿o serás náufrago en la playa del olvido?
Mujer de cristal
vestida de algas,
cielo de estrellas,
corona de espinas,
corazón de miel,
caracolas te hablan...
luna en pleno eclipse.
¡Oh sal en los labios!
pechos de coral,
reposan sus ganas,
sus manos en rezos evocan...
las caricias del pecado.
(...)
¡Oh mujer!
deja las profundidades,
abre los ojos,
nada hacia otras costas,
la primavera y su soplo cálido te espera,
¡aviva tu fuego!
¡Oh diosa de agua cristalina!
canta tu canto de Sirena,
que todo mortal ante tu belleza se inclina,
implorando a la virgen del deseo...
que lo dejes beber de tus aguas benditas.
¡Oh canto libertario!
¡Canto de mujer!
¡Magia desde el fondo del mar!
¡Hermosa locura!
Canta tu canto...
¡Canto de Sirena!
Marcelo Rubéns Balboa✒
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