se hizo un silencio de cielo y lucero,
los ángeles quietos dejaron las arpas,
y hasta el viento paró pa’ escuchar su regreso.
Dijo el Señor con voz de ternura:
—Pídanle que cante,que suene su alma pura—,
y entonces el canto cruzó los jardines,
como un río manso de penas y dichas.
Y Dios descubrió,con sonrisa encendida,
que no eran siete las maravillas divinas,
que en la tierra había una más escondida:
¡era Alfredo con su voz querida!
Canta Alfredo,canta,con guitarra y cielo,que tu voz nos junta del campo al pueblo,que en cada milonga sigue tu huella,y el sur te recuerda con luna y estrella.
Tu canto no muere,se siembra en el viento,
es pan de justicia,amor y lamento,de aquellos obreros,del pobre y del niño,del mate,del rancho y del viejo camino.
Cuando le avisaron a Dios que llegaba Alfredo,Dios se emocionó,lo abrazó en silencio,y dijo mirando al mundo con brillo:
—Ahora sí,el cielo tiene su trillo—.
Porque al oír su canto,
tembló la distancia,y la voz del pueblo volvió a la esperanza,que no eran siete las maravillas terrenales…
¡eran ocho,con Alfredo en las eternidades!
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️
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