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lunes, 16 de octubre de 2017

✔IV LOS MENSHEVIQUES Y LOS BOLSHEVIQUES DURANTE EL PERÍODO DE LA REACCIÓN  STOLYPINIANA. ✔LOS BOLSHEVIQUES PASAN A FORMAR UN PARTIDO MARXISTA INDEPENDIENTE (1908-1912) 1.☭ 《Segunda parte》

✔IV LOS MENSHEVIQUES Y LOS BOLSHEVIQUES DURANTE EL PERÍODO DE LA REACCIÓN  STOLYPINIANA.

✔LOS BOLSHEVIQUES PASAN A FORMAR UN PARTIDO MARXISTA INDEPENDIENTE (1908-1912) 1.
《Segunda parte》

Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad chocan con las condiciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han movido hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se traducen en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se transforma más o menos lenta, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales operados en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, ideológicas, en una palabra, en las que los hombres cobran conciencia de este conflicto y lo combaten. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la sociedad antigua. Por eso, la Humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización" (C. Marx, Obras Escogidas, t. I, págs. 338-339).

Tal es la concepción del materialismo marxista, en su aplicación a la vida social, en su aplicación a la historia de la sociedad.

Tales son los rasgos fundamentales del materialismo dialéctico y del materialismo histórico.

Por los expuesto, se ve qué riqueza teórica era la que defendía Lenin para el Partido contra los ataques de los revisionistas y de los degenerados y cuán inmensa fue la importancia que tuvo la publicación de su libro "Materialismo y Empiriocriticismo" para el desarrollo del Partido bolshevique.

3. Los bolsheviques y los mensheviques durante los años de la reacción stolypiniana . - La lucha de los bolsheviques contra los liquidadores y los "otsovistas".

Durante los años de la reacción, el trabajo en las organizaciones del Partido era muchísimo más difícil que en el periodo precedente de avance de la revolución. El contingente de afiliados al Partido descendió bruscamente. Muchos elementos pequeño-burgueses que se habían adherido circunstancialmente al Partido, principalmente entre los intelectuales, comenzaron a abandonar sus filas, temerosos de las persecuciones del gobierno zarista.

Lenin señalaba que en momentos como éstos los partidos revolucionarios deben completar su aprendizaje. En los periodos de auge de la revolución aprenden a avanzar, en los periodos de reacción deben aprender a replegarse certeramente, a pasar a la clandestinidad, a mantener y fortalecer el Partido como organización clandestina, a utilizar todas la posibilidades legales y todas las organizaciones legales, principalmente las organizaciones de masas, para fortalecer los vínculos con éstas.

Los mensheviques batíanse en retirada llenos de pánico, sin fe en un nuevo avance de la revolución, renegando bochornosamente de las reivindicaciones revolucionarias del programa y de las consignas revolucionarias del Partido, y pretendían liquidar, destruir el Partido clandestino revolucionario del proletariado. De aquí el nombre de liquidadores con que comenzó a designarse a esta calaña de mensheviques.

A diferencia de los mensheviques, los bolsheviques estaban convencidos de que a la vuelta de pocos años sobrevendría un nuevo avance de la revolución y de que era deber del Partido preparar a las masas para este nuevo avance. Los problemas fundamentales de la revolución no habían sido resueltos. Los campesinos no habían obtenido las tierras de los terratenientes, los obreros no habían conseguido la jornada de 8 horas, no había sido derrocada la autocracia zarista, odiada por el pueblo; y habían vuelto a ser estranguladas las pequeñas libertades que le habían sido arrancadas al zarismo en 1905. Es decir, las causas que habían provocado esta revolución seguían en pie. Por eso, los bolsheviques estaban convencidos de que sobrevendría un nuevo avance del movimiento revolucionario, se preparaban para él y concentraban las fuerzas de la clase obrera.

Otra de las razones que daba a los bolsheviques la seguridad de que era inevitable un nuevo avance de la revolución fue que la revolución de 1905 había enseñado a los obreros a conquistar sus derechos por medio de la lucha revolucionaria de masas. Durante los años de reacción, durante los años de ofensiva del capital, los obreros no podían olvidar las enseñanzas de 1905. Lenin citaba cartas de obreros, en las que éstos, exponiendo los abusos y las burlas de que volvían a hacerles objeto los patronos, exclamaban: "¡Aguardar, que ya vendrá un nuevo 1905!"

El objetivo político fundamental de los bolsheviques seguía siendo el mismo de 1905: derrocar el zarismo, llevar a término la revolución democráticoburguesa, pasar a la revolución socialista. Los bolsheviques no perdían de vista ni un minuto este objetivo y seguían desplegando ante las masas las consignas revolucionarias fundamentales: República democrática, confiscación de las tierras a los terratenientes, jornada de 8 horas.

Pero la tácticadel Partido no podía seguir siendo la misma que en el periodo de auge de la revolución de 1905. Por ejemplo, durante los primeros tiempos no era posible llamar a las masas a la huelga política general, ni a la insurrección armada, porque el Partido se hallaba ante un periodo de descenso del movimiento revolucionario, ante un cansancio enorme de la clase obrera y ante un fortalecimiento considerable de las clases reaccionarias. El Partido no podía por menos de tener en cuenta la nueva situación. Había que sustituir la táctica de la ofensiva por la táctica de la defensiva, por la táctica de la acumulación de fuerzas, por la táctica de retirar los cuadros a la clandestinidad y organizar el trabajo clandestino del Partido, por la táctica de combinar el trabajo ilegal del Partido con su labor en las organizaciones obreras legales.

Y los bolsheviques supieron cumplir esta misión.

"Hemos sabido trabajar durante largos años con vistas a la revolución -decía Lenin-. No en vano dicen de nosotros que somos firmes como la roca. Los socialdemócratas han creado un Partido proletario que no se desanima ante el fracaso de la primera acometida guerrera, que no pierde la cabeza ni se deja llevar de aventuras" (Lenin, t. XII, pág. 126, ed. rusa).

Los bolsheviques luchaban por mantener y afianzar las organizaciones clandestinas del Partido. Pero, al mismo tiempo, consideraban necesario utilizar todas las posibilidades legales, hasta el más pequeño resquicio legal, para mantener y fortalecer los vínculos con las masas, reforzando con ello el Partido.

"Fue el periodo en que nuestro Partido dio el viraje, de la lucha revolucionaria abierta contra el zarismo a la lucha por medio de rodeos, a la utilización de todas y cada una de las posibilidades legales, desde las mutualidades obreras hasta la tribuna de la Duma. Fue el periodo de repliegue, después de haber sido derrotados en la revolución de 1905. Este viraje exigía de nosotros la asimilación de nuevos métodos de lucha para, después de acumular fuerzas, lanzarnos de nuevo a la lucha revolucionaria abierta contra el zarismo" (Stalin, "Actas taquigráficas del XV Congreso del P. C. (b) de la U.R.S.S.", 1935, págs. 366-367).

Las organizaciones legales que habían salido indemnes servían como de pantalla para las organizaciones clandestinas del Partido y de medio de enlace con las masas. Para mantener los vínculos con éstas, los bolsheviques se valían de los sindicatos y de las demás organizaciones sociales de carácter legal: mutualidades, cooperativas obreras, clubs y sociedades culturales, Casas del Pueblo, etc. Utilizaban la tribuna de la Duma para desenmascarar la política del gobierno zarista, para desenmascarar a los kadetes, para atraer a los campesinos al lado de los obreros. El mantenimiento de la organización clandestina del Partido y la dirección a través de ella de todas las demás formas de actuación política garantizaban al Partido la aplicación de la línea política acertada y la preparación de las fuerzas para el nuevo avance revolucionario.

Los bolsheviques aplicaron su línea revolucionaria, luchando en dos frentes: contra los liquidadores, enemigos abiertos del Partido, y contra los llamados otsovistas, adversarios encubiertos de él.

Los bolsheviques, con Lenin a su frente, mantuvieron una lucha intransigente contra los liquidadores desde el momento mismo en que surgió este tendencia oportunista. Lenin señalaba que los liquidadores eran agentes de la burguesía liberal dentro del Partido.

En diciembre de 1908, celebróse en París la quinta Conferencia (nacional) del P.O.S.D.R. A propuesta de Lenin, esta Conferencia condenó la posición de los liquidadores, es decir, los intentos de una parte de los intelectuales afiliados al Partido (mensheviques) de "liquidar la organización existente del P.O.S.D.R. y sustituirla por una agrupación informe, mantenida a toda costa dentro del marco de la legalidad, aunque para ello hubiese que renunciar de un modo claro y franco al programa, a la táctica y a las tradiciones del Partido" ("Resoluciones del P.C. (b) de la U.R.S.S.", parte I, pág. 128).

La Conferencia hizo un llamamiento a todas la organizaciones del Partido para que luchasen enérgicamente contra estos intentos de los liquidadores.

Pero los mensheviques ni se atuvieron a este acuerdo de la Conferencia del Partido y fueron descendiendo cada vez más por la senda de los liquidadores, traicionando a la revolución y acercándose a los kadetes. Los mensheviques volvían la espalda cada vez más descaradamente al programa revolucionario del Partido del proletariado, a las reivindicaciones de la República democrática, de la jornada de 8 horas y de la confiscación de las tierras de los terratenientes. A costa de renunciar al programa y a la táctica del Partido, querían obtener del gobierno zarista la autorización para que funcionase un partido pretendidamente "obrero", con existencia abierta y legal. Estaban dispuestos a hacer las paces con el régimen stolypiniano y adaptarse a él, razón por la cual se daba también a los liquidadores el nombre de "partido obrero stolypiniano".

Al mismo tiempo que luchaban contra estos adversarios descarados de la revolución, contra los liquidadores -acaudillados por Dan, Axelrod y Potresov, ayudados por Martov, Trotski y otros mensheviques-, los bolsheviques mantenían también una lucha implacable contra los liquidadores encubiertos, contra los "otsovistas", que disfrazaban su oportunismo con frases "izquierdistas". Se comenzó a dar el nombre de "otsovistas" a un grupo de ex bolsheviques que exigía que el Partido retirase los diputados obreros de la Duma y renunciase en general a toda actuación dentro de las organizaciones legales.

Estos afiliados al Partido bolshevique, que en 1908 exigían la retirada de los diputados socialdemócratas de la Duma, y de aquí el nombre de "otsovistas" (del ruso "otsovat": revocar, retirar), formaron un grupo aparte constituido por Bogdanov, Lunacharski, Alexinski, Pokrovski, Bubnov y otros, que comenzó a luchar contra Lenin y contra la línea leninista. Los "otsovistas" negábanse resueltamente a trabajar en los sindicatos obreros y en las demás organizaciones legales. Con ello, inferían un grave daño a la causa obrera. Rompían los vínculos entre el Partido y el proletariado, privaban a aquél de enlace con las masas sin partido, querían encerrarse en la organización clandestina y, al mismo tiempo, exponían a ésta a los golpes del enemigo, al privarla de la posibilidad de atrincherarse detrás de las organizaciones legales. Los "otsovistas" no comprendían que en la Duma y a través de ella los bolsheviques podían influir sobre los campesinos, podían desenmascarar la política del gobierno zarista, la política de los kadetes, quienes pretendían arrastrar con ellos a los campesinos por medio del engaño. Los "otsovistas" entorpecían la labor de acumular fuerzas para el nuevo avance revolucionario. Eran, por tanto, "liquidadores al revés", pues aspiraban a liquidar la posibilidad de valerse de las organizaciones legales y de hecho renunciaban a la dirección proletaria sobre las grandes masas sin partido, renunciaban a la labor revolucionaria.

En una Conferencia ampliada de la redacción del periódico bolshevique "Proletari" ("El Proletario"), convocada en 1909 para enjuiciar la conducta de los "otsovistas", fue condenada la actitud de este grupo. Los bolsheviques declararon que no tenían la menor afinidad con ellos y los expulsaron del Partido.

Tanto los liquidadores como los "otsovistas" no habían sido nunca más que elementos pequeñoburgueses circunstancialmente adheridos al proletariado y a su Partido y que, al llegar los momentos difíciles para el proletariado, se quitaron la careta y descubrieron su verdadera faz.

4. La lucha de los bolsheviques contra el trotskismo. - El Bloque de Agosto contra el Partido.

Mientras los bolsheviques luchaban encarnizadamente en dos frentes -contra los liquidadores y los "otsovistas"- por mantener la línea del Partido proletario, Trotski apoyaba a los mensheviques liquidadores. Fue precisamente por estos años cuando Lenin le llamó "el Judas Trotski". Este organizó en Viena (Austria) un grupo publicístico y comenzó a editar un periódico "situado por encima de las fracciones", que en realidad era un periódico menshevique. He aquí lo que por entonces escribía Lenin acerca de él: "Trotski se comporta como el más ruin arrivista y fraccionista... Charla mucho del Partido, pero se conduce peor que todos los demás fraccionistas".

Más tarde, en 1912, Trotski fue el organizador del Bloque de Agosto, que no era sino un bloque de todos los grupos y tendencias antibolsheviques contra Lenin y contra el Partido. A este bloque antibolshevique se unieron los liquidadores y los "otsovistas", demostrando con ello su afinidad. Trotski y los trotskistas adoptaban en todos los problemas fundamentales una posición liquidadora. Sin embargo, Trotski disfrazaba su tendencia liquidadora con una actitud centrista, es decir, conciliadora, afirmando que él estaba al margen de los bolsheviques y de los mensheviques y luchaba por conciliarlos. Con este motivo, decía Lenin que Trotski era más vil y más dañino que los liquidadores descarados, porque engañaba a los obreros, haciéndoles creer que estaba "por encima de las fracciones", cuando en realidad apoyaba con todas sus fuerzas a los liquidadores mensheviques. El trotskismo era el grupo principal entre los fomentadores del centrismo.

"El centrismo -escribe el camarada Stalin- es un concepto político. Su ideología es la ideología de la adaptación, la ideología de la supeditación de los intereses proletarios a los intereses de la pequeña burguesía dentro de un partido común. Esta ideología es extraña y hostil al leninismo (Stalin, "Problemas del Leninismo", pág. 397, ed. rusa).

Durante este periodo, Kamenev, Zinoviev y Rykov actuaban, de hecho, como agentes solapados de Trotski, pues le ayudaban no pocas veces en su lucha contra Lenin. Con el apoyo de Zinoviev, Kamenev, Rykov y otros aliados encubiertos de Trotski, fue convocado en enero de 1910, en contra de Lenin, un Pleno del Comité Central. Por aquel entonces, a consecuencia de la detención de gran número de bolsheviques, había cambiado la fisonomía del C.C. del Partido y esto dio a los elementos vacilantes la posibilidad de hacer votar acuerdos antileninistas. Así se explica que en este Pleno se acordase suspender la publicación del periódico bolshevique "Proletari" y ayudar con dinero al periódico "Pravda" ("La Verdad"), que Trotski editaba en Viena. Kamenev pasó a formar parte de la redacción del periódico trotskista y se esforzó, en unión de Zonoviev, en convertirlo en órgano del Comité Central.

Sólo ante la insistencia de Lenin se logró que el Pleno de enero del C.C. tomase el acuerdo de condenar a los liquidadores y a los "otsovistas", pero también aquí Zinoviev y Kamenev defendieron tenazmente la propuesta trotskista de que no se llamase a los liquidadores por su verdadero nombre.

Ocurrió tal y como había previsto y advertido Lenin: sólo los bolsheviques acataron los acuerdos del Pleno, suspendiendo la publicación de su órgano "Proletari", mientras los mensheviques seguían publicando su periódico fraccional y liquidador "La Voz del Socialdemócrata".

La posición de Lenin fue apoyada enteramente por el camarada Stalin, quien publicó un artículo especial en el número 11 del "Socialdemócrata". En este artículo se condenaba la conducta de los cómplices del trotskismo y se hablaba de la necesidad de liquidar la anormal situación creada dentro de la fracción bolshevique por la actitud traidora de Kamenev, Zinoviev y Rykov. En su artículo, el camarada Stalin destacaba las tareas urgentes, que habían de ser resueltas más tarde por la Conferencia del Partido celebrada en Praga: convocatoria de una conferencia general del Partido, publicación de un periódico legal de éste y creación de un centro clandestino para la actuación práctica en Rusia. Este artículo se basaba en los acuerdos del Comité de Bakú, que apoyaba sin reservas a Lenin.

Para contrarrestar el bloque antibolshevique de Agosto, el bloque de Trotski, del que formaban parte exclusivamente elementos hostiles al Partido, desde los liquidadores y los trotskistas hasta los "otsovistas" y los "constructores de dios", fue creado un bloque de partidarios del mantenimiento y fortalecimiento del Partido proletario clandestino. En este bloque entraron los bolsheviques, con Lenin a la cabeza, y un pequeño número de mensheviques defensores del Partido, la frente de los cuales se hallaba Plejanov. Aunque en una serie de problemas Plejanov y su grupo de mensheviques defensores del Partido permanecían en las posiciones mensheviques, manteníanse resueltamente al margen del Bloque de Agosto y de los liquidadores y pugnaban por llegar a un acuerdo con los bolsheviques. Lenin aceptó la propuesta de Plejanov y pactó un bloque temporal con él, contra los elementos enemigos del Partido, teniendo en cuenta que este bloque era beneficioso para el Partido y funesto para los liquidadores.

El camarada Stalin apoyó incondicionalmente este bloque. Hallábase por aquel entonces en la deportación, de donde dirigió a Lenin una carta, en la que decía:

"A mi modo de ver, la línea del bloque (Lenin-Plejanov) es la única acertada: 1) esta línea y sólo ella es la que responde a los verdaderos intereses de la actuación dentro de Rusia, que exige la cohesión de todos los elementos que verdaderamente están con el Partido; 2) esta línea y sólo ella es la que acelera el proceso de liberación de las organizaciones legales del yugo de los liquidadores, abriendo un foso entre los obreros mensheviques y los liquidadores y poniendo en dispersión y aplastando a éstos" (Antología "Lenin y Stalin", ed. rusa, t. I, págs. 529-530).

Gracias a su hábil combinación de trabajo clandestino con el trabajo legal, los bolsheviques llegaron a tener en las organizaciones obreras legales una fuerza considerable. Esto se puso de relieve, entre otras cosas, en la gran influencia que los bolsheviques acreditaron en los grupos obreros de cuatro congresos legales celebrados durante este periodo: el de las Universidades Populares, el Congreso femenino, el de los médicos de fábricas y el Congreso contra el alcoholismo. Las intervenciones de los bolsheviques en estos congresos legales tuvieron una gran importancia política y repercutieron en todo el país. Así, por ejemplo, la delegación obrera bolshevique que intervino en el Congreso de las Universidades Populares desenmascaró la política del zarismo, que ahogaba toda labor cultural, y demostró que sin acabar con el zarismo no era posible pensar en un verdadero auge cultural en Rusia. La delegación obrera que intervino en el Congreso de los médicos fabriles expuso las espantosas condiciones sanitarias en que tenía que vivir y trabajar los obreros, para llegar a la conclusión de que sin derrocar el régimen zarista no había posibilidad de organizar como era debido la higiene fabril.

Los bolsheviques fueron poco a poco desalojando a los liquidadores de las diversas organizaciones legales indemnes en que se habían atrincherado. La peculiar táctica de frente único con el grupo plejanovista de afiliados al Partido, permitió a los bolsheviques ganar a una serie de organizaciones obreras mensheviques (distrito de Viborg, Ekaterinoslav, etc.).

Durante este difícil periodo, los bolsheviques dieron, con su actuación, un ejemplo de cómo se debe combinar el trabajo legal con la labor clandestina.

5. La conferencia del partido en Praga (1912). - Los bolsheviques pasan a formar un partido marxista independiente.

La lucha contra los liquidadores y los "otsovistas", así como la lucha contra los trotskistas, planteaba a los bolsheviques la tarea inmediata de reforzar la cohesión de todos los bolsheviques y de formar con ellos un Partido bolshevique independiente. Era esto absolutamente necesario, no sólo para acabar con las tendencias oportunistas dentro del Partido, tendencias que sembraban la discordia entre la clase obrera, sino, además, para llevar a término la obra de concentrar las fuerzas de la clase obrera y preparar a ésta para el nuevo avance de la revolución.

Pero para poder cumplir esta tarea era necesario, ante todo, limpiar al Partido de oportunistas, de mensheviques.

Ahora, ya ningún bolshevique dudaba de que la convivencia de los bolsheviques con los mensheviques en un solo partido era algo inconcebible. La conducta traidora de los mensheviques durante el periodo de la reacción stolypiniana, sus intentos de liquidar el Partido proletario y de organizar un nuevo partido, de tipo reformista, hacían inevitable la ruptura con ellos. Conviviendo en un partido con los mensheviques, los bolsheviques asumían de un modo o de otro una responsabilidad moral por la conducta de aquéllos. Y los bolsheviques no podían, en modo alguno, cargar con ninguna responsabilidad moral por la conducta descaradamente traidora de los mensheviques, a menos que quisiesen convertirse también ellos en traidores al Partido y a la clase obrera. La unidad con los mensheviques dentro de un solo partido convertíase, pues, en una traición a la clase obrera y al Partido de ésta. Era necesario, por tanto, llevar a término la ruptura efectiva con los mensheviques, romper con ellos de un modo formal y orgánico, expulsar a los mensheviques del Partido.

Este camino era el único por el cual se podía restaurar el Partido revolucionario del proletariado, con unidad de programa, unidad de táctica y unidad de organización de clase.

Era el único camino por el cual se podía instaurar dentro del Partido una unidad efectiva (y no meramente formal), unidad que había sido rota por los mensheviques.

Tal era la tarea que había de cumplir la VI Conferencia general del Partido, conferencia preparada por los bolsheviques.

Pero este problema no era más que uno de los aspectos del aspecto. La ruptura formal con los mensheviques y la formación de un partido aparte con los bolsheviques constituían, indudablemente, una tarea política muy importante. Pero a los bolsheviques, se les planteaba, además, otra, más importante aun. No se trataba solamente de romper con los mensheviques y constituir un partido independiente, sino que se trataba, ante todo, de crear, rompiendo con los mensheviques, un nuevo partido, de crear un partido de nuevo tipo, un partido distinto de los partidos socialdemócratas corrientes de los países occidentales, un partido libre de elementos oportunistas y capaz de conducir al proletariado a la lucha por el Poder.

En su lucha contra los bolsheviques, todos los mensheviques, sin distinción de matices, desde Axelrod y Martinov hasta Martov y Trotski, se servían invariablemente de armas sacadas del arsenal de los socialdemócratas del Occidente de Europa. Querían poseer en Rusia un partido como, por ejemplo, el Partido socialdemócrata alemán o el francés. Y luchaban contra los bolsheviques, precisamente porque presentían en ellos algo nuevo, insólito, distinto de la socialdemocracia occidental. ¿Y qué eran, por aquel entonces, los partidos socialdemócratas de Occidente? Una mezcla, un conglomerado de elementos marxistas y oportunistas, de amigos y enemigos de la revolución, de partidarios y adversarios de la causa del Partido, con una conciliación ideológica gradual de los primeros con los segundos y una sumisión gradual y efectiva de aquéllos a éstos. Conciliación con los oportunistas, con los traidores a la revolución, ¿en nombre de qué?, preguntaban los bolsheviques a los socialdemócratas de la Europa occidental. En nombre de "la paz dentro del Partido", en nombre de la "unidad", se les contestaba. ¿La unidad con quién, con los oportunistas? Sí, contestaban aquéllos; con los oportunistas. Era evidente que partidos así no podían ser partidos revolucionarios.

Los bolsheviques no podían por menos de observar que, después de la muerte de Engels, los partidos socialdemócratas de la Europa occidental habían comenzado a degenerar de partidos de al revolución social en partidos de "reformas sociales", y que todos ellos se habían convertido ya, como organizaciones, de fuerzas dirigentes en simples apéndices de sus propios grupos parlamentarios.

Los bolsheviques no podían desconocer que un partido así perjudica gravemente al proletariado, que un partido así no es capaz de conducir a la clase obrera a la revolución.

Los bolsheviques no podían desconocer que lo que necesita el proletariado no son partidos de éstos, sino un partido distinto, nuevo, un auténtico Partido marxista, irreconciliable en su actitud frente a los oportunistas y revolucionario en su actitud frente a la burguesía, un partido fundido en una unidad fuerte y monolítica, un partido que fuese el Partido de la revolución social, el Partido de la dictadura del Proletariado.

Un partido así, un partido nuevo de este tipo, era precisamente el que los bolsheviques aspiraban a crear. Y, en efecto, los bolsheviques crearon, forjaron este partido. Toda la historia de su lucha contra los "economistas", los mensheviques, los trotskistas, los "otsovistas", los idealistas de todos los matices, hasta llegar a los empiriocriticistas, no era, precisamente, más que la historia de la preparación de este tipo de partido. Los bolsheviques aspiraban a forjar un partido nuevo, el Partido bolshevique, que pudiera servir de modelo para cuantos quisieran crear un partido marxista auténticamente revolucionario. Este era el Partido que los bolsheviques venían preparando ya desde los tiempos de la vieja "Iskra". A su preparación se entregaron tenaz y ardorosamente, arrollando todos los obstáculos. En esta labor de preparación desempeñaron un papel decisivo trabajos de Lenin tales como "¿Qué hacer?", "Las dos tácticas", etc. El libro de Lenin "¿Qué hacer?" preparó ideológicamente este tipo de partido. Su libro "Un paso adelante, dos pasos atrás" lo preparó en el terreno de la organización. El libro "Las dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática" lo preparó en el terreno político. Finalmente, el libro de Lenin "Materialismo y Empiriocriticismo" lo preparó en el terreno teórico.

Con seguridad puede afirmarse que jamás hubo en la historia ningún grupo político tan concienzudamente preparado para formar un partido, como el grupo bolshevique.

En tales condiciones, la formación de un Partido bolshevique independiente era algo perfectamente preparado y en sazón.

La misión de la VI Conferencia del Partido consistía en coronar la obra, ya madura, con el acto de la expulsión de los mensheviques y la formación del nuevo partido, del Partido bolshevique.

La VI Conferencia nacional del Partido se celebró en Praga, en enero de 1912. Estuvieron representadas en ella más de 20 organizaciones del Partido. Formalmente, tuvo, por tanto, la importancia propia de un Congreso.

En la circular sobre la Conferencia, después de comunicar la reconstitución del aparato central del Partido, que había sido destruido, y la creación del C.C., decíase que los años de reacción eran los años más duros por los que había pasado el Partido desde la constitución de la socialdemocracia rusa como organización definida. Pero, a pesar de todas las persecuciones, a pesar de los terribles golpes asestados desde fuera y de la traición y las vacilaciones de los oportunistas dentro de él, el Partido del proletariado había mantenido en pie su bandera y su organización.

"La socialdemocracia de Rusia no sólo había logrado mantener indemnes su bandera, su programa, sus postulados revolucionarios, sino que había mantenido también su organización, que habría podido salir quebrantada y debilitada, pero que ninguna persecución habían logrado aniquilar", decíase en la circular de convocatoria de la Conferencia.

La Conferencia de Praga registró los primeros signos del nuevo auge del movimiento revolucionario de Rusia y de la reanimación de la labor del Partido.

Por los informes de los delegados, la Conferencia comprobó que "entre los obreros socialdemócratas de base se desarrolla en todas partes una enérgica labor encaminada a fortalecer los grupos y organizaciones clandestinos de la socialdemocracia".

La Conferencia pudo comprobar que en la base se acataba por todas partes la norma más importante de la táctica bolshevique durante el periodo de repliegue: la de combinar la labor clandestina con el trabajo legal en las diversas sociedades y agrupaciones obreras de este carácter.

En la Conferencia de Praga fue elegido un Comité Central bolshevique. De él formaban parte: Lenin, Stalin, Ordzhonikidze, Sverdlov, Spandarián, Goloshchekin y otros. Los camaradas Stalin y Sverdlov fueron elegidos en ausencia de ellos, pues se hallaban deportados. Entre los miembros suplentes del C.C. fue designado el camarada Kalinin.

Se estableció un centro de carácter práctico para la dirección del trabajo revolucionario en Rusia (El Buró ruso del C.C.), al frente del cual se puso el camarada Stalin. Formaban parte de él, además de éste, los camaradas I. Sverdlov, S. Spandarián, S. Ordzhonikidze, M. Kalinin y Goloshchekin.

La Conferencia de Praga hizo el balance de toda la lucha anterior de los bolsheviques contra el oportunismo y acordó expulsar del Partido a los mensheviques.

Después de la expulsión de los mensheviques, quedó constituido, en esta Conferencia, el Partido bolshevique independiente.

Habiendo aplastado ideológicamente y en el terreno de la organización a los mensheviques, con su expulsión del Partido, los bolsheviques conservaron la vieja bandera del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia, nombre que el Partido bolshevique siguió usando hasta el año 1918, con la palabra "bolshevique" añadida entre paréntesis.

Refiriéndose a los resultados de la Conferencia de Praga, escribía Lenin a Gorki, a comienzos de 1912:

"Por fin se ha logrado, pese a la canallada de los liquidadores, hacer renacer el Partido y su Comité Central. Espero que se alegrará usted con nosotros de esto" (Lenin, t. XXIX, pág. 19, ed. rusa).

Y el camarada Stalin, valorando la importancia de la Conferencia de Praga, decía:

"Esta Conferencia tuvo una importancia grandísima en la historia de nuestro Partido, pues deslindó los campos entre los bolsheviques y los mensheviques y unió a las organizaciones de todo el país en un Partido bolshevique único" (Actas taquigráficas del XV Congreso del P.C. (b) de la U.R.S.S., págs. 361-362).

Después de la expulsión de los mensheviques y de la constitución de los bolsheviques en partido independiente, el Partido bolshevique aumentó en solidez y fortaleza. El Partido se fortalece al depurarse de los elementos oportunistas: he aquí una de las consignas del Partido bolshevique, como partido de nuevo tipo, distinto por principio de los partidos socialdemócratas de la Segunda Internacional. Los partidos de la Segunda Internacional, aunque se llamasen de palabra marxistas, de hecho toleraban dentro de sus filas a los adversarios del marxismo, a los oportunistas descarados, permitiéndoles descomponer y echar a pique a la Segunda Internacional. Por el contrario, los bolsheviques mantenían una lucha intransigente contra los oportunistas, limpiando el Partido proletario de la basura del oportunismo y consiguiendo crear un partido de nuevo tipo, Partido leninista, el Partido que más tarde había de conquistar la dictadura del proletariado.

Si hubiesen permanecido dentro de las filas del Partido proletario los oportunistas, el Partido bolshevique jamás habría podido marchar hacia los objetivos y arrastrar con él al proletariado, jamás habría podido tomar el Poder y organizar la dictadura proletaria, jamás habría podido salir vencedor de la guerra civil, jamás habría podido edificar el socialismo.

En los acuerdos de la Conferencia de Praga se destacaron como consignas políticas fundamentales e inmediatas las reivindicaciones que formaban el programa mínimo del Partido: la República democrática, la jornada de 8 horas y la confiscación de las tierras de los terratenientes.

Bajo estas consignas revolucionarias, realizaron los bolsheviques la campaña electoral para la cuarta Duma.

Bajo estas consignas se desarrolló el nuevo auge del movimiento revolucionario de las masas obreras en los años de 1912 a 1914.

RESUMEN

Los años de 1908 a 1912 fueron un periodo dificilísimo para la actuación revolucionaria. Después de la derrota de la revolución, bajo las condiciones del descenso del movimiento revolucionario y del cansancio de las masas, los bolsheviques cambiaron de táctica y pasaron de la lucha abierta contra el zarismo a la lucha por medios indirectos. Bajo las duras condiciones de la reacción stolypiniana, los bolsheviques aprovecharon las más pequeñas posibilidades legales para mantener el enlace con las masas (desde las mutualidades obreras y los sindicatos hasta la tribuna de la Duma) y acumulaban incansablemente fuerzas para el nuevo auge del movimiento revolucionario.

En la dura situación creada por la derrota de la revolución, por el derrumbamiento de las corrientes de oposición, el desengaño en punto a la revolución y la acentuación de los ataques revisionistas de una serie de intelectuales desertores del Partido (Bogdanov, Basarov, etc.) contra los fundamentos teóricos de éste, los bolsheviques acreditaron ser la única fuerza dentro del Partido que no plegaba su bandera, que se mantenía leal a su programa y rechazaba los ataques de los "críticos" de la teoría marxista (libro de Lenin "Materialismo y Empiriocriticismo"). El temple ideológico marxista-leninista y su capacidad para comprender las perspectivas de la revolución ayudaron al núcleo fundamental de los bolsheviques, estrechamente agrupados en torno a Lenin, a defender la causa del Partido y sus principios revolucionarios. "No en vano dicen de nosotros que somos firmes como la roca", escribía Lenin, hablando de los bolsheviques.

Durante este periodo, los mensheviques van alejándose cada vez más de la revolución. Se convierten en liquidadores, exigen la liquidación, la destrucción del Partido clandestino, revolucionario, del proletariado, se apartan cada vez más abiertamente del programa del Partido y de sus tareas y consignas revolucionarias, e intentan organizar su propio partido, un partido reformista, que los obreros bautizan con el nombre de "partido obrero stolypiniano". Trotski ayuda a los liquidadores, cubriéndose farisaicamente con la consigna de la "unidad del partido", que significaba, en realidad, la unidad con los liquidadores.

De otra parte, un grupo de bolsheviques, incapaces de comprender la necesidad de dar un viraje hacia nuevos métodos, hacia métodos indirectos de lucha contra el zarismo, exige que se renuncie a la utilización de las posibilidades legales y que se retiren los diputados obreros de la Duma. Este grupo, el de los "otsovistas", empuja al Partido a romper sus enlaces con las masas, entorpece la concentración de fuerzas para el nuevo avance de la revolución. Disfrazándose con frases "izquierdistas", renuncia, en realidad, a la lucha revolucionaria, ni más ni menos que los liquidadores.

Liquidadores y "otsovistas" se unen contra Lenin en bloque, el Bloque de Agosto, organizado por Trotski.

Los bolsheviques triunfan en la lucha contra los liquidadores y los "otsovistas", en la lucha contra el Bloque de Agosto y defienden con éxito al Partido proletario clandestino.

El acontecimiento más importante de este periodo es la Conferencia de Praga del P.O.S.D.R. (enero de 1912). En esta Conferencia fueron expulsados del Partido los mensheviques y se acabó para siempre con la convivencia formal de bolsheviques y mensheviques en un solo partido. Los bolsheviques dejaron de ser un grupo político para formar un partido independiente: el Partido Obrero Social Demócrata de Rusia (bolshevique). La Conferencia de Praga puso los cimientos para un partido de nuevo tipo, para el Partido del Leninismo, para el Partido bolshevique.

La depuración del Partido proletario mediante la eliminación de los oportunistas, de los mensheviques, llevada a cabo por la Conferencia de Praga, tuvo una grande y decisiva importancia para el futuro desarrollo del Partido y de la revolución. Si los bolshevique no hubiesen expulsado del Partido a los traidores a la causa obrera, a los oportunistas mensheviques, el Partido proletario no hubiera podido conducir las masas a la conquista de la dictadura del proletariado en el año 1917.

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