Corría rápido,las noches eran sus dominios,
él era el rey al que todos le temían.
Su desafiante mirada,su furia,sus mentiras,
su rebaño de ovejas,siempre sumisas,su negocio.
Pero,una noche,supo que existían otros lobos,
no pudo ser más rápido,y la luna lloró sangre.
(...)
Hoy deambula,fumando ese cigarro ya consumido,
sin entender,con su fiera...
en ese bosque siempre cruel.
Marcelo Rubéns Balboa✒
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