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sábado, 29 de noviembre de 2025

🔸1️⃣ "El Frente Amplio Dinamitado Desde Adentro: La Responsabilidad Histórica del MPP,Mujica,Topolansky y la Nueva Subordinación del Proyecto Popular"🔸2️⃣ 🔸El “Guerrillero Romántico” — La mayor operación simbólica del progresismo domesticado🔸3️⃣ •Lucía y el MPP: el mito del guerrillero romántico que ya no alcanza para tapar las claudicaciones•4️⃣ Conclusión: desmontar el mito para recuperar el rumbo•


1️⃣

El deterioro del Frente Amplio —esa herramienta que nació para transformar Uruguay y no para administrarlo— no es un fenómeno espontáneo ni un desgaste natural del tiempo. Para una parte creciente del movimiento popular,la crisis del FA es el resultado directo de un proceso intencional de desideologización,manipulación del aparato interno y deformación estratégica de su identidad histórica.

Y el responsable principal de ese proceso no es otro que su sector mayoritario: el Movimiento de Participación Popular (MPP).

Hoy,la fuerza política fundada para disputar el poder en nombre de la clase trabajadora se encuentra sometida a una lógica MPP-centrista que ha convertido la rebeldía en “moderación”, la radicalidad en “prudencia” y la transformación en “gestión responsable”.
Nada más alejado de la izquierda.


•I. El MPP y la captura del Frente Amplio•

El MPP no solo acumuló poder interno: lo colonizó.
Convirtió al Frente Amplio en una maquinaria verticalista donde la ética programática quedó supeditada a la conveniencia electoral.

La mayor parte de las decisiones estratégicas —dentro y fuera del gobierno— se ajustan a los tiempos, miedos y necesidades del MPP,no del conjunto de la fuerza política y mucho menos del movimiento obrero.

Esa hegemonía llevó a un escenario vergonzoso: el presidente del Frente Amplio debió justificar la postura del gobierno uruguayo ante el genocidio en Gaza con la frase:
“La fuerza política es una cosa y el gobierno es otra.”
Una declaración demoledora.
Una renuncia explícita a la conducción política.
Una confesión de que hoy el Frente Amplio no dirige,sino que obedece.

Y si el gobierno no responde a la fuerza política que le dio origen,¿a quién responde?
La respuesta es clara:
a la voluntad del MPP,que ha logrado situarse como el verdadero eje de poder dentro del progresismo uruguayo.

No es descabellado afirmar que hoy Yamandú Orsi —formalmente presidente del Uruguay— actúa,en la práctica,más como presidente del MPP que como figura que represente el conjunto del Frente Amplio.
Las políticas del Estado hablan por sí mismas.


•II. José “Pepe” Mujica: el arquitecto del progresismo domesticado•

Durante años,José Mujica fue presentado como un símbolo mundial: el presidente austero,el campesino sabio,el filósofo popular.
Su figura fue envuelta en un aura casi religiosa que logró encantar a millones dentro y fuera del Uruguay.

Pero detrás del personaje existe una práctica política concreta: la construcción de un progresismo domesticado y funcional al sistema.

Mujica instaló la idea de que ser de izquierda es “no ser extremo”,que lo imprescindible es “no pelear”,que los principios pueden negociarse en nombre de la “gobernabilidad”.
Convirtió la política en una suerte de moralina sentimental,donde la pobreza se observa con cariño pero no se combate con ruptura estructural.

Esa pedagogía produjo una generación política que prefiere el aplauso de los medios y los empresarios antes que la tensión con los poderosos.
La izquierda dejó de confrontar y comenzó a “conversar”.

Mujica no solo construyó un personaje: construyó una doctrina que hoy atraviesa al Frente Amplio y explica en gran parte su incapacidad para articular posiciones firmes,incluso frente a tragedias humanitarias como la de Palestina.


•III. Mujica, Topolansky y los militares: la zona más oscura•

Dentro de esa doctrina conciliadora se inscriben las declaraciones más controversiales de Mujica y Topolansky respecto a los represores de la dictadura.

Cuando Mujica afirmó que “no quería viejitos presos” —refiriéndose a los militares recluidos en Domingo Arena por delitos de lesa humanidad— envió un mensaje devastador:
que para él,los crímenes del terrorismo de Estado podían relativizarse según la edad del criminal y no por la gravedad del delito.

No fue un desliz. Fue una postura política.

Lucía Topolansky fue aún más lejos cuando dijo públicamente que ciertos compañeros “habían mentido” en los juicios contra los represores.
Para la militancia de derechos humanos,para los sobrevivientes,para los familiares: una traición,lisa y llana.
Un gesto que coloca en duda testimonios que costaron décadas,vidas,torturas, desapariciones y silencios arrancados a la fuerza.

Estas declaraciones no fueron errores ni improvisaciones:
forman parte de la misma estrategia de reconciliación unilateral que el MPP ha impulsado durante años, donde la memoria se convierte en un estorbo y los derechos humanos en una carga que “hay que gestionar”.

Mientras tanto,la estrecha relación personal de Mujica con figuras vinculadas al ámbito militar jamás ha sido un secreto.
No hizo falta explicarlo: los hechos y las compañías hablan más que cualquier discurso.


••IV. Un Frente Amplio sin brújula,sin doctrina y sin nervio••

El resultado de este proceso es un Frente Amplio irreconocible.
Un Frente Amplio que ya no es fuerza de transformación, sino herramienta electoral.
Una izquierda que renuncia a lo esencial para ganar aplausos del sistema que prometió combatir.

La vergonzosa postura del gobierno uruguayo frente al genocidio del pueblo palestino no es un hecho aislado: es el síntoma más claro de esta degradación política.

Si el gobierno puede adoptar una postura completamente ajena —e incluso contraria— a la tradición antiimperialista del FA y luego decir que “la fuerza política es una cosa y el gobierno es otra”, entonces ya no estamos frente a un problema táctico, sino ante una crisis de identidad histórica.

Hoy el FA no está conducido por la militancia ni por su programa:
está subordinado al aparato que diseñó Mujica y consolidó el MPP.


•V. Conclusión: reconstruir o dejar morir•

La izquierda uruguaya enfrenta una encrucijada decisiva:
recuperar el Frente Amplio o asumir su agotamiento histórico.

Porque una herramienta política puede desgastarse, puede confundirse,pero no puede convertirse en lo contrario de lo que fue creada para ser.

Si el FA sigue siendo rehén del MPP,de la doctrina mujicista y de las concesiones moralmente insostenibles de figuras como Topolansky,entonces su función histórica está en duda.

La izquierda de verdad —la que defiende la soberanía,la justicia social,la memoria,el internacionalismo y la confrontación con el poder real— deberá decidir si reconstruye desde adentro o si empieza a forjar nuevas herramientas.

Lo que está claro es que la izquierda domesticada no sirve para enfrentar los desafíos del presente.
La historia exige más.
Y exige ahora.

Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️ 


(...)


2️⃣🔸El “Guerrillero Romántico” — La mayor operación simbólica del progresismo domesticado🔸

José “Pepe” Mujica no solo fue un político: fue una construcción cultural deliberada.

Un personaje tallado con precisión milimétrica, diseñado para producir un efecto psicológico profundo en la sociedad uruguaya y en la izquierda internacional.

Ese personaje no es el ex preso político real,con contradicciones,decisiones y responsabilidades históricas.

Ese personaje es un mito, cuidadosamente cultivado: el mito del “guerrillero romántico”.

Ese mito cumple una función política fundamental: neutraliza la memoria revolucionaria y la reemplaza por un relato sentimental,desideologizado, inocuo para el poder y amable para las élites.

🔸1. El personaje del “guerrillero romántico” como mercancía política,:

Mujica no fue presentado como militante tupamaro con doctrina y estrategia: fue presentado como un héroe bohemio,un rebelde desarmado,una especie de Che Guevara de mate y pantuflas.

El Che murió combatiendo al imperialismo; Mujica se convirtió en un símbolo condecorado por el propio sistema.

Ese contraste es clave.

El sistema convirtió a Mujica en su ídolo porque era un “rebelde sin conflicto”.

Un símbolo de resistencia que ya no resiste.

Un revolucionario que renunció a la revolución.

Un subversivo que terminó sus días apelando a la paz con los poderosos.

Ese personaje fue una herramienta política de doble filo: – domesticaba el pasado guerrillero,– y legitimaba el presente conservador.

🔸2. El guerrillero desarmado: la renuncia convertida en virtud:

En la construcción del “Pepe”,renunciar a la confrontación se volvió una virtud.

“Soy viejo”, “la vida me enseñó”, “no hay que pelear”, “hay que negociar”.

Ese discurso no es sabiduría ni madurez: es renuncia elevada a virtud para justificar la derrota ideológica.

El supuestamente “rebelde” que rechazaba los autos de lujo terminó siendo el principal embajador internacional de la idea de que la izquierda debe dejar de ser izquierda para ser aceptable ante el mundo.

Mujica no decía “transformemos el sistema”.

Decía: “adaptémonos al sistema,con una sonrisa.”

Eso no es filosofía.

Es domesticación.

🔸3. El personaje tuvo un propósito: desactivar la memoria revolucionaria:

El mito del “Pepe guerrillero romántico” sirvió para borrar la parte más dura de la historia tupamara: la lucha armada,la clandestinidad,la confrontación directa con el Estado represor,la convicción revolucionaria.

Y en su lugar dejó un espacio emocional vacío: un pasado suave,“simpático”, amable,inofensivo.

El efecto político de eso es enorme: cuando se convierte la lucha revolucionaria en cuento folklórico,se neutraliza su potencia transformadora.

El “Pepe” de la prensa global no es un tupamaro: es un personaje que permite al sistema abrazar simbólicamente a un ex guerrillero sin cuestionar jamás las estructuras que ese guerrillero quiso destruir.

🔸4. Mujica como puente entre radicalidad pasada y moderación presente:

El personaje funcionó como “puente emocional” entre la izquierda histórica y el progresismo tibio que hoy define al FA.

Ese puente permitió justificar cada claudicación como “sabiduría”,cada retroceso como “madurez” y cada concesión como “pragmatismo”.

El discurso era siempre el mismo: “ya no estamos para peleas”,“hay que curar heridas”,“los extremos no sirven”.

Detrás de esa fraseología de abuelo bonachón se escondía un proyecto perfectamente consciente: entregar la dirección del movimiento popular a la moderación,a la conciliación y a la institucionalidad burguesa.

🔸5. La función histórica del personaje Mujica; desmovilizar a la base:

La militancia que antes se organizaba volvió a ser audiencia.

La combatividad se reemplazó por anécdotas de chacra.

La rebeldía se convirtió en merchandising.

La política pasó a ser espectáculo.

Mujica no necesitaba doctrina porque tenía carisma.

No necesitaba confrontar porque con un par de frases era celebrado por presidentes,ONGs, empresarios y hasta por la prensa conservadora internacional.

Cada aplauso internacional a Mujica equivalía a un ladrillo menos en el edificio de la izquierda uruguaya.

🔸6. El personaje fue más fuerte que el programa,que la militancia y que el FA mismo:

El Frente Amplio no supo —o no quiso— resistir la seducción del “Pepe global”.

Lo convirtió en su marca.

Y al hacerlo,permitió que el personaje sustituyera la política,que la imagen sustituyera la ideología,y que la simpatía sustituyera la confrontación.

El resultado es evidente hoy: un FA dócil,sin nervio, sin punta,sin filo.

Mujica no ganó influencia por su programa,sino por su personaje.

El “guerrillero romántico” fue la operación simbólica más efectiva para desactivar la izquierda de combate y convertir al FA en una fuerza administradora y domesticada.

Ese personaje sigue operando en la cultura política del país,justificando silencios,tibiezas y complicidades.

Y por eso,entenderlo en profundidad no es un ejercicio de memoria: es un paso imprescindible para recuperar el proyecto de izquierda que el Uruguay merece.



3️⃣•Lucía y el MPP: el mito del guerrillero romántico que ya no alcanza para tapar las claudicaciones•

La intervención de Lucía Topolansky en defensa de la entrega de la histórica Radio M24 a grupos libertarios, fascistoides y aliados del sionismo argentino no sorprendió a nadie. 

Su justificación fue torpe, contradictoria,y sobre todo reveladora: el MPP ya no intenta siquiera disimular su rol en la domesticación del Frente Amplio y en la rendición ideológica frente a quienes históricamente atacaron las causas populares.
Pero este episodio no puede analizarse sin volver al personaje que durante décadas sostuvo —y maquilló— este rumbo: José “Pepe” Mujica,constructor de uno de los relatos políticos más eficaces y más funcionales a la desmovilización popular de los últimos 30 años.

🔸Volviendo a el mito del guerrillero romántico🔸

Mujica hizo algo que muy pocos logran: transformó una historia de lucha real, con episodios duros y sacrificios verdaderos,en un personaje cuidadosamente manufacturado para el consumo masivo.
Ese personaje —más que el hombre— es el que moldeó al MPP; es el faro que hoy Lucía intenta seguir defendiendo incluso cuando el barco ya hace agua.

El “guerrillero romántico” de Mujica está construido sobre tres pilares: 

🔸1- La nostalgia épica:

Mujica supo convertir su pasado tupamaro en una especie de leyenda moral, despojada de análisis político y enfocada en la épica personal.

De esa historia recortó lo incómodo —el proyecto revolucionario,el antiimperialismo frontal,la lucha de clases— y dejó solo lo digestible: la imagen del hombre que sufrió,resistió y “aprendió la lección”.

🔸La filosofía de la resignación:

El personaje de Mujica transformó la derrota de un proyecto político en una enseñanza moralista:

“La revolución no era por ahí… la vida es así… hay que negociar… hay que aceptar el mundo como es…”

Su discurso cambió la rebeldía por la aceptación,la lucha por el sistema por la adaptación a él.

Esa filosofía,repetida como mantra por generaciones, convirtió a sectores del FA en administradores “razonables” del capitalismo, nunca más en sus adversarios.

🔸La estética del desprendimiento

🔸La chacra,el Fusca,la ropa gastada: símbolos que construyeron una marca global.

🔸Lo admirable en lo personal se transformó en una pantalla política: un líder pobre pero gobernando un país que profundizaba el extractivismo,negociaba con grandes corporaciones y dejaba intactas las estructuras de poder.

•El MPP,criado bajo esa narrativa:

El MPP no fue simplemente un sector político: fue un proyecto tejido alrededor de ese personaje.
La idea central era clara: la moderación es sabiduría,la indignación es ingenuidad, la rebeldía es un error juvenil.

Ese relato marcó a toda una generación de militantes que pasó de la confrontación al pragmatismo extremo,del antiimperialismo al cálculo parlamentario,y de la movilización a la administración del status quo.

Por eso hoy no sorprende que,frente a la entrega de una radio emblemática de la izquierda a sectores abiertamente reaccionarios y antipopulares,la respuesta del MPP sea justificar, relativizar,acomodar.
Es la lógica del personaje:

🔸“No dramatices,así es la política,todo es negociable”.

•Lucía defendiendo lo indefendible:

Lo que hace particularmente grotesca la defensa de Lucía es que M24 no es un espacio más: es memoria histórica, es identidad política,es símbolo de lucha y resistencia.

Cederlo a sectores que representan exactamente lo contrario no solo es una contradicción: es un mensaje.
Y el mensaje es claro:
el MPP ya no conserva ni la sombra de aquello que alguna vez dijo representar.

La defensa de Lucía es la consecuencia natural de años cultivando la narrativa mujicista:

  • el pasado épico convertido en postal,
  • la política convertida en pragmatismo vacío,
  • y la izquierda convertida en un gerenciamiento amable del orden existente.

•Cuando el personaje se vuelve un obstáculo:

Mujica intentaba sostener el mito del viejo sabio que “ya vio todo” y aconsejaba resignación.
Pero hoy ese personaje se vuelve un peso muerto para la izquierda que todavía aspira a transformar algo.

Porque el Frente Amplio está en una crisis profunda.
Y no la resolverá con consejos paternalistas,ni con discursos de derrota,ni con relatos románticos de un pasado ya fosilizado.

La izquierda necesita claridad política, organización,confrontación con los poderes reales, definición de proyecto.
Y el personaje de Mujica —ese guerrillero romántico convertido en abanderado del conformismo— ya no sirve para eso. Peor aún: lo impide.

4️⃣🔸Conclusión: desmontar el mito para recuperar el rumbo:

El episodio de M24 es solo el síntoma.
El problema de fondo es que el MPP nunca dejó de ser la criatura política de un personaje diseñado para desactivar tensiones,bajar la intensidad de la lucha social y justificar la adaptación al orden.

Si el Frente Amplio quiere reencontrarse con su razón de ser,deberá hacer algo incómodo pero urgente:
superar el relato mujicista, desmontar la pantalla del “guerrillero romántico” y asumir que la historia no se honra resignándose,sino retomando la lucha por aquello que se decía defender.

Porque la izquierda no necesita héroes simpáticos:
necesita convicción, estrategia y coraje político.

Ⓜ️arcelo Rubèns Balboa ✍️ 


 

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