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miércoles, 24 de diciembre de 2025

🗣️"Que los estandartes fascistas estén a los pies de los vencedores"

 
Que los estandartes fascistas estén a los pies de los vencedores no es una imagen de revancha: es una imagen de justicia histórica. 
Es la representación simbólica de un límite que los pueblos del mundo,a un costo inmenso en vidas,decidieron trazar con claridad: el fascismo no puede ni debe volver a erigirse como proyecto político legítimo.

El fascismo no es una simple ideología más en el mercado de las ideas. 

Es la negación violenta de la humanidad del otro,la exaltación de la muerte como método de gobierno y la organización sistemática del terror para preservar privilegios de clase. 
Allí donde avanzó,dejó campos de concentración,pueblos arrasados,culturas perseguidas y millones de trabajadores sacrificados en nombre del capital,la raza o la nación “superior”.

Por eso,cuando sus símbolos y estandartes yacen derrotados,no se humilla a un pueblo: se honra a las víctimas. 
Se rinde tributo a quienes resistieron,a quienes organizaron la lucha clandestina,a quienes empuñaron las armas o sostuvieron la esperanza desde las fábricas,los campos,las cárceles y los frentes de batalla. 
Cada bandera fascista caída es una victoria de la vida sobre la barbarie.

La historia enseña que el fascismo no surge de la nada. 
Es la respuesta desesperada de las clases dominantes cuando el orden capitalista entra en crisis y ya no puede sostenerse por medios “democráticos”. 
Por eso reaparece una y otra vez,maquillado de nuevos discursos,intentando lavar su pasado criminal y presentarse como “orden”, “seguridad” o “patriotismo”. 
Olvidar esto es abrirle nuevamente la puerta.
Mantener los estandartes fascistas a los pies de los vencedores es también un acto de memoria activa. 
No para regodearse en el triunfo,sino para recordar que la lucha contra el fascismo es permanente,que ninguna conquista es irreversible y que la neutralidad frente al odio organizado siempre termina favoreciendo al opresor.
No se trata de glorificar la guerra,sino de afirmar con firmeza que hay causas que justifican la resistencia. 
Que hay momentos en la historia donde la humanidad avanza porque alguien dijo “hasta aquí” y estuvo dispuesto a defenderlo. 
Y que,frente al fascismo,no caben ambigüedades: se lo derrota,se lo juzga y se lo mantiene fuera del futuro.

Que sus estandartes permanezcan en el suelo, 
no por venganza,sino como advertencia. 
Porque cada vez que el fascismo intenta levantarse, los pueblos tienen derecho —y deber— de volver a hacerlo caer.

(...)


🔸La verdad histórica que incomoda: Stalin,el Ejército Rojo y la derrota del fascismo 🚩☭

La mayor maquinaria de guerra fascista jamás vista fue detenida y derrotada no por casualidad ni por milagro,sino por la acción consciente de un pueblo organizado y un liderazgo firme. 

Joseph Stalin encabezó la resistencia histórica que aplastó al nazifascismo,junto a un pueblo soviético que nunca se dio por vencido,incluso cuando el costo fue inconmensurable. 
Negar este hecho no es ignorancia: es una operación política.

Cuando los estandartes fascistas fueron arrojados a los pies del gran Lenin,no se trató solo del final de una guerra. 
Fue el derrumbe de un proyecto de exterminio que amenazaba a toda la humanidad. 
Fue la victoria del Ejército Rojo de obreros y campesinos,la victoria de nuestra clase,organizada,disciplinada y consciente de que lo que estaba en juego no era solo un territorio,sino el futuro mismo del mundo.

El verdadero punto de quiebre para el fascismo no fue el desembarco en Normandía,por más épico que la propaganda occidental haya querido presentarlo. 
El auténtico día D del fascismo fue la invasión a la Unión Soviética,cuando Hitler decidió avanzar hacia el Este y cavó su propia tumba histórica. 
Desde Moscú hasta Stalingrado,desde Kursk hasta Berlín,fue allí donde el monstruo fue desangrado,derrotado y finalmente destruido.

Que hoy se intente igualar a Stalin con Hitler no es un error académico ni un debate inocente: es una falsificación deliberada de la historia. 
Es el intento del imperialismo de borrar el papel central de la URSS en la derrota del fascismo,de deslegitimar la experiencia socialista y de ocultar que fue un Estado obrero el que salvó a la humanidad de la barbarie nazi. 
No se puede equiparar al verdugo con quien lo derrotó,sin traicionar la verdad histórica.

Estas distorsiones no duelen por casualidad. 
Duelen porque revelan una verdad incómoda: que el fascismo fue vencido por un sistema que el capitalismo teme,que la clase trabajadora organizada puede no solo resistir,sino vencer incluso a la más brutal maquinaria militar jamás construida. 
Por eso se contaminó durante décadas a parte del mundo con mentiras,silencios y tergiversaciones.

La bandera obrera flameando victoriosa sobre el Reichstag no fue solo una imagen: fue un mensaje al mundo. 
Fue la prueba material de que los pueblos,bajo un liderazgo decidido y con un proyecto histórico claro,pueden derrotar incluso a las fuerzas más oscuras de la historia. 
Esa bandera no representa el pasado; representa una advertencia permanente para quienes sueñan con restaurar el fascismo bajo nuevos disfraces.

La historia está ahí,escrita con sangre,sacrificio y heroísmo colectivo. 
Y habla con contundencia. 
Por más que les duela a los imperialistas,la derrota del fascismo tuvo un nombre, 
un ejército y una clase social como protagonista. 
Negarlo no cambiará los hechos. 
Recordarlo es un acto de memoria,de justicia y de compromiso con el futuro.

Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️ 

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