Esta película ya la vimos.
¿Se viene la segunda parte de la saga?
Todo indica que sí.
Y lo más grave no es solo el hecho en sí,sino el mecanismo: cambiar reglas técnicas,mover topes y recalcular fórmulas para que el ajuste pase desapercibido, mientras se lo vende como “no aumento”.
Ya lo vimos durante el gobierno de Lacalle Pou.
Primero fue la quita del 2% de descuento del IVA, presentada como modernización.
Después,el cambio en el cálculo de las franjas del IRPF,que en los hechos significó que miles terminaran pagando más, aunque el discurso oficial insistiera en que no se aumentaban impuestos.
Hoy,el libreto vuelve a escena.
Esta vez,con el Fonasa.
Cambiar el cálculo no es neutral.
Es una decisión política con consecuencias económicas concretas.
Y cuando ese cambio implica que trabajadores y jubilados reciben menos dinero en devoluciones,estamos frente a un impuesto encubierto,por más vueltas técnicas que se le quiera dar.
🔸El impacto es claro y triple:
Quienes estaban al borde del tope dejarán de cobrar devoluciones que antes les correspondían.
Quienes ganan un poco más verán reducidos sus retornos,perdiendo parte de un derecho ya adquirido.
Los topeados —especialmente autónomos— pierden ese tope,quedando expuestos a un descuento mayor sin compensación.
🔸El resultado final es brutal: más de 100 millones de dólares menos en los bolsillos de trabajadores y jubilados.
Dinero que no desaparece: cambia de manos.
Sale del ingreso popular y engrosa las arcas del Estado,mientras se evita decir la palabra que incomoda:
ajuste.
Lo más preocupante no es solo la medida,sino el silencio cómplice o la defensa acrítica de sectores qué,cuando estaban en la oposición,denunciaban exactamente estas prácticas.
Hoy,algunos fundamentalistas del gobierno prefieren justificar lo injustificable antes que asumir que se está aplicando una política regresiva.
Si hay que ajustar,que se diga.
Si hay que discutir prioridades que se dé el debate.
Pero no se puede gobernar con trampas semánticas,ocultando recortes detrás de fórmulas técnicas que solo entienden los contadores del poder.
Porque cuando el relato dice “no suben los impuestos”,pero el recibo de sueldo dice otra cosa,la verdad es simple: el ajuste siempre cae del mismo lado.
Y la película,efectivamente,se repite.
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️
*🅰️punte:
Sostener que este es un gobierno de izquierda no es solo un error conceptual: es una renuncia a la honestidad política.
La izquierda no se define por consignas,símbolos ni relatos edulcorados,sino por a quién protege y a quién le hace pagar el costo de gobernar.
Cuando los ajustes recaen sobre trabajadores y jubilados,cuando se recortan derechos por la vía técnica y se evita decirlo de frente,lo que hay no es izquierda: es gestión del sistema con retórica progresista.
Lo más grave no es la confusión,sino la complicidad consciente.
Vender como “progresista” un rumbo que debilita el ingreso popular y naturaliza el ajuste es intoxicar la conciencia colectiva, desarmar la capacidad crítica y convertir a compañeros en meros repetidores de un discurso vacío.
Eso no construye poder popular: lo desactiva.
La izquierda,si quiere seguir llamándose así,no puede ser ambigua con el ajuste ni pedagógica con el retroceso.
O se está del lado de quienes viven de su trabajo,o se administra el orden existente con palabras bonitas.
Todo lo demás es autoengaño… o algo peor.
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️
🗣️Yo nunca seré obsecuente.
Yo soy Comunista y,en consecuencia profundamente anti derecha y anti fascista.
🗣️Sepan: escribiré lo que a mí criterio crea que es lo más justo en todos los momentos.
Gritaré,si es necesario,
y diré la verdad si pienso que hace falta.
Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️
No hay comentarios.:
Publicar un comentario