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sábado, 20 de diciembre de 2025

🔸☭ Stalin,la amistad soviético-china y la verdad histórica según Mao Tse-tung🔸☭

🔸Mao Tse-tung sobre Stalin: 🗣️"Stalin es el fiel amigo del pueblo chino en su lucha por la liberación. 
El amor y el respeto del pueblo chino por Stalin y su amistad hacia la Unión Soviética son profundamente sinceros; toda tentativa de sembrar discordias,toda mentira o calumnia serán en vano."🔸

(...)

Las palabras de Mao Tse-tung sobre Iósif Stalin no fueron una cortesía diplomática ni un gesto circunstancial. 
Fueron una definición política,histórica y estratégica. 
Cuando Mao afirma que “Stalin es el fiel amigo del pueblo chino en su lucha por la liberación”,está situando a Stalin en el lugar que,para millones de revolucionarios del siglo XX,ocupó realmente: el de un dirigente que encarnó el internacionalismo proletario en uno de los momentos más decisivos de la historia humana.
La Revolución China no puede comprenderse aislada del contexto mundial en el que se desarrolló. 
China combatía simultáneamente el feudalismo interno,la invasión imperialista y la fragmentación nacional. 
En ese escenario,la Unión Soviética y Stalin representaban algo más que un Estado aliado: eran la prueba viviente de que un pueblo atrasado,devastado por guerras y humillaciones, podía levantarse, industrializarse y derrotar tanto a sus opresores internos como a las potencias extranjeras. 
Para Mao,esa experiencia no era abstracta; era una referencia concreta,práctica y verificable.
Cuando Mao habla del amor y el respeto profundamente sinceros del pueblo chino por Stalin,está señalando un fenómeno popular y no una construcción de élites. 
En la memoria de las masas chinas,Stalin simbolizaba la derrota del fascismo,el apoyo a los movimientos de liberación nacional y la existencia de un poder estatal que no estaba al servicio del capital extranjero. 
Por eso Mao advierte que toda tentativa de sembrar discordias,toda mentira o calumnia serán en vano: no se puede borrar una experiencia histórica vivida por millones mediante propaganda.
Estas palabras cobran aún más fuerza si se leen a la luz de las campañas posteriores de difamación contra Stalin y contra la propia amistad chino-soviética. 
Mao entendía que la calumnia no era un error intelectual,sino un arma política del imperialismo. Atacar a Stalin era atacar la legitimidad de las revoluciones socialistas, dividir al campo popular y debilitar la confianza de los pueblos en su propia capacidad de emancipación.
Lejos de la caricatura simplista,Mao no defendía a Stalin como una figura mítica e infalible,sino como un dirigente histórico cuya obra debía evaluarse en función de sus resultados fundamentales: la defensa del socialismo,la derrota del fascismo y el apoyo a los pueblos oprimidos. 
En ese sentido, la amistad entre el pueblo chino y la Unión Soviética no se basaba en sentimentalismos, sino en intereses comunes de clase y en una lucha compartida contra el imperialismo.
Hoy,cuando la historia suele reescribirse desde la óptica de los vencedores del capital,las declaraciones de Mao siguen siendo incómodas porque recuerdan una verdad esencial: que hubo —y hay— pueblos que no aceptaron el relato impuesto,que reconocieron en Stalin a un aliado real y que comprendieron que la solidaridad entre naciones socialistas no era una consigna vacía,sino una necesidad histórica.
Las palabras de Mao no solo defienden a Stalin; defienden la memoria de una época en la que la fraternidad entre pueblos oprimidos fue un arma poderosa. 
Y esa memoria,como bien advirtió Mao,no puede ser destruida por la mentira ni por la calumnia.

🔸☭ La ayuda de Stalin a la Revolución China: internacionalismo,estrategia y realidad histórica🔸☭

Hablar de la Revolución China sin mencionar el papel de la Unión Soviética y de Iósif Stalin es aceptar una amputación deliberada de la historia. 
No porque la revolución china haya sido una copia mecánica de la experiencia soviética —no lo fue—,sino porque se desarrolló en un mundo atravesado por la lucha entre imperialismo y emancipación,y en ese escenario la ayuda soviética desempeñó un papel decisivo. 
Stalin entendió que el destino de la revolución china no era un asunto local, sino una cuestión estratégica para el movimiento revolucionario mundial.
La ayuda de Stalin a la revolución china se expresó, ante todo,en el plano político e ideológico. 
La Unión Soviética fue el primer Estado socialista en reconocer la legitimidad del movimiento revolucionario chino y en brindar apoyo al Partido Comunista de China en sus primeros y difíciles años. 
En una China fragmentada, semicolonial y asfixiada por potencias extranjeras,ese respaldo significó romper el aislamiento internacional y afirmar que la lucha del pueblo chino era parte de una causa común: la liberación de los pueblos oprimidos.
En el plano práctico,la ayuda soviética incluyó formación política y militar, asesoramiento estratégico y apoyo material en momentos clave. 
Muchos cuadros chinos se formaron en la Unión Soviética,donde estudiaron organización partidaria, economía política y guerra revolucionaria. 
Lejos de imponer un modelo rígido,esa formación proporcionó herramientas que Mao Tse-tung y el Partido Comunista de China supieron adaptar creativamente a las condiciones específicas de un país campesino,vasto y profundamente desigual. Stalin comprendía que la revolución china debía encontrar su propio camino, aunque dentro del marco general del marxismo-leninismo.
Durante la guerra contra la invasión japonesa,el papel de la Unión Soviética fue particularmente significativo. Mientras las potencias occidentales jugaban a la ambigüedad o defendían sus propios intereses coloniales en Asia,la URSS apoyó la resistencia china y contribuyó a debilitar al militarismo japonés,enemigo común de ambos pueblos. 
La derrota del fascismo en Europa y Asia no fue un fenómeno aislado: formó parte de un mismo proceso histórico en el que la resistencia china y el Ejército Rojo soviético actuaron en frentes distintos pero complementarios.
Stalin veía en la revolución china no solo un aliado,sino una confirmación de que el socialismo no era patrimonio exclusivo de Europa. 
La victoria de 1949 demostró que un país oprimido, mayoritariamente campesino y saqueado durante décadas, podía derrotar tanto al imperialismo extranjero como a sus aliados internos. Esa victoria fue también una derrota estratégica para el orden mundial capitalista,y Stalin lo comprendió con claridad.
Las campañas posteriores destinadas a minimizar o negar la ayuda soviética responden menos a un análisis histórico honesto que a una necesidad política: romper el hilo de continuidad entre las grandes revoluciones del siglo XX. 
Sin embargo,como señalaba Mao,el amor y el respeto del pueblo chino hacia Stalin y hacia la Unión Soviética no nacieron de la propaganda, sino de la experiencia concreta de solidaridad en tiempos de lucha.
Reconocer la ayuda de Stalin a la revolución china no significa negar la autonomía, la creatividad ni el protagonismo del pueblo chino y de Mao Tse-tung. Significa,por el contrario, reafirmar una verdad fundamental del marxismo: ninguna revolución triunfa sola. 
La historia de la revolución china es también la historia del internacionalismo proletario en acción,y en esa historia,el papel de Stalin ocupa un lugar que ni la calumnia ni el silencio podrán borrar.

🔸☭ Stalin en la memoria de la China contemporánea: un amigo inclaudicable del pueblo trabajador🔸☭

En la China de hoy, convertida en una superpotencia mundial y actor central del equilibrio internacional,la memoria histórica no es un ejercicio nostálgico ni un ritual vacío: es un componente activo de su proyecto nacional. 
En ese marco,la figura de Iósif Stalin sigue siendo recordada —con matices,con contexto y con sentido histórico— como un amigo inclaudicable del pueblo trabajador chino. 
No como un ídolo abstracto, sino como un dirigente que, en el momento decisivo, estuvo del lado correcto de la historia.
China no llegó a su posición actual renegando de su pasado revolucionario,sino asumiéndolo críticamente. 
A diferencia de otras potencias que construyen su relato sobre el olvido o la negación,la China socialista reconoce la importancia de las alianzas y solidaridades que hicieron posible su liberación. 
En ese recorrido,Stalin ocupa un lugar específico: el del dirigente de la primera patria socialista que apoyó, defendió y legitimó la lucha del pueblo chino contra el imperialismo,el feudalismo y la fragmentación nacional.
Para el pueblo trabajador chino,Stalin simboliza una época en la que la solidaridad internacional no era un eslogan diplomático, sino una práctica concreta. La Unión Soviética fue un sostén político,militar e ideológico en los años más duros de la revolución china y de la guerra contra la agresión japonesa. 
Esa experiencia dejó una huella profunda en la memoria colectiva: cuando China luchaba por existir como nación soberana, no estuvo sola.
En la China actual,que planifica a largo plazo,que prioriza la estabilidad social y que reivindica el papel dirigente del Estado frente al caos del mercado desregulado,la experiencia soviética bajo Stalin sigue siendo objeto de estudio. 
No como un modelo a copiar mecánicamente,sino como una lección histórica sobre industrialización acelerada, defensa de la soberanía y construcción de poder popular en condiciones extremas. 
La China contemporánea no idealiza,pero tampoco acepta la caricatura fabricada por la propaganda occidental.
Que Stalin sea recordado como amigo del pueblo trabajador chino no contradice el desarrollo actual de China como potencia; al contrario,lo explica. 
La China de hoy es heredera directa de una revolución que triunfó porque supo aprender,cooperar y resistir. Negar a Stalin sería negar una parte esencial de ese proceso histórico,y China no construye su futuro sobre la amnesia.
En un mundo donde las potencias occidentales derriban estatuas,reescriben biografías y cancelan su propio pasado según conveniencias coyunturales, China mantiene una relación distinta con la historia: la estudia,la contextualiza y la integra. 
Por eso Stalin no es presentado como un dogma, sino como lo que fue para millones de chinos: un aliado firme en tiempos de guerra, un símbolo de resistencia frente al imperialismo y una referencia ineludible del movimiento socialista internacional.
Hoy,cuando China defiende su soberanía frente a nuevas formas de presión y cerco,la memoria de Stalin funciona también como advertencia histórica: los pueblos que se liberan solo sobreviven si conservan claridad política, unidad interna y firmeza frente a la agresión externa. Esa lección,aprendida en el siglo XX,sigue vigente en el siglo XXI.
Así,en la China superpotencia de hoy,Stalin no es una figura del pasado enterrado,sino parte de una memoria viva. 
La memoria de una amistad forjada en la lucha,sellada por la historia y sostenida por el respeto de un pueblo trabajador que no olvida quién estuvo a su lado cuando la libertad aún no estaba garantizada.

Ⓜ️arcelo Rubéns Balboa ✍️ 

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