En sus sueños sólo cabían las alas,
los vuelos libres.
En su pedacito de tierra,ella,reflexionaba.
La visitaban las más bellas aves,
extendía sus manos para que se posaran,las contemplaba,
mágica compañía.
En su mundo soñado,ella,tenía el poder de detener el tiempo,
viajaba a bordo de todo lo que parecía imposible,todo era de ella,
todo era de nadie.
Harta de pesadillas,noche tras noche sueña con su mundo,
día tras día despierta en otro mundo.
(...)
Y así pasaron los años,
aquí sí los relojes funcionan,
ya el ser alado se cansó de volar,
ahora tiene un pedacito de tierra en la cruel realidad donde todo es silencio.
Ya todo pasó,
el sueño se lo advirtió,
ya todo pasó...
sopló la llama el olvido.
Marcelo Rubéns Balboa✒
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